Ensayo


  1. Me pidieron un ensayo de tarea. Y pensé en ensayo de muerte o de vida. De esta no es posible. De la muerte si. Y en este ensayo me encuentro de pronto ante un Dios, rojo por la tanta risa. Y un diablo de barbas blancas, viejo. Y ambos me hicieron pregunta. La misma. Si en vida fui feliz. Y ante mi discurso evasivo. De la respuesta depende la asignación de cielo árido, celeste y temido e infierno iridiscente de fuego. Me desmayé en la práctica de muerte. Y desperté.

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