Amar en tiempo presente

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En la escuela nos dijeron sobre los tiempos. Sobretodo los básicos: el pasado, presente y futuro. Y nos lo hacían entender en las conjugaciones con los verbos: "Yo amo". "Yo amé. "Yo lloraré". No entendimos mucho, solo que estábamos ya en la escuela y antes no. Y nuestros hermanos y hermanas eran más grandes o menos que nosotros. Y la mayoría de los vecinos, jefes y jefas de familia eran unos viejos y viejas. Nosotros éramos apenas niños. Pero el tiempo, o lo que llamamos tiempo fue pasando.

2

Ni de niños ni de adolescentes nos asomábamos mucho al pasado. Y el presente era una ráfaga de vida que nos iba pasando sin darnos cuenta. La muerte era tan lejana que de vez en cuando se asomaba en nuestro radar: morían los abuelos y abuelas. Nos dábamos cuenta algo así como que la muerte estaba reservada o solo tenía de clientes a los señores y señoras grandes de edad. 

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"Los recuerdos" era lo que platicaban los abuelos y abuelas. Era el pasado radicando en memoria a base de palabras.  Y de allí se desprendía la imaginación. Ella en la cocina. El abuelo en el patio bajo un frondoso árbol. Y nos gustaba escuchar de sus tiempos lejanos de cuando eran jóvenes y andaban con los Dorados de Villa o eran cristeros defensores de la santa iglesia católica, apostólica y romana. "Mexicana", abue, yo le decía a mi abuelo. Y él negaba que no, y repetía, que era "ro ma na".

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Cuando adolescentes el futuro era una cita enocionante programada con la primera novia. Era también cuando regresáramos a clases con el fin de las vacaciones, porque ella  era de lejos, a cuatro horas de distancia, y en el futuro estaba volvernos a encontrar con el inicio de clases. Emoci9nante asimismo. Palpitaba más fuerte el corazón solo de pensarlo. Y suspiros. Pero asimismo el tiempo por venir era nuestro futuro trabajo en las escuelas, ya que éramos estudiantes de escuelaNormal, y era para lo que estábamos estudiando. Pero vivíamos en el presente.

Y los tiempos tenían que estar relacionados con el amor de pareja. El presente fugaz era el estar juntos, el pasado: ya no estábamos juntos. El futuro: estaríamos de nuevo juntos quizá mañana, pasado mañana, o la semana próxima. Y sin embargo estaba la palabra "nunca".

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Ahora el futuro son los niños. Esos que mira uno rumbo a la escuela. Esos que juegan en los parques. Ellos que leen un libro en el patio de su casa. Por eso cuando los vemos aprendiendo, contentos, hojeando un libro, pintando o escribiendo, tenemos la esperanza que ellos serán mejores como adultos.

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Un amigo, grande de edad me confió una vez que estábamos en un velorio:"ya me está dando miedo. En este mes he venido cuatro veces a velorios de personas conocidas, y ya es muy seguido ¿no crees?". Yo acerté a decir que sí, que yo sentía lo mismo. Solo que las personas fallecidas de esas ocasiones de velorio a los que acudimos, eran personas grandes de edad. Y en otro momento me confió: "antes yo planeaba en años, ahora en semanas y creo que ya debo de planear solo el día siguiente, cuando mucho".

8

Un lugar común es decir que solo el tiempo presente existe. El pasado ya se fue. El futuro aún no llega. Y dicen que este último es el causante del estrés por la incertidumbre de no saber qué sucederá y las ansias por saberlo de antemano, lo cual no nos es posible. Solo que el tiempo presente deja de serlo en el instante que llega el nuevo instante. O sea que...

9

Uno da gracias por la vida. Aún que las noticias nos hablan de muertes y  de guerra que es como un sinónimo. Porque la vida nos brinda todas las posibilidades en el ser y estar. En el de admirar y palpar. En el de reír y hablar. Por eso es que en todo lenguaje es básico el verbo, porque refiere directamente a movimiento, lo cual es sinónimo de vida, mire usted: amar, soñar, saltar, jugar, comer, beber, escribir, leer,  Decían en la clase: todas las palabras que terminan en "ar", "er", "ir".  Y yo este día solo quiero agradecer por todo y tanto. Voy a tomar un café. Me gusta el verbo amar, el ir, querer, venir.

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Pero decíamos de los tiempos. Y nadie mejor que Don Renato Leduc con su soneto El tiempo. Ese que dice: "sabia virtud de conocer el tiempo; a tiempo amar y desatarse a tiempo; como dice el refrán dar tiempo al tiempo; que de amor y dolor alivia el tiempo. Aquel amor a quien amé a destiempo; martirizome, tanto y tanto tiempo, que no sentí jamás correr el tiempo tan acremente como en ese tiempo..."


  


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