Oh, poesía

Oh, poesía. Hoy me distraje y te he olvidado. Me fui por un six, luego por otro. Y me entretuvieron los cantos de la raza. Evocamos tardes de crepúsculo en la playa. Y recordamos viejos amores. Pasamos lista a nuestros muertos. Y luego fuimos por más cerveza. Habíamos ido en la mañana al mercado. A comprar pescado fresco. Y aguacate. Todo apropiado para la sed y el hambre. Oh, poesía, no solo de versos vive el hombre. Antier te circulamos por las cuatro esquinas del ring. Y por las catorce estaciones del viacrucis. Algunos volteaban la cara. No reconocen la poesía cuando va en tacones por los arrabales. Te olvidamos. Y peor en este día. Ya  avisaron que no pasará este fin de semana el camión de la basura. Que a veces me regalan libros de los que salvan. Y yo agradezco. Mejor a usted que venderlos por kilo. Lo pagan tan barato. Y no distingue el peso, si es de cocodrilos o poesía. Me dicen. Unos de Pound y Elliot, me llegaron la primera vez por esa vía. Y desde esa vez ya los espero. Y ellos se despiden de mano, luego de la entrega. Y llevan sonrisa de satisfacción. Hoy me he olvidado. Perdón. Jovenzuela y vieja poesía.

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