Semana Santa
Todos adoramos a la Semana Santa. Incluyendo a los ateos, gracias a Dios. Es parte del receso mundial. Tanto de los católicos, como de todos los que trabajan en países donde se dan los días libres. En el caso de los maestros y estudiantes, son una parte de las vacaciones anuales, y que contempla dos semanas. Y que el segundo fin de semana sentimos que que los quince días se fueron como de rayo. En un abrir y cerrar los ojos.
En todas las comunidades católicas las celebran con distintas actividades, relacionadas con el martirio de Jesucristo. Hay incluso algunas de mucha tradición, en las que generaciones de actores aficionados participan.
De niño a mi me gustaba llegar a estas actividades De la Iglesia San Antonio, en la colonia Treviño Zapata. Yo vivía muy cerca. Y llegaban grupos de danzantes de otros estados. Nosotros le llamábamos de manera general matachines. Escuchamos que así les decían, y nosotros lo repetíamos. Ataviados con su indumentaria prehispánica, danzaban alegres, entregados, con sudor en su rostro y vidente en la ropa mojada.
Oh, solo de recordar se me antoja lo que preparaba mi madre, Doña Leonor. Eran viandas sencillas, pero muy sabrosas: tortitas de camarón y capirotada. No faltaba, aún en la pobreza más aguda, de seguro iba haciendo sus ahorros. EL caso que era una comida por sabores, no tanto por hambre.
Nosotros no íbamos a la playa (Lauro Villar, hora Costa azul, que está a 37 kilómetros de Matamoros). Había muchas facilidades, por camiones que ofrecía el municipio. Pero mi madre tenía un terror a que nos ahogáramos en el mar.
Ya cuando yo tenía 12 años y algo más, me escapaba con mis hermanos y algunos vecinos que tenían camioneta. Saboreábamos los días. Algúnvecino tenía amistad con los pescadores que tenían secando gran cantidad de camarón y nosotros podíamos comer de allí.
Ya de grande me ha gustado tomar fotografías. Y del Vía crucis he tomado solo en el de Tamulte en Tabasco, y en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Por allí en algún disco duro externo he de tener muchas de ellas. Infinidad. Sanguinarios soldados romanos, latigazos, sangre de Cristo, las caídas, María y Magdalena, dolientes. Y luego la crucifixión. Dolor y llanto reflejado en los actores y en el público, mayormente católico.
Del sábado 6 al 18 de abril serán las vacaciones escolares este año
En todas las comunidades católicas las celebran con distintas actividades, relacionadas con el martirio de Jesucristo. Hay incluso algunas de mucha tradición, en las que generaciones de actores aficionados participan.
De niño a mi me gustaba llegar a estas actividades De la Iglesia San Antonio, en la colonia Treviño Zapata. Yo vivía muy cerca. Y llegaban grupos de danzantes de otros estados. Nosotros le llamábamos de manera general matachines. Escuchamos que así les decían, y nosotros lo repetíamos. Ataviados con su indumentaria prehispánica, danzaban alegres, entregados, con sudor en su rostro y vidente en la ropa mojada.
Oh, solo de recordar se me antoja lo que preparaba mi madre, Doña Leonor. Eran viandas sencillas, pero muy sabrosas: tortitas de camarón y capirotada. No faltaba, aún en la pobreza más aguda, de seguro iba haciendo sus ahorros. EL caso que era una comida por sabores, no tanto por hambre.
Nosotros no íbamos a la playa (Lauro Villar, hora Costa azul, que está a 37 kilómetros de Matamoros). Había muchas facilidades, por camiones que ofrecía el municipio. Pero mi madre tenía un terror a que nos ahogáramos en el mar.
Ya cuando yo tenía 12 años y algo más, me escapaba con mis hermanos y algunos vecinos que tenían camioneta. Saboreábamos los días. Algúnvecino tenía amistad con los pescadores que tenían secando gran cantidad de camarón y nosotros podíamos comer de allí.
Ya de grande me ha gustado tomar fotografías. Y del Vía crucis he tomado solo en el de Tamulte en Tabasco, y en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Por allí en algún disco duro externo he de tener muchas de ellas. Infinidad. Sanguinarios soldados romanos, latigazos, sangre de Cristo, las caídas, María y Magdalena, dolientes. Y luego la crucifixión. Dolor y llanto reflejado en los actores y en el público, mayormente católico.
Del sábado 6 al 18 de abril serán las vacaciones escolares este año
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