Parte 25. Mis 40 años en educación
Parte 25. Mis 40 años en educación
El caso es que salí de la telesecundaria del ejido Chicozapote sin querer. Dejando una infraestructura nueva. Y llegué a la telesecundaria Revolución de la Ranchería El Guacimo. En el mismo municipio. Una escuela con 25 años de fundada. Tres salones viejos, sin mantenimiento. Unos baños del año del caldo. Con cancha. Muy poco terreno. La única escuela que le proporciona alumnos es la primaria del lugar, de la que egresan 30 alumnos. 15alumnos llegan a inscribirse. Los demás se reparten entre dos telesecundaria cercana. Y los que tienen un poco más de recursos económicos los inscriben en la secundaria de la ciudad de Villahermosa. En la hora del recreo de uno de los primeros días estoy platicando con un grupo de alumnos. Y van mis preguntas. ¿Por qué no tienen baños modernos? ¿Por qué no tienen laboratorio ni dirección? La respuesta de ellos es que no saben el por qué. Yo fanfarrón, concluí : en un año van a tener todo eso nuevo. Ellos se rieron. No pude cumplir al cien. Pero al año estaban entrando los camiones con material para construcción. El ingeniero me mostró unos planos al revés. La dirección quedaría con la puerta hacia la barda. Y los baños con las puertas al frente. Los hice que los cambiaran. Me reuní el primer día con los maestros. Les dije que íbamos a trabajar igual. No aclaramos si igual que yo. O igual que ellos. El maestro que me entregaba el grupo me dio la lista con siete alumnos con punto rojo. Me dijo: con estos no vas a poder. Yo cerré la lista. La guardé sin ver los nombres. Hice mi entrada teatral. Silencio. Era tercer grado. Con alumnos con licencia de edad, de entre 15 y 17. Uno de ellos tenía los pies arriba del escritorio. Retador. Le dije con voz clara. "baja lqs patas de allí". No son patas, son pies. Me dijo firme también. Le respondí. "Sí están en el escritorio son patas. Si están en el suelo son pies. Y los bajó.
El caso es que salí de la telesecundaria del ejido Chicozapote sin querer. Dejando una infraestructura nueva. Y llegué a la telesecundaria Revolución de la Ranchería El Guacimo. En el mismo municipio. Una escuela con 25 años de fundada. Tres salones viejos, sin mantenimiento. Unos baños del año del caldo. Con cancha. Muy poco terreno. La única escuela que le proporciona alumnos es la primaria del lugar, de la que egresan 30 alumnos. 15alumnos llegan a inscribirse. Los demás se reparten entre dos telesecundaria cercana. Y los que tienen un poco más de recursos económicos los inscriben en la secundaria de la ciudad de Villahermosa. En la hora del recreo de uno de los primeros días estoy platicando con un grupo de alumnos. Y van mis preguntas. ¿Por qué no tienen baños modernos? ¿Por qué no tienen laboratorio ni dirección? La respuesta de ellos es que no saben el por qué. Yo fanfarrón, concluí : en un año van a tener todo eso nuevo. Ellos se rieron. No pude cumplir al cien. Pero al año estaban entrando los camiones con material para construcción. El ingeniero me mostró unos planos al revés. La dirección quedaría con la puerta hacia la barda. Y los baños con las puertas al frente. Los hice que los cambiaran. Me reuní el primer día con los maestros. Les dije que íbamos a trabajar igual. No aclaramos si igual que yo. O igual que ellos. El maestro que me entregaba el grupo me dio la lista con siete alumnos con punto rojo. Me dijo: con estos no vas a poder. Yo cerré la lista. La guardé sin ver los nombres. Hice mi entrada teatral. Silencio. Era tercer grado. Con alumnos con licencia de edad, de entre 15 y 17. Uno de ellos tenía los pies arriba del escritorio. Retador. Le dije con voz clara. "baja lqs patas de allí". No son patas, son pies. Me dijo firme también. Le respondí. "Sí están en el escritorio son patas. Si están en el suelo son pies. Y los bajó.
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