Parte 5. Mis 40 años en educación.


12 de octubre de 1979. Ya estaba en Jalpa. Sin dinero y mi orden de comisión a la ranchería Benito Juárez. Era de tarde. No tenía dónde quedarme. Ni para cenar. Ni para el camión a la comunidad a donde iba a trabajar. Fui a la iglesia. De allí a la casa del sacerdote. Toqué la puerta. Abrieron. Y a mi pregunta respondió una señora de mediana edad y rostro de tranquilidad. "El padre anda en un una ranchería. Y regresa como a las 7. A esa hora regrese." Yo me volví al parque. Era un atardecer maravilloso. Con el crepúsculo llegan a los árboles ficus miles de zanates, parecidos a los cuervos. Y el ruidajal. Y al poniente como llamaradas, una despedida naranja del sol. Yo maravillado. A las siete regrese al curato. Me pasaron a la sala a esperar al sacerdote. "no va a tardar en llegar". Y en efecto. A los 10 minutos ya estaba allí. Alto. Delgado y fuerte. . Calvicie al 50 por ciento. Un cura Hidalgo parecido. Me invitó a cenar. Panuchos y chocolate con pan. Hablamos como una hora sobre mis escasas lecturas de literatura y filosofia. Él sonreía divertido por mi arrogancia juvenil. Ya como a las 9 30 dio indicaciones para una recámara, la hora de despertarme y 20 pesos para mi pasaje.

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