Hay tardes así

No miro televisión. No me llama la atención la programación que tiende a entretener. Muchas veces con bobadas y hasta barrabasadas. Y por decirlo de alguna manera, hasta envidio a las personas que tienen tiempo suficiente en las tardes, y lo ocupan en entretenerse. Hace muchos años buscaba el boxeo. Los Juegos Olímpicos. Y películas del cine de oro mexicano. Pero de hace varios años todo cambió. A excepción de esperar cada cuatro años los olímpicos. Sí, están los libros. Se pueden conseguir buenas películas. Pero el desarrollo de la tecnología y el internet ha puesto a nuestro servicio una cantidad interminable de material por ver. Afortunadamente Youtube tiene mucho material videográfico que nos permite seleccionar lo que uno prefiere. Y tiene casi de todo. Entonces hay tardes en los que dedicamos a buscar algo que nos agrade. Y aprendamos. No busco de ovnis. Ni de chistes grotescos. A veces me asomo a recetas de cocina. Alguna película. Y entrevistas. O documentales.
Mi sugerencia es que todos busquen. Por supuesto, cada quien tiene sus intereses. Conciertos, conferencias, entrevistas, capacitación, consejos de jardinería, etcétera. Sobretodo porque el tiempo hay que aprovecharlo. Ya los alumnos, muchos de ellos, buscan lo de su interés. Es deber escolar aprovechar esa inquietud y esa facilidad que tienen muchos alumnos.
Ayer vi una conferencia de Carlos Fuentes, escritor mexicano fallecido en 2012. Una conferencia de la cátedra Alfonso Reyes, en el Tecnológico de Monterrey. Su tema era recomendaciones a los escritores, a manera de decálogo. El número uno: 1. Disciplina. "Los libros no se escriben solos ni se cocinan en comité. Es un acto solitario y, a veces, aterrador. Es como entrar a un túnel sin saber si habrá salida".
Los otros nueve se refieren tanto a valorar la tradición, como trabajar con imaginación, etc. Pero creo que el 1 coincide con las recomendaciones que todos, en cualquier disciplina lo plantea. El trabajo arduo.
Damián Alcázar es uno de los actores más cotizados de algunos años a la fecha. ¿Quién no recuerda La ley de Herodes, o El infierno, entre muchas otras. Un acorazo.
Ayer mismo ví con atención una entrevista que le hicieron en Guanajuato. Y a la pregunta sobre sus maestros, habla de cuatro. Lo que aprendió del primero de ellos es super interesante. Que cada individuo es un ser maravilloso. Con muchas potencialidades. A valorarse.  Y del segundo maestro aprendió que hay que trabajar mucho si se quiere realmente lograr algo. Es decir, en coincidencia con Carlos Fuentes, disciplinarse. Que los buenos resultados no caen del cielo. Menos en la hamaca. Y del último maestro, Alcázar aprendió que todo se puede hacer mejor. Ni más ni menos.

Bien lo digo: en internet hay mucho material para seleccionar. Allí está.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?