Entre el futbol, matemáticas, dibujo y mímica

Candelario, muy bueno en matemáticas y futbol. Ronaldo muy bueno en dibujo, futbol y matemáticas. Adrián, muy bueno en teatro y futbol. Y así cada uno de los alumnos en el grupo D, segundo grado, inquieto, con los que trabajé el segundo semestre de su año escolar.
En las aulas de educación básica lo fundamental es descubrir las potencialidades de los alumnos. Sin duda dentro del marco del Plan y Programas de estudio. Estos encuadran lo general. Y es bueno, como brújula teórica. Pero cada alumno trae su linea de potencialidad. En esta ocasión escribo sobre tres alumnos, aclarando que todos ellos son maravillosos, y me refiero a los dos grupos con los que trabajé en 2019. Adrián, Ronaldo y Candelario pertenecen al grupo que he referido como inquieto y asignado por dos años consecutivos en una bodega.
Candelario y Ronaldo muy buenos para matemáticas y el futbol. Y además muy respetuosos con sus maestros. Mi reto era no reportar a ninguno del grupo a la dirección de la escuela y lo logré. ¿Cómo, si eran muy inquietos? Con respeto hacia ellos. En matemáticas Cando y Ronaldo ponían mucha atención. Realizaban los ejercicios primero y sacaban calificaciones bien ganadas de 8. Candelario algo mayor de edad para secundaria. A veces lo veía recostado en el pupitre, con sueño. Pasaba cerca de él, y se erguía. "Explica en qué parte de la explicación vamos", le decía. Y él explicaba.  En el equipo de futbol era el líder. Incansable recorría la cancha de futbol con rapidez y técnica. En los torneos de la escuela telesecundaria casi siempre estaba en las finales. Y como con un jugador solo no se gana siempre, la final la perdían. Y se empezaban a gritonear echándose la culpa unos a otros. Les impuse que no hicieran eso. Y les expliqué que eso debilita a los equipos.
Un día les propuse (a Cando y Ronaldo) que se retaran en sostenidas sin dejar que cayera el balón, fuera con pies, piernas, pecho o cabeza. Al principio llegaban a veinte. Poco a poco iban aumentando. Hasta que Ronaldo se impuso y llegaba hasta cerca de cien. Era una alegría verlos jugar. Luego practicaban en meter goles con jugadas de chilena. Eran realmente jugadas de primera.
Ronaldo además de matemáticas y futbol, era uno de los mejores dibujantes del grupo.
Adrián en cambio era sobresaliente en futbol y en teatro.
Todos ellos me ayudaron en la creación del jardín botánico, del que ya he hablado en otro texto. En artística vimos unas clases de mimo. Era un mimo en YouTube que tiene nueve actos breves de mímica. La clásica de la pared. Limpia vidrios de ventana. Cocinar un huevo. Pedir raid y la lluvia, Jalar y empujar un auto, etc. Todos pasan a realizar dos o más actos. Pero sin duda Adrián fue sobresaliente. Hasta le aplaudían en el grupo.
Sin duda alguna el respeto hacia los alumnos, levantarles el ánimo y reconocer que son muy buenos en sus habilidades para situaciones o campos de aprendizaje específicos, los hace elevar su autoestima.
Por situaciones de familia, en algunos casos padres separados, pleitos físicos y verbales con hermanos, o violencia del padre hacia la madre y los hijos, la escuela es su refugio emocional. Para ello hay que realizar un trabajo fuerte de apoyo sicológico. Y estoy seguro que la mayoría de maestros realizan este trabajo. Bien y para bien.

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