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Mostrando entradas de enero, 2020

Mi primera computadora

La primera computadora que tuve no recuerdo ni la marca. Quizá LG o Goldstar, que en compu ya ni hay. Fue en 1995. Había entrado como director del Diario La Verdad del Sureste, de Villahermosa, y ya todo se hacía con ese tipo de equipos de alta tecnología. El caso es que yo no sabía absolutamente nada de ese tema. La compré en un local que estaba por la calle Cuahutémoc, y el ingeniero que me la vendió se ofreció en llevarla a mi casa, instalarla y darme una clase de introducción al uso de la computadora. Luego de una media hora de sus explicaciones, se fue, la dejó apagada. Y yo no sabía dónde estaba el botón off on. El caso es que la revisé de "pies a cabeza" hasta que lo encontré e inicié mi camino en el uso empírico de la tecnología. Aún no había internet popular. Los artículos lo pasaban por un aparato de última generación "fax. Por ese mismo se recibían las noticias de la agencia que nos proveía de información. Se escribía y corregía en un programa llamado MS2, c...

Mi abuelo Séneca

Era campesino mi abuelo. Su casa pequeña de piedra estaba cerca de un arroyuelo. En su huerto tenía árboles de manzana y durazno. Se llamaba Séneca. Su comunidad se llama Santo Domingo en Guanajuato. Tenía una vieja armónica, y la cuidaba mucho, al terminar de cantar alguna vieja canción la envolvía en un pañuelo rojo. Por las tardes, antes del crepúsculo la sacaba. Y escuchábamos sus lánguidas notas. Él se concentraba. Entrecerraba los ojos, como evocando la tibieza de alguna mujer romana o egipcia de su juventud. Y tenía a un lado de su cama algunos libros. Entre ellos el de su homónimo, Lucio Anneo Séneca. Y le echaba un ojo por horas. Eran sus alegrías en el día a día.

Azúcar

¿Natural, negra, alevia, o mascabado?, pregunta la diligente mesera en el café, o en el restaurant. Mascabado, le respondo con seguridad y parsimonia, casi siempre. Si no pregunta, me da igual deje cualquiera. O bien tomo del azucarero que ya tienen en la mesa. Hay quienes le ponen hasta dos otras cucharas al café. Yo digo: solo media cuchara, para engañar a mi mente. De niños, cuando aguijonaba el hambre, agarrábamos una tortilla, e íbamos a donde mamá tenía el azúcar, y una o dos cucharadas le poníamos, y comíamos nuestro taco de azúcar blanca refinada. Celia Cruz tiene con esa palabra su grito de guerra. Alegre, jacarandosa, sonriente, rítmica, a mitad de sus canciones suelta "¡azúcaaaaar!". Y se alborota el público. Una vez hice una pregunta como a 150 madres de familia (era el día contra la obesidad) que levantaran la mano quienes consumen refresco embotellado, y la levantaron casi todos. Y les agrego: y hasta hay quiénes le dan biberón a los bebés con ese refresco a...

Plásticos

Hablando de plásticos, permite hipotético lector que inicie con música: "Era una pareja plástica de esas que veo por ahí/El pensando solo en dinero/Ella en la boda en París Aparentando lo que no son/Viviendo en un mundo de pura ilusion..." Para la elección de 1997 del jefe de gobierno de la hoy ciudad de México, el candidato del PAN fue Carlos Castillo Peraza. Perdió estrepitosamente frente a Cuauthémoc Cárdenas. El caso es que Carlos Castillo fue un intelectual de derecha que escribía para algunas revistas. Y siendo candidato escribió un artículo muy discutido que al parecer le afectó entre el electorado. Escribió sobre la proliferación del uso de condones, y su efecto contaminante en la naturaleza. E hizo un recuento a futuro, algo así como que en cincuenta años habría tantos millones de esos látex, que ahogaría la mega urbe. He aquí parte de sus cuestionamientos: "¿cómo se podría ser al mismo tiempo ecologista de inspiración autóctona y aura franciscana, y partidario ...

Hechos

Hechos. Fue un sueño. Dejó el cordón umbilical enterrado en polvo, el mismo de su origen y destino. Creció entre lodo y cielo jugando con nubes y niebla. Perfume de rosas. Cometas. Pies morados por jugar con hielo. Caminó por lo trillado. Por lo seguro. Por lo confortable. Creció entre muros de concreto. Rendijas por donde se asomaba al mundo. Y recibía rayos de sol. Y noticias. Dibujó sombras sin matices ni estrellas. Chispas en la pared de su interior. El fuego lo cegó. Nunca miró a detalle a su alrededor. Murió en el más absoluto silencio.

