Si 20 años es nada, entonces vamos en 20

En 1979 egresamos un puñado grande de más de doscientos muchachos y muchachas, la mayoría antes de los 20 años de edad. Nuestra escuela Normal J Guadalupe Mainero. La graduación fue en el teatro de la Reforma. De H. Matamoros Tamaulipas. La escuela era manejada por un patronato. Ni liceo ni nada. Servicio de que hasta los más pobres pudieran pagar la mensualidad.
Excelentes maestros y maestras. Entusiastas. Preparados y cumplidos. No hay queja alguna de ellos. Ninguno nos engañó. Estudian para maestros rurales. No habrá riqueza en su futuro. Serán pobres con dignidad profesional. Y muchas satisfacciones. Como alfareros y orfebres. Solo que de seres humanos. Matemáticas y su didáctica. Español y su didáctica. Y así las otras materias. Decían Don Vicente Cevada Vera, eminente, lúcido y didáctico maestro es Español: “la naturaleza es tan sabia que los niños aprenden a pesar de algunos malos maestros“. Otro nos dijo: los hijos de supervisores y delegados sindicales quedarán cerca. Los que no, se irán lejos.
Sería el 30 de junio de ese 1979 cuando egresamos. Atrás quedaban cuatro años de aprendizaje sobre el trabajo escolar. Nuestras prácticas en escuelas primarias. La semana cultural. Las clases de música y folclor. Las de teatro. Las de actividades tecnologicas. Atrás quedaba la novia. Las tardes en la escuela. Las reconvención es del prefecto Polo pendiente de los furtivos abrazos y besos. Los grandes amigos.

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