amigas: Isabel

Parecía qué no dormía, además de incansable. Un turno en la maquinadora. Otro en nuestra escuela Normal. Más el tiempo para las tareas. Como que sus días eran de como 30 horas. Andaba de prisa por las actividades y sonreía. La primera clase -a las tres de la tarde- por lo regular la perdía, o llegaba tarde. Pero siempre cumplía con los pendientes de tareas.  Una vez en la biblioteca me mostró un libro de Neruda, Ni recuerdo cual, de poesía. Léelo, me invitó. Y formábamos el mismo equipo. Con Juany, Letty Joel Así que le alcanzaba el tiempo para llegar a cumplir con los compromisos de tarea. Cuando la salida de la escuela se fue al Estado de México. Luego consiguió su cambio a Soto La Marina Tamaulipas. Después a nuestro Matamoros querido. Y sus triunfos por el empeño y dedicación se tradujeron en ascensos, a la fecha Jefa de sector de primarias. Una vez recuerda Alfredo, él y yo nos encontramos en Ciudad Victoria, cuando el verano del 80. Y lo llevé a donde estaba Isabel. Pero esa es otra historia. Linda historia, además. Hace apenas el 13 de noviembre próximo pasado estuve en Matamoros, cumpliendo una invitación que me hicieron para hablar mi tema del libro y la docencia. Y aunque Isabel tuvo que estar en Victoria por sus compromisos laborales, dejó todo listo para que todo saliera bien. Estuvieron al tanto del evento Alfredo, Antonia Vera y Mary Galo. Pero decíamos de Isabel. Sigue siendo la misma, trabajadora, luchona, platicad ora, sensible,  creativa. Seguro que nos seguirá dando más sorpresas en su trabajo muy profesional. Un abrazo, Isabel García Loredo.

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