La brújula

Si crees que has perdido la brújula para orientar tu vida, estás engañado. No existe tal cosa. Nunca existió. Fue el futil cuento con el que nos dormían desde niños. Fue el cuento que inventaron para no reconocer que anduvieron ellos también siempre perdidos. Un día a otro. Un año a otro. Una vida a otra. Y las preguntas de siempre siguen sin respuesta. Otro año más. Y justificamos el extravío con cuentos para dormir a los niños.

Enamórate

Enamórate de la piedra. Ella no te engaña. Y te refresca la memoria si te das en la cabeza con ella. No la lances al enemigo. La piedra no merece tal humillación. Ni ese honor tus enemigos. Hazlo piruetas en la imaginación. Da la vuelta al estallido interno. Enamórate del vacío. Justo es el espacio a donde vamos todos. Te lanzas desde lo alto de la montaña. Y planeas por sobre los árboles. Y al final eres atraído por la nada. Todo desaparece, la luz, las sombras, el hastío. Del silencio enamórate. No hay mayor placer que darle el espacio al silencio. El parloteo incesante de los demás ofende. Lastima. Hace llagas en la conciencia. El silencio es el triunfo absoluto sobre los egos que ignoran lo efímero. El silencio concilia todo. Une todo sin imágenes ni palabras. Enamórate de los sueños. La realidad se pierde en el laberinto de la razón. Y es en los sueños donde somos amos y señores del destino. El mejor libro. El mejor café. La mirada mejor. Los sueños son parte de la c...

El avión

A raíz de escuchar de AMLO que se va a rifar el avión presidencial. Y más ahora al conocer el diseño muestra del cachito de lotería, en casi todas las casas, en las redes sociales, en los bares y cafeterías, se está reflexionando entre comprar el cachito o no (tendrá un costo de 500 pesos). Y qué hacer en la seis mil millonésima posibilidad de que salga nuestro número premiado y ganemos el multicitado avión presidencial. Comprado en el final del sexenio de Felipe Calderón, en acuerdo cómplice para el uso de Enrique Peña, desde que salió en noticias, causó revuelo. Un despilfarro la compra de un avión que ni los jeques árabes, ni el presidente Obama lo tenía, siendo aquellos muy ricos, y este, presidente de la primer potencia mundial. País tercermundista el nuestro, o en vías de desarrollo, su presidente volaría por el planeta tierra en uno de los aviones más lujosos, ridículo, ostentoso y caro. Estúpidamente ostentoso, bien valdría la pena calificar. Acotación al margen, al presidente ...

La sal

Fue una sorpresa saber en 2003 que los cubanos de a pie y guagua no tienen acceso a la sal. Digo, aparte de todas las limitaciones. Pero tienen prohibida la sal. Como turista la pides. Te orientan que puedes ir a las tiendas de turistas, y comprar tu pomito. Y agregar tu sal, para tu ingesta, la que quieras. En México nos acostumbramos comer con sal. Y más aún, hay quienes antes de probar el grado de sal en su comida, toman el salero y le ponen algo más. Y por si fuera poco hay comidas a las que se les agrega carne salada. Por cierto, muy sabrosa dicha comida. En toda mesa de restaurant en México siempre fue algo natural tener un salero, aparte de servilleteros y otras cosas propias de dicho espacio, Por otra parte los índices de enfermedades causadas por el alto consumo de sal en nuestro país se fue incrementando, de tal manera que los grandes problemas de salud tienen que ver con hipertensión y afectaciones al corazón que son causa de infartos. Y que, para el sector Salud, el tra...

Allá en mi pueblo

Cuarenta años en Tabasco. En mi llegada como docente de primaria, egresado de la escuela normal de mi ciudad, al responder "Matamoros", a la pregunta de dónde eres, me completaban, "la tierra de Rigo Tovar". Es decir, teniendo a Chico Ché, como ídolo popular, aquí en Tabasco reconocían el trayecto nacional de Rigo y lo identificaban con Matamoros, como referencia directa. Seguro que lo mismo les pasó a compañeros normalistas que llegaban como maestros de básica a otras entidades federativas. En otras charlas me preguntaban sobre el platillo tradicional, y yo buscaba respuestas, y la única que tenía a la mano era la carne asada con guacamole. Luego poco a poco, ante las constantes preguntas, fui conformando una respuesta más apegada a la conformación poblacional de la frontera norte. Ahora lo comprendemos más con la inmigración centroamericana. También la migración nacional ha sido la constante hacia el norte. Luego entonces de todas las entidades, predominantemente ...

