El Pínder

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Descanse en paz el Pínder, nuestro amigo Fernando, maestro de Educación Física, a quien recordaré siempre como todo un profesional de su materia, y como una persona con alma alegre, siempre disponible a colaborar, y siempre muy activo. Y precisamente, estaba activo en el trabajo que desempeñaba como jefe del Departamento técnico de la Dirección de Educación Física en el estado.

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Su saludo incluía tres características: una sonrisa efusiva a metros de distancia; el grito "Sabadabadá. ya más próximo al encuentro y el abrazo efusivo, como una muestra de su alegría por encontrarse con personas de sus afectos, lo cual era muy fácil por su forma de ser: sencillo, alegre, dicharachero y disponible para la charla. 

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No era de los que se quejan. Era sí de los que ponía las cartas sobre la mesa desde la perspectiva del trabajo educativo. Era de ideas, de propuestas y de acción. Por ello se ganaba el respeto de propios y extraños.  

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Le gustaba el apodo que le era indisoluble. Y no es para menos, es un rasgo de la cultura tabasqueña. Se duda de que alguien sea tabasqueño si no tiene apodo, o cuando menos no es de arraigo popular. Le decíamos "El Pinder". Y él mismo, cuando daba su número de teléfono, antes de cualquier cosa decía: "ponle El Pínder o sabadabadá", y reía cariñoso y entusiasta.

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El sobrenombre de El Pínder le quedó por el boxeador panameño Enrique "Maravilla" Pinder , quien fue campeón mundial allá en los años 70, peso gallo. Su estilo era de mucho movimiento de pies, guardia baja retadora, y soltaba los golpes de volado y mantenía alejados a sus rivales con jabs. 

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Vino la pandemia, y Fernado se mantuvo muy activo. Realizó videos didácticos, donde daba consejos y sugerencias de ejercicios sencillos de activación física, y los transmitía por las redes sociales. Siempre muy alegre, dinámico, con el apoyo de su familia, lo veíamos saltando, moviéndose, proyectando mucho dinamismo. Maestro en toda la extensión de la palabra nunca estuvo quieto. 

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Tan pronto se supo lo de su lamentable deceso, se publicaron decenas de mensajes con pésames a la familia y de incredulidad ante la noticia. Y se siguen publicando, tanto de compañeros de trabajo, amigos, como de sus ex alumnos de la escuela Normal.

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Porque era muy fácil quererlo, porque era muy fácil platicar con él, muy fácil reír juntos, muy fácil cantar con la guitarra, su guitarra. 

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Futbolista de corazón, jugó en el Deportivo Datsun de Tuxtla Gutiérrez, fue varias veces seleccionado estatal y jugó en torneos nacionales en su juventud. De ascendencia cubana, mexicano de Chiapas y de Tabasco, Fernando es todo un personaje que se convierte en leyenda por su personalidad alegre, responsable y siempre con disponibilidad para trabajar en equipo e impartir capacitaciones.

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Yo estaba hoy en la mañana con dos amigos tomando un café (los dos activos y muy activos, yo jubilado). La charla andaba volando por varios temas en torno a la educación, propuestas y contradicciones, dificultades para aterrizar los planes educativos, etcétera. Cuando de pronto uno de ellos recibió un mensaje. "Que acaba de fallece rabia El Pinder" "No puede ser, ha de haber un error, se han de referir a su madre recien falleció". A los pocos minutos, lamentablemente se confirmó el deceso del amigo.

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El magisterio tabasqueño pierde a uno de sus brillantes maestros, pero su legado continúa en las enseñanzas a los alumnos, en capacitaciones para sus compañeros y los miles de maestros a quienes impartió sus clases. Descanse en paz el amigo Fernando Díaz Cruz. Un abrazo a nuestro por siempre Sabadabadá. El Pinder.