Cuarentena
A la voz de ya, haz tu plan para estos días. Puebla tus páginas de notas. Y en ellas, hechos, personas, situaciones, colores. Haz quehaceres pospuestos, por más sencillos que sean. Asómate al jardín y corta las hojas secas. Repara la bicicleta y la guitarra rota. Imagina lo que quieres ver en YouTube y Nextflix, u otra plataforma. Que sean temas que te edifiquen. Nada hay peor que lo insulso. Nada hay peor que lo obligado. Dale sentido a tu día, a tu semana, a tu cuarentena. Como decir: dale sentido a tu vida. Dibuja el mar si extrañarás la playa para Semana Santa. Dibuja ciudades barrocas si era tu plan salir a conocer otras fronteras. Te imaginabas en Guanajuato, en Zacatecas, recorrer sus calles, admirar su arquitectura colonial, su limpieza, o a bordo de El Chepe, en Chihuahua, recorriendo la zona montañesa, su paisaje entre las nubes. No hay peor que por mal o bien no venga. No dejes pasar los días sin provecho. Aprende un nuevo acorde. Hornea un nuevo pan.
Si lees este texto, te das cuenta que son sugerencias para mí mismo. Pero toma lo que te convenga. No creas todo lo que suben en las redes. El mundo no se va acabar con el coronavirus. Y tampoco es uno de los siete jinetes del Apocalipsis. Reflexiona en tu vida. Si ha sido de servicio. Si te engañas a tí mismo. Si has dado gato por liebre, o gato por gato.
Las escuelas amanecerán cerradas el próximo sábado. Y de allí se abrirán para los alumnos el 20 de abril. Los padres de familia liderados por sus mesas directivas la acondicionarán días previos (no los maestros) para estar en condiciones de seguir el trabajo escolar de la enseñanza. Los chicos y chicas y los no tanto estarán en casa, alegres, disfrutando un receso mayor. Estos días le toca a los padres de familia ponerlos a que les ayuden en la casa, con la limpieza, con la pintada, con arreglar el jardín. De tal manera no que odien esas actividades, sino que se sientan orgullosos de contribuir a mejorar los espacios de casa, pero que también extrañen remembranzas y anécdotas de la historia, los poemas, cuentos, leyendas de español, los números que brincan para nuevas relaciones, la materia y sus cualidades, etcétera. Pero que sigan construyendo las razones junto con sus maestros de por qué deben de aprender más cosas en la escuela. De poco sirve que lleguen los alumnos a la escuela a tratar de aprender algo que no relacionan del por qué o para qué. No es fácil llegar a ese concepto. Porque los maestros lo explicamos desde nuestra edad y perspectiva. Y ellos entienden desde su lenguaje, desde su bagaje en construcción.
Escribo este texto el 18 de marzo, y hoy estuve en un programa de radio de nombre Personas y Personajes. Agradezco la invitación. Y aparte de la charla, leí unos pequeños poemas del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal. Deben leerlo. Recién falleció el 1 de marzo de este año. Sus Epigramas, que son poemas muy breves, son maravillosos, en ellos actualiza los poemas de Catulo, poeta latino. Y tiene los libros de Salmos, y oración a Marilyn Monroe, entre muchos otros.
Fin.
Si lees este texto, te das cuenta que son sugerencias para mí mismo. Pero toma lo que te convenga. No creas todo lo que suben en las redes. El mundo no se va acabar con el coronavirus. Y tampoco es uno de los siete jinetes del Apocalipsis. Reflexiona en tu vida. Si ha sido de servicio. Si te engañas a tí mismo. Si has dado gato por liebre, o gato por gato.
Las escuelas amanecerán cerradas el próximo sábado. Y de allí se abrirán para los alumnos el 20 de abril. Los padres de familia liderados por sus mesas directivas la acondicionarán días previos (no los maestros) para estar en condiciones de seguir el trabajo escolar de la enseñanza. Los chicos y chicas y los no tanto estarán en casa, alegres, disfrutando un receso mayor. Estos días le toca a los padres de familia ponerlos a que les ayuden en la casa, con la limpieza, con la pintada, con arreglar el jardín. De tal manera no que odien esas actividades, sino que se sientan orgullosos de contribuir a mejorar los espacios de casa, pero que también extrañen remembranzas y anécdotas de la historia, los poemas, cuentos, leyendas de español, los números que brincan para nuevas relaciones, la materia y sus cualidades, etcétera. Pero que sigan construyendo las razones junto con sus maestros de por qué deben de aprender más cosas en la escuela. De poco sirve que lleguen los alumnos a la escuela a tratar de aprender algo que no relacionan del por qué o para qué. No es fácil llegar a ese concepto. Porque los maestros lo explicamos desde nuestra edad y perspectiva. Y ellos entienden desde su lenguaje, desde su bagaje en construcción.
Escribo este texto el 18 de marzo, y hoy estuve en un programa de radio de nombre Personas y Personajes. Agradezco la invitación. Y aparte de la charla, leí unos pequeños poemas del poeta nicaragüense Ernesto Cardenal. Deben leerlo. Recién falleció el 1 de marzo de este año. Sus Epigramas, que son poemas muy breves, son maravillosos, en ellos actualiza los poemas de Catulo, poeta latino. Y tiene los libros de Salmos, y oración a Marilyn Monroe, entre muchos otros.
Fin.
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