Canal de sueños

Debiera haber canal de sueños. Para antes de dormir seleccionar el propio. Así sea de temas como otros mundos. Mis hermanos y hermanas. Mis padres de jóvenes. Momentos de juventud. Etcétera. Sería emocionante. No que quedamos a merced del azahar. Y podemos soñar o no. Y si soñamos podemos recordar lo soñado o no. Y si recordamos será el sueño que tenga a bien presentarse. Si, sería interesante y bueno para la salud un canal de sueños. Y seleccionar series, películas  hechos reales del pasado  ficción pasada o futura. Lluvia o seca. Primavera o invierno.

No nos debemos acostumbrar

Nos quedamos perplejos ante noticias de muertes. Sean estas de personas sencillas o encumbradas. Cada nueva noticia supera a la anterior. La nota roja iba siempre en la hoja posterior de los diarios. De años acá ocupa portadas muy seguido. Claro, la diferencia a veces es el estatus de la persona que muere. Hace dos años desapareció un pescador vecino. Silvio. Su lugar de pesca era una laguna cercana. Lo buscaron con buzos por cinco días. Se cree que fue devorado por una lagarta. Se dice que Silvio sabía de sus crías de cada camada. Las capturaba y las vendía. Hasta que sucedió lo que comento. Otro vecino, Don Frank, falleció a causa de un infarto pasados 30 minutos del año nuevo del 2018. Hombre sencillo, amable. La mañana del 1 de enero de ese año inició su velorio. No sé le escuchó queja días antes. Ningún anuncio de lo que vendría. Dedicado al pequeño comercio, lo saludaba por las mañanas cuando él salía a tirar las bolsas con basura, y yo iba rumbo a mi trabajo. Este domingo pa...

Perros

Salgo al patio y veo un perro cachorro, blanco. Mueve su cola. Me reconoce como el que le da algunos huesos de pollo de vez en cuando. Vive en una casa a una cuadra de la mía. Mascotas, les llaman. Y hay bienquerientes de diversos animales. Cuanto más rara, más notoria la afición por las mascotas. Lo normal vienen siendo perros y gatos. Pero hay quienes tienen loros, serpientes, ratas, cocodrilos, conejos, gallinas y puercos. Hasta donde yo sé. Claro, hay mascotas más sofisticadas. Y estas las tienen en otros lugares, en grandes patios, y hasta con clima especial, veterinarios las 24 horas. Se sabe de leones, tigres, monos y panteras. Una vez en la revista proceso de hace como 25 años vi un reportaje de una familia, de los nuevos ricos, que posaba con joyas, ropa extravagante y un león o tigre echados a su lado, sobre una alfombra hindú. A los de este lado, los nosotros, solo perros y gatos. Y en mi caso, gatos no. Solo perros. En el transcurso de mi vida he tenido la dicha y alegrí...

Me lees.

Me lees. Te Leo. Nos leemos. Toda la clave es leer. Escudriñar en los signos escritos. Lo que se dice y lo que no. Yo miro un tigre. Cae nieve en la ciudad. Leer es aprenderse de memoria los números del circo. Su orden. Quien inicia. Quien termina. Leer es asomarse al vacío. Y lanzarse sin protección. Me lees. Te leo. Nos leemos. Nada ha sido fácil. Mira tú. Mírame.  El espejo ofreció su discurso de primavera. Hace tiempo ya. El invierno abraza frío. El clavo se encaja lento a martillazo puro. Y miras atrás o adelante. Las mismas recetas de vida. Leer es asomarse a las grietas del corazón. Las cicatrices. Declamar un poema que nadie escucha. Guardar el libro subrayado. Libro vacío de recuerdos. Es asomarse a la noche y saber que lo oscuro solo es un marco para lo que brilla.

