Legítima defensa

Despiertas. De pronto despiertas y miras a tu alrededor; ya estás instalado en otro sueño. No conoces la estrella fugaz ni los colores de la habitación. Buscas un espejo que no encuentras. Entran por ti. En silencio. Caminan callados No sabes a dónde. Y crees que preguntar es rebajarse. Sabes que es un sueño. El problema es que al despertar pudieras despeetar hacia otro sueño. No sabes que hacer. Si seguirles el juego y no despertar. En tu defensa tienes las palabras. Una navaja vieja y sin filo. Y el boleto para viajar.

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