La música salva
Suponga usted que va caminando por una calle de Morelia. Y de pronto se encuentra conque un anciano flaco está tocando guitarra. Y que está cantando la canción Vive, del cantautor Napoleón. Y que canta casi igual. O mas bien, igual. Y que se parece mucho. Y que es casi igualito. Y resulta que es el verdadero autor de Ella se llamaba Martha, Pajarito y muchas otras canciones que le han dado fama internacional. El video inicia cuando viene caminando nuestro personaje y se encuentra a aun cantante de calle que estácantando una canción; entonces Napoleón lo interrumpe con mucho respeto y le pide la guitarra para cantar él. Entonces vemos que el artista callejero le pasa la guitarra. Napoleón se la acomoda y empieza a cantar Vive en la segunda estrofa. Y al público que se va acercando le dice que "cooperen, que el dinero va a ser para el cantante de la calle", y que le recuerda cuando él empezó y terminaba con los dedos doloridos de canta en restaurantes, bares, camiones y serenatas (o algo así). Luego le piden tomarse fotos y él responde que con "mucho gusto". Y se ve a un artista internacional sencillo, humilde, conviviendo con las personas que casualmente pasaban por allí y que se encontraron la fortuna ver cantar en la calle a Napoleón.
En otros videos que vo ghace meses cuenta del origen de la canción Vive, y de la anécdota de cómo José José le grabó la primera canción.
Poco conocido, el destino aún no le definía si torero o cantante, llegaba a la casa de su familia en Aguascalientes. Y recorría la casa y el patio para recordar su infancia. Andaba en las peores, sin dinero ni fama. Y miraba la casa pobre de sus padres. Fracasado, se decía. No has logrado ni hacerles una casa buena. "Pero si nada te llevarás cuando te marches", se respondió él mismo. Y al instante reparó en ese verso, pie inicial para la canción que treinta minutos después ya la tenía. Le pidió a su hermano la guitarra, papel y lápiz. Nada te llevarás cuando te marches, cuando se acerque el día de tu final, vive feliz ahora mientras puedas..." Lo demás es historia.
José José ya era famoso. Napoleón empezaba ser conocido. Coincidieron en una fiesta y se hicieron amigos. De vez en cuando se llamaban. Una tarde sonó el teléfono. Lo contestó. Era José José. "Estoy en Londres grabando un disco, pero hay una canción que no me late; ¿tendrás una que te sobre?" "No tengo una que me sobre. tengo varias. Peor hay una de ellas que creo que te queda bien a ti. Te la mando". "¿Cómo se llama?" No tiene nombre, ponle el que tú consideres". Y se llamó Lo que no fue no será.
La música salva.
Hoy vi parte del video del noticiero de Paola Rojas, en la que entrevista a María Elena Ríos, la saxofonista oaxaqueña a quien un prehomínido le mandó echar ácido sulfúrico. Ya están detenidos los dos de la mano de obra. Pero falta el principal. El del odio que pagó 30 mil pesos por ese hecho. Denuncia María Elena que hay complicidad en quienes aplican justicia Que el cartel donde se ofrece recompensa lleva una foto vieja y que mide menos centímetros de lo que dice dicho cartel. Y que van a pasar de cuatro a cinco años de tratamiento incluidas operaciones y rehabilitación para que pueda considerarse que ya esté casi a como estaba. Mis padres ya tienen 60 años (no escuché bien si dijo 60 o 70), y en lugar que yo los cuide, ellos son los que me cuidan.
Pero decía de la entrevista. Y que la música salva. Paola Rojas le pidió que tocara el saxofón, y ella fue acompañada con la voz de Ximena Saiñana en la canción Llorona. Que barbaridad para desatar en los que lo hemos visto desde la rabia por lo que le hicieron (que no le pasó), acto criminal, y la alegría de ver y escuchar que la música es su asidero. Antes había dicho: "me dañaron mi cuerpo, pero no aquí", dijo, señalando su cabeza. Qué valiente, qué fuerte. Que viva Maria Elena Ríos. Y reiteramos nuestro planteamiento de justicia.
En otros videos que vo ghace meses cuenta del origen de la canción Vive, y de la anécdota de cómo José José le grabó la primera canción.
Poco conocido, el destino aún no le definía si torero o cantante, llegaba a la casa de su familia en Aguascalientes. Y recorría la casa y el patio para recordar su infancia. Andaba en las peores, sin dinero ni fama. Y miraba la casa pobre de sus padres. Fracasado, se decía. No has logrado ni hacerles una casa buena. "Pero si nada te llevarás cuando te marches", se respondió él mismo. Y al instante reparó en ese verso, pie inicial para la canción que treinta minutos después ya la tenía. Le pidió a su hermano la guitarra, papel y lápiz. Nada te llevarás cuando te marches, cuando se acerque el día de tu final, vive feliz ahora mientras puedas..." Lo demás es historia.
José José ya era famoso. Napoleón empezaba ser conocido. Coincidieron en una fiesta y se hicieron amigos. De vez en cuando se llamaban. Una tarde sonó el teléfono. Lo contestó. Era José José. "Estoy en Londres grabando un disco, pero hay una canción que no me late; ¿tendrás una que te sobre?" "No tengo una que me sobre. tengo varias. Peor hay una de ellas que creo que te queda bien a ti. Te la mando". "¿Cómo se llama?" No tiene nombre, ponle el que tú consideres". Y se llamó Lo que no fue no será.
La música salva.
Hoy vi parte del video del noticiero de Paola Rojas, en la que entrevista a María Elena Ríos, la saxofonista oaxaqueña a quien un prehomínido le mandó echar ácido sulfúrico. Ya están detenidos los dos de la mano de obra. Pero falta el principal. El del odio que pagó 30 mil pesos por ese hecho. Denuncia María Elena que hay complicidad en quienes aplican justicia Que el cartel donde se ofrece recompensa lleva una foto vieja y que mide menos centímetros de lo que dice dicho cartel. Y que van a pasar de cuatro a cinco años de tratamiento incluidas operaciones y rehabilitación para que pueda considerarse que ya esté casi a como estaba. Mis padres ya tienen 60 años (no escuché bien si dijo 60 o 70), y en lugar que yo los cuide, ellos son los que me cuidan.
Pero decía de la entrevista. Y que la música salva. Paola Rojas le pidió que tocara el saxofón, y ella fue acompañada con la voz de Ximena Saiñana en la canción Llorona. Que barbaridad para desatar en los que lo hemos visto desde la rabia por lo que le hicieron (que no le pasó), acto criminal, y la alegría de ver y escuchar que la música es su asidero. Antes había dicho: "me dañaron mi cuerpo, pero no aquí", dijo, señalando su cabeza. Qué valiente, qué fuerte. Que viva Maria Elena Ríos. Y reiteramos nuestro planteamiento de justicia.
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