Consejos para los domingos

0. Qué hacer los domingos No sé usted, hipotético lector, pero muchas personas se la pasan aburridos los domingos. Incluso yo mismo, a veces. Asomarme la tarde del sábado a mi domingo, se me hace un vislumbre de televisión y cama. Que no está tan mal. Pero en mi caso ahora jubilado (y hay tantos en mi condición de edad) tengo que moverme para tener mejor salud y prevenir futuros achaques, cuando menos para retrasarlos, en virtud que me dicen, y lo creo, son inevitables. Pero dejando al lado eso, es conveniente escribir algunas palabras de tantas cosas que se pueden hacer los domingos. Empezando por un café o té y, antes o después, un buen baño para despertar del todo.  La cama es buena para muchas cosas, incluyendo el descansar. Pero habrá momento que empiece el descanso eterno. Vida es movimiento, mientras tanto. Yo salía a caminar. Vencía mi habitual flojera y a rastras llegaba a mis tenis, short y playera, y salía a caminar por distintas cuadras de mi casa. Y sentía un renac...

Buchón, buchona

Buchón, buchona. Lo primero que se me vino a la mente al escuchar el término, es la parte del pescuezo de las aves. Escuchaba decir a mi madre: "tráete la buchona que hoy vamos a comer caldo". Un término de uso en el lenguaje del campo. Y últimamente la he escuchado en pláticas. Lo de buchón o buchona. Y se refieren a alguien. Me dijeron, son los que toman whisky Buchanan. Y pues tampoco era lo correcto. Refieren a alguien que llega a un bar, sea hombre o mujer, y pronuncia la marca del whisky tal cual. De tal manera que dice: dame un buchanas. Y no como dicen que se debe pronunciar: "bucanan". Así que ya saben. Yo para no equivocarme mejor pido una corona. Bueno, eso está pendiente por ahora. Mejor pido una Tecate.

Para escribir

Para escribir tenemos memoria e imaginación. Y debemos tener disponibilidad, por supuesto. En la primera tenemos los recuerdos de todo lo que hemos vivido. Será poco o mucho, según la edad. En la segunda recordemos la imaginación de la que escribieron los grandes; a mejor ejemplo los griegos con sus dioses y animales que existieron solo en la mente de quienes los concibieron, entre ellos sirenas, tritones, dragones, por decir algunos. Además de las fábulas y mitos. Para eso hay que leer mucho. Y modestamente la propia, integrada por los sueños y las construcciones de lo que no existe pero lo hacemos posible en el texto. Yo por ejemplo ahorita imagino una invasión militar en Estados Unidos, y mi hipotético lector, recordará la de Pancho Villa en Columbus; o la invasión silenciosa (y ni tanto) de latinoamericanos, California tiene un porcentaje muy alto, etc. Pero no, yo me refiero a la invasión militar por parte de estados árabes. En la imaginación todo es posible. Pero para escribir...

Para escribir las historias

Hace tiempo , en tiempos de María Castaña, cuando amarraban a los perros con longaniza, yo escribía una columna en La Verdad del Sureste, diario de Villahermosa y alrededores. Quizá fue en el 92 y 93 sel siglo pasado. Abordaba allí diversos tópicos, con algo de humor. Se llamaba la columna Las historias conocidas. Fueron bien recibidas por algunos lectores. Me cuenta Ernesto, un amigo de Derechos humanos, que su sobrino coleccionaba dichos textos. Por esa actividad laboral de escribir tuve la dicha que me pagaran las colaboraciones. Me invitó a escribirlas el extinto Alberto Perez Mendoza, hombre de mucha confianza y estimación de Andrés Manuel Lopez Obrador. He retomado ese impulso para escribir en el face, ya llevo unos cinco textos, y continúo. Ahora esas historias conocidas llevarán solo un número de identificación y aquí adelantó algunos titulos:  Temas para escribir aquí en el face: Valores. Los héroes. Mis perros. Amor y amistad. Blue jeans. La vez que fui a La Habana. Alum...

Cementerios

No me gustan los cementerios. Creo que a nadie. No estoy seguro. No creo que haya quien diga "voy a pasear al cementerio", voy a echar un roll. Lo que sí es que llegamos por solidaridad por memoria. "Es a la cita donde me gustaría no cumplir", decía mi padre. Pero imposible. Cuando he ido me entretengo en ver nombres y fechas. A veces algún epitafio. Veo las criptas.  Sencillas en algunos cementerios. Lujosas en otros. Algunos panteones muy abandonados. Veo algunos nombres homónimos de conocidos. Y algunas tumbas que son las verdaderas de personas y personajes conocidos. Eso sí, creo que es bueno reflexionar de todo. O hacer recordatorio de lo efímero que somos. Para ello hay letreros en internet, uno de ellos dice a la entrada de un cementerio: "aquí se acaba todo odio, toda envidia, todo egoísmo". O ese otro con dibujo donde se ve que el finado llega al cementerio con un montón de cosas, y el esqueleto con guadaña, que simboliza la muerte, le dice: ...

