La tarde pasa
En 1979, octubre, escribí:
se incendia el poniente
en abrazos pasionales
de rojos con naranjas
Estaba en el parque de Jalpa
recién llegado a Tabasco
Era el primero o segundo día
de mi estancia en esta tierra cercana
Los pájaros a esa hora revoloteaban
y sus graznidos daban
a la imagen sonoras pinceladas
Aquí la muestra ahora
desde la azotea de mi casa
Y miro desde entonces a la luna y estrellas
siempre con algo de nostalgia
Las tardes son las mismas
Solo es uno que pasa
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