Las termitas
Las termitas, como la corrupción, son una plaga. Deja uno la casa por algunos días. Y ellas huelen la madera que tienes dentro y hacen sus carreteras túneles de barro, por donde infatigables transitan para comer, en equipo, tus muebles. La madera de pino es su favorita. Ves en las paredes caminitos por todas partes o en los rincones. Te descuidas. No sabes si de dentro de la casa salieron hacia los árboles frutales que también les encantan, sean estos de guanábana, mango o mandarina. Allí están omnipresentes. Omnipotentes. Poderosas. O de fuera buscaron refugio dentro de la casa. Ya dentro encuentran su alimento, y si no se les detecta y combate, acaban con todo lo de madera: puertas, muebles, estructura de casa, etc.
Son colonias de termitas. Tienen sus castas: pareja real, obreras, las neoténicas, las aladas, las ninfas y soldados. Solo la pareja real tiene el derecho biológico (digámoslo así) de reproducirse. Aunque las neoténicas tienen también sus aparatos reproductores, estos están inhibidos por feromonas que despliega la pareja real. Al desaparecer la pareja real, o descender considerablemente su reproducción, las neoténicas se convierten en reproductoras sustitutas. Su expectativa de vida es de 15 a 20 años. Bueno, ellas no tienen expectativas, pero es una forma también de decir. Es un dato.
Interesante la vida de las termitas. El caso es que nos perjudican en su vida, porque su alimento es madera, cartón, papel. Son depredadoras. Uno busca en internet la manera de combatirlas. Y mas que combatirlas, exterminarlas. Y encuentra uno líquidos fumigadores. Entre caros y baratos. Hay empresas anti corrupción termífera, especializadas.
Yo tenía una sillón de madera. Para protegerlo lo pinté con pintura de aceite. Pero estando la casa deshabitada, buscaron la ruta. Y la acabaron. Encontré caminos y túneles de termitas por todas partes. Como un infierno de pesadilla. Parecía que de pronto se iban a rebelar, unir, y atacarme. Como si fuera película de nombre La invasión de las termitas. Pero no. Logré acabar con ellas, las de dentro de la casa. Ahora me la paso en las tardes buscando fuera alguna señal para detectarlas. Y trazar mi plan. Ya tengo años así. Las sueño. He tenido pesadillas, como que se van metiendo en mi carne para llegar a los huesos.
El caso es que no hay que dejar que se amplíen los termiteros. Tan pronto detectemos uno, a combatirlo. Sus colonias están bien organizadas. Los daños son cuantiosos. Las termitas, como la corrupción son una plaga. Y están en todas partes.
Son colonias de termitas. Tienen sus castas: pareja real, obreras, las neoténicas, las aladas, las ninfas y soldados. Solo la pareja real tiene el derecho biológico (digámoslo así) de reproducirse. Aunque las neoténicas tienen también sus aparatos reproductores, estos están inhibidos por feromonas que despliega la pareja real. Al desaparecer la pareja real, o descender considerablemente su reproducción, las neoténicas se convierten en reproductoras sustitutas. Su expectativa de vida es de 15 a 20 años. Bueno, ellas no tienen expectativas, pero es una forma también de decir. Es un dato.
Interesante la vida de las termitas. El caso es que nos perjudican en su vida, porque su alimento es madera, cartón, papel. Son depredadoras. Uno busca en internet la manera de combatirlas. Y mas que combatirlas, exterminarlas. Y encuentra uno líquidos fumigadores. Entre caros y baratos. Hay empresas anti corrupción termífera, especializadas.
Yo tenía una sillón de madera. Para protegerlo lo pinté con pintura de aceite. Pero estando la casa deshabitada, buscaron la ruta. Y la acabaron. Encontré caminos y túneles de termitas por todas partes. Como un infierno de pesadilla. Parecía que de pronto se iban a rebelar, unir, y atacarme. Como si fuera película de nombre La invasión de las termitas. Pero no. Logré acabar con ellas, las de dentro de la casa. Ahora me la paso en las tardes buscando fuera alguna señal para detectarlas. Y trazar mi plan. Ya tengo años así. Las sueño. He tenido pesadillas, como que se van metiendo en mi carne para llegar a los huesos.
El caso es que no hay que dejar que se amplíen los termiteros. Tan pronto detectemos uno, a combatirlo. Sus colonias están bien organizadas. Los daños son cuantiosos. Las termitas, como la corrupción son una plaga. Y están en todas partes.
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