Dios la hace siempre de maestro
Dios siempre la hace de maestro.
Solo que a veces cariñosamente exagera.
Cuando nos pica una avispa y nos hincha el labio o el ojo.
O cuando nos agarra la lluvia sin paraguas.
A veces esconde el sol por unos días.
O lanza rayos y centellas como un borradorazo para espantar a sus alumnos.
Inunda para lavar ciudades de tanto orgullo y odios.
Lanza pandemias para arrodillar a los ambiciosos e a los indiferentes
Sin previo aviso se lleva consigo a quien más quieres.
Y te deja a otros, muchos otros, que fastidian animosamente.
A veces se toma sus vacaciones y todo se descompone.
Entonces regresa y encuentra un caos.
Y empieza de nuevo a ordenarlo todo.
Y vuelve a tomar las riendas del mundo.
Comentarios
Publicar un comentario