Hay un Dios

Hay un Dios que se atraganta con tanta verdad no dicha. Que, indiferente a la desdicha, no sonríe ni escucha ante tanta denuncia, que amoroso abraza sin obligación y no se siente.  Dios triste mira el destino del hombre en su albedrío y dice mundo mío y se le escapa. Ese Dios no dosifica la esperanza. Te envió al mundo como ángel, pero tantos trucos os desviaron. Canta himnos alucinantes para que avances en ti. Un Dios de libertades, de esperanzas y ensueños, de anhelos y realidades.
Ronda en los establos y en los suburbios ese Dios. Llora ante la injusticia. Y su red de wi fi es de otro tipo para otros modos. Ese Dios no escribe y su perfil es de silencio. No conoce la rutina. Y escucha a todos sin mover la ceja y sin dar consejos. Ese Dios es el mío y el de todos. Es benévolo. Es el que atesora los planos del universo. Para crear otro si es necesario. Para castigar sin palo ni fuete. Y atesora un verso como la poesía toda por tan repetida.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?