Cine de mi corazón

Otra de las actividades en la escuela que se deben hacer, y muchos maestros lo hacen, es el cine club. Cuando esto se anuncia en el grupo rápido los alumnos de secundaria creen que serán películas comerciales, como las que están acostumbradas a ver. Y pues no. Serán las que tengan una argumentación acorde con lo que se quiere en el grupo, que es el aprendizaje de ciencia, valores, arte, disciplina, cómo enfrentar situaciones difíciles, etc.

A una ex alumna del año 91 o 92, de Las Gaviotas, la vi hace pocos años. Necesitaba una Carta de recomendación para un trabajo. Me contó que solo había estudiado hasta preparatoria, por razones económicas. “Me acuerdo aún de la película Casablanca que vimos en el salón”, me dice.

En efecto. Las películas bien hechas dejan huellas imborrables en la mente de quienes las ven. Una señora con la que yo trabajaba cuando tenía doce años vio la película Papillón (con Dustin Hoffman y Steve Mcqueen), que trata sobre el sueño de la libertad, me dio dinero para que fuera al cine a verla. Al día siguiente me preguntó si la había visto. Y le conté parte. Ella quería que yo vislumbrara una lucha por la libertad individual, contra todos los obstáculos económicos, en esos tiempos más.
Por eso y muchas más razones es importante que en cada salón el maestro de grupo implemente un cine club. Los alumnos se lo van agradecer siempre. Para ello hay que asesorarse sobre qué películas hay disponibles, y sobre qué temas se adaptan al programa de estudios del grado correspondiente.
Pongo un ejemplo fácil. La película Macario, basada en la novela homónima de B. Traven, interpretada magistralmente por el joven Ignacio López Tarso. Asimismo otras, como El niño de la piyama a rayas, o La vida es bella, sobre los conflictos entre países, y cómo trastoca la vida familiar. Y tantas otras que hay disponibles para aprender deleitándose con el llamado séptimo arte.
Ayer yo vi una con el tema del Alzheimer. Emilio, un maestro de matemáticas de universidad, tiene demencia senil progresiva. Su hija Julia no logra que acepte viva él con ella, casada y con una hija, Blanca. Emilio recibe explicaciones sobre la progresividad de su mal. Le quedarán recuerdos lejanos. Entre estos su primer amor a los 12 años, Patricia Riquer. La película trata sobre la enfermedad de Emilio y de la reticencia primero y luego complicidad de su hija y nieta para localizar a esa mujer ya de su edad como él. Hay una clave el número Pi. Pero eso lo descubrirán viendo la película en Netflix. Se llama Vivir dos veces.
El caso es que los colegiados escolares deben ponerse de acuerdo para los Cines club. Con orden. Responsabilidad. Entusiasmo. Y temas vinculados a valores, ciencia, historia, medicina, discapacidad, etc.
¡Corre película!

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