La filosofía y mi amigo Diógenes

Imagínate la escena, hipotético y paciente lector: seis u ocho muchachos y muchachas, de entre 16 y 18 años. Asomándose a las mieles de la juventud. Bajo un árbol, quizá nogal, me parece que sí era nogal, sentados en un pasto fresco, cualquier tarde de esos años, 77-79, en la Colonia Jardín de H. Matamoros, Tam, leyendo el libro Principios fundamentales de filosofía, del checo George Politzer, para luego comentar sobre esos temas. Punto uno: no eran temas de tarea escolar. Punto dos: nadie llegaba obligado. Era la amistad simple, grande y llana. Cada quien hacía comentarios, sin saber que estábamos ejercitando el pensamiento. Sin saber exactamente para qué nos serviría. Solo que nos gustaba estar allí. Una tarde por semana. Y seguimos teniendo en la distancia de cuarenta y tantos años, la misma amistad. Luego cuando en Tabasco ingresé a la Facultad de Ciencias de la Educación de nuestra UJAT, que por cierto a partir de hoy 23 de enero estrena rector, tuve una materia que se ll...

Libros

La palabra libro es muy parecida a la palabra libre. Y su vínculo es claro. Aprender a leerlos, logra en gran medida que las personas comprendan lo que significa la palabra libertad. Y por supuesto, que la ejerzan. No de otra forma podría ser. Aunque también es cierto que aprender a leer, y no desarrollar el hábito de la lectura, no significa nada, o muy poco en el desarrollo intelectual de las personas. Atribuido a Mark Twain, escritor norteamericano, es el siguiente enunciado: elque sabe leer y no lee no tiene ninguna ventaja sobre el que no sabe leer. Así de directo. Exactamente no recuerdo cuál fue el primer libro que leí. Pero sí tengo claro que el maestro Carlos Martínez Cabello, que me daba primer grado de primaria, llegaba al salón con su portafolio, y sacaba uno pequeñito con canciones de Gabilondo Soler, el grillito cantor, Cri Cri. A mi edad de seis años, casi siete (nací en noviembre), me parecía maravilloso ver que él empezaba a cantar una canción asomándose a ese susodich...

Beto Vázquez, en paz descanse

San Pedro le pidió a Rigo Tovar que cantara unas canciones, de sus éxitos. Rigo había cantado cinco, Mi Matamoros querido, La sirenita, La herencia, cómo será la mujer y Monterrey. San Pedro, muy contento, esperaba la canción Rosa Valencia. Y así se lo dijo a Rigo. Esté le respondió: esa yo no la canto, solo hago segunda. La canta Beto. Y así San Pedro llamó a Beto Vázquez.  Descanse en paz. Pronta resignación a su familia y  amigos.

Aterrizaje

Uno aterriza luego de volar. Y volar alto. Si el aterrizaje es suave y por lo tanto sin sobresaltos, mucho mejor. Y en el último caso si es aterrizaje forzado, ni modo. Tarde que temprano hay que poner el tren de aterrizaje donde corresponde y para lo que es. Sea por estrategia, plan, o por urgencia. Seria bueno alunizar. En pupilas  O apielizar. Mas somos tierra, polvo. Y regresamos a donde corresponde. A la tierra. Luego de soñar y volar.

Los relojes

Los relojes son símbolo de la medida de tiempo. No lo miden, pero es la idea que nos da. Miden la vuelta de la tierra sobre su eje, y en conjunto, la vuelta de su órbita alrededor del sol. El caso es que es nuestra referencia de medida del tiempo. La caída de las hojas es una imagen del paso del tiempo, la llegada del otoño, el preludio del invierno. Y en la edad del ser humano, las estaciones se comparan: primavera, infancia, invierno, vejez. Y así nos vemos. Así nos vimos en el transcurrir o fluir del tiempo, el paso de las estaciones. Don Renato Leduc, bohemio, escritor y periodista, nos dejó un alucinante poema sobre el tiempo. Ese que dice sobre "Sabia virtud del comprender el tiempo, a tiempo  amar y desatarse a tiempo"...  Y así sigue con uso de la palabra tiempo, verso a verso, "ignoraba yo que el tiempo es oro, cuánto tiempo perdí, ay, cuánto tiempo...". Al paso de los días, los meses y los años, cada vez lo vamos entendiendo mejor. Por cierto maravillo...