Importancia del teatro en la escuela

Cada escuela tiene sus muy buenas y regulares etapas. A veces llega algún director y/o maestro dinámico y creativo. E impone un ritmo renovado y creativo de trabajo. Y los alumnos y padres de familia los recuerdan por siempre. Lo peor que nos puede pasar es que la rutina se instale como reina de todos los días.
Luego vienen los cambios geográficos. Los trabajadores de la educación cuando inician su carrera educativa, por lo general lo hacen lejos de su lugar de origen. A veces en otro estado, como fue mi caso. O en municipio y comunidad lejana, dentro del propio estado. Y dejan la escuela para trasladarse a otra donde imponen su dinamismo.

Comento lo anterior porque el sábado me dispuse a revisar un cuarto donde tengo libros y chucherías que he ido guardando por años. Entre estas, carritos en miniatura, instrumentos musicales, recortes de periódicos, algunas revistas conmemorativas sobre Octavio Paz, Juan Rulfo, Gabriel García Márquez, algún recuerdo de viaje.
Hubo época que salían carritos de colección. Últimamente eran sobre los Volkswagen (el clásico vocho, la Brasilia, el záfari, la combi, etc). Hubo una de hace como veinte años, coleccionables de taxis del mundo. También deportivos. Y otras colecciones de libros, de minerales, relojes, estampillas, etc.
El caso es que a veces uno guarda algún recuerdo de alguna escuela. Como en este caso encontré una invitación a una obra de teatro en la Escuela Telesecundaria Niños Héroes del Ejido Chicozapote, Nacajuca, zona indígena, donde llegué en 1995.
La invitación dice: “Se invita a todos los padres de familia y público en general a que asistan a ver la pastorela, que se presentará en el patio de la escuela, el día 17 de diciembre del presente año (1995). Atentamente La dirección de la escuela. Pastorela es una obra de teatro en la que se representa el viaje de pastores que hacen en camino rumbo al nacimiento de Jesús”
Esa ocasión fue una oportunidad que teníamos de interesar a los alumnos y mostrarle a la comunidad que las artes en general, y el teatro en particular, es una manera de lograr desarrollo de la personalidad de los jóvenes. Todo ello dentro del Plan de estudios.
Dejamos claro con los alumnos y padres de familia el respeto absoluto a los distintos grupos religiosos. El maestro promotor de este tipo de actividades tiene que ser cuidadoso de no ofender a la comunidad en ningún tema. Y no cruzarse de brazos con el pretexto que puede haber problemas con los padres si hace una actividad u otra que pudiera ser polémica por sus creencias, tradiciones y costumbres.
El caso es que se formó un buen grupo, recuerdo a Juan Luis, Betty, Lucía, entre otros, que se entregaron completamente a aprenderse el guion, a ensayar, a la elaboración de la escenografía y el vestuario. La participación no es solamente de los alumnos actores, sino de dibujantes, pintores, los que movían el telón, los que cambiaban el escenario. El alumno que anunciaba la obra con una breve explicación. El que tras bambalinas grita la primera, segunda y tercera llamada, etc.
El caso es que salió muy bien. Hay muchachos de esa generación que no siguieron estudiando, por problemas económicos. Pero su forma de ser y ver las cosas cambió con esa y otras actividades que realizamos en conjunto. Con mayor seguridad. Facilidad de palabra. Mejor autoestima.
Todas las escuelas de nivel básico deben de tener su taller de teatro, de música, de danza, de declamación, de dibujo, y cualquier otra relacionada con las artes, que permita a los estudiantes encontrar otros motivos de alegría y gusto para llegar a la escuela. Claro, a otros alumnos les gustan las matemáticas, la ciencia. Bien. El arte les permite encontrarle otro sentido a la vida, en tanto no solo de pan vive el hombre, como dicen.
Repito el ideal, utópico, que la escuela debe ser entretenida y alegre, de tal manera que los alumnos se pongan tristes porque llega el viernes hora de salida, y ansiosos en la tarde noche del domingo quieran que ya amanezca lunes porque al día siguiente regresan a las labores de la escuela.