Parte 8. Mis 40 años en educación

Esa primer semana hice amistad grande con mis compañeros. A la hora del recreo nos reuníamos para platicar. Cada quien distinto, con unas inmensas ganas de sentirse solidario. La escuela no tenía casa del maestro, como muchas. Pero los padres de familia nos daban casa y comida, a los que lo necesitaban. Lupillo y yo con Doña Carmita Suárez. Una señora viuda que tenía a su hija pequeña, como de cinco años. Era una casa antigua, de techo alto de tejas, de dos aguas. Nos preparaba desayuno comida y cena. A veces salía hacer sus cosas al pueblo, a otras comunidades o a la ciudad. Y nosotros salíamos de la escuela y no había comida. Pasábamos hambre unos minutos. Luego íbamos al patio de atrás, y partimos cocos secos, con manzana de algodón adentro. Con limón y sal. O entrábamos más atrás en el patio grande y cortábamos plátanos. Resolvíamos así. Por las tardes algunos padres de familia nos invitaban a acompañarlos a cortar cacao. Allí estábamos adentro de los "mareados", así le dicen bajo los árboles de cacao. Ellos con un machetito partían en dos la mazorca para sacar el grano. Os recomiendo an. Platicaba entre ellos. Yo reía. Partía una mazorca y saboreaba de los granos el mucílago con un sabor agridulce.y así las tardes y los días. El caso es que los días de quincena salíamos a cobro. Nosotros sabíamos que iba a tardar el primer pago. Un año, si bien nos iba, nos habían dicho. Pero estábamos sentados en el parque mientras los compañeros de más antigüedad cobraban. Y nos invitaban a co. Er, unas cerveza y en varias ocasión es a co. Er camarones en el restaurante de Lite. Pero nosotros no tenemos dinero, decíamos. Y ellos solidarios respondian: ya sabemos, coño. Vamos, ustedes son invitados nuestros. Entre ellos Casimiro Hernández, Darwin, Rubicel, Félix Anzures, Juan Ruiz, entre otros. Y nos pasábamos alegres las tardes de quincena en esa compañía solidaria de bohemia, política sindical y nostalgia.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam