La fotografía

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Antes tomábamos fotografías, en rollos Kodak, principalmente, de 12, 24 o 36 tomas, y esperábamos varios días para ver una especie de milagro de la química, que sacaba a la luz las imágenes que habíamos tomado días antes, incluso meses antes. Y nos maravillábamos con una sonrisa, algún familiar que ya había fallecido, algunas flores o árboles. Y también lo contrario, que la toma que más esperábamos con ansia, no salía o había quedado muy borrosa, u oscura. En esas fotografías quedaron registrados muchos de nuestros recuerdos familiares, escolares e históricos.


2

Todo cambió con la aparición con la fotografía digital. Todos tomamos fotografías. Pero solo algunos son fotógrafos profesionales, de estudio, fotorreporteros y artistas. Y otros que andamos tomando fotos por entretenimiento y diversión. A veces por chispazo nos quedan algunas bien. Pero la diversión de tomar fotos nadie nos la quita. Y nos gusta repasar imágenes mediante una hojeada. Volvemos con nostalgia al pasado. Miramos rostros, crepúsculos, palomas en cabeza de monumentos, playas limpias o con basura, extrañas nevadas.  Y también el rostro de una novia, de un amigo, de una vecina. 

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Cómo me gustaría tener más fotos de mis padres. Pero no había las facilidades de ahora. Y también ya he dicho que mi madre no quería le tomáramos fotos. Si lo intentábamos a escondidas, ella cuando se daba cuenta levantaba la mano y obstruía. Así que nos quedamos con muy pocas imágenes de ella. La de grupo en algún bautizo. O las oficiales para trámites de credencial de elector o Forma 13, que acredita que eres residente de la frontera. Solo dos años antes de su muerte permitió muchas fotos. Sea que lo presentía su fin. Sea que cambió de parecer. Lo cierto es que llegué yo a Matamoros, a la casa de ella, quizá era abril o julio, (Semana Santa o vacaciones de verano), el caso es que traía yo la cámara, inseparable, y le tomé algunas fotos, con Don Juan, con algunas nietas. Ella traía un vestido de tela estampada con flores lilas y guindas. Nomás los recuerdos quedan ahora. 


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El 24 de diciembre de 2003, en la noche hacía frío. Pasamos la Navidad en casa de una hermana en Matamoros; ya de regreso a casa de mis padres en la madrugada del 25, notamos que caía una fina pelusa transparente. "Está helando", dije. "Parece nieve", me dijo una de mis hijas. "Estas loca", dije yo, completando "en Matamoros hiela, no Neva". Y así nos fuimos a dormir. En la mañana me despierta ella diciendo: "nevó, papá, ya ves, te lo dije, y tú no creías". Y me asomé a la ventana, y efectivamente, con un sol radiante, y la nieve de la verdadera blanca Navidad. Me levanté lo más rápido que pude, y con cámara en ristre tomé fotos a diestra y siniestra. Niños haciendo muñecos de nieve. Hombres y mujeres grandes jugando con lanzamientos de nieve. Todo era fenomenal. Y parecía un sueño. Y quedó registrado el hecho en muchas fotografías digitalizadas, que guardo en un viejo disco duro externo. Y que religiosamente cada vez que voy a Matamoros, y estoy afuera de la casa, pasa algún vecino, me saluda, y me pregunta que cuándo voy a imprimir fotos de esa última nevada en Matamoros. Yo le respondo que en la próxima visita, que no ha llegado aún por causa de la pandemia, y creo que ni este diciembre ya muy próximo, podré.


 5

La tarde del 23 de marzo en Lomas taurinas, Tijuana, mataron a Luis Donald Colosio. Ya había terminado el mítin. Pusieron en alto volumen:

 Yo vi a una culebra mirando hacia mí

Y yo grité: ay, la culebra!
Y yo grité: ay, la culebra!
La gente salió huyendo mirándome enojados
Toditos asustados comenzaron a gritar
Huye, José!, huye, José!
Ven pa'ca
Cuidado con la culebra que muerde los pies
Ay, si me muerde los pies
No puedo yo bailar si me muerde los pies

Y entre esa música se escucharon los balazos. Los trabajadores de la prensa ya estaban arriba del camión. La parte del.mitin ya les había dado las fotos para mandar a la redacción de su periódico. Entre el caos del bullicio, música y gritos, les llegó la noticia: le dispararon al candidato (Colosio). El fotógrafo del que se habla bajó corriendo del autobús con su compañera cámara en el hombro. Instintivamente la sacó ya sin tiempo para cambiarle el rollo de 36 que traía puesto. Y disparó con la esperanza que a veces el de 36 trae un excelente para una o dos tomas más. Y efectivamente quedó la foto más conocida, en el momento que levantan a Luis Donaldo, sangrante.

Y quedan las fotos como testimonio. Entre muchas recuerdo la que registró la "roqueseñal", festejo que hizo Roque Villanueva al levantar sus manos, y lanzar una sonora carcajada, señal del triunfo contra el pueblo mexicano: aprobación del aumento del iva del 10 al 15%.  Y se destaca lo oportuno del click del foto reportero.

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Excelentes fotos aéreas ahora con el dron, pequeña maquina voladora tipo helicóptero de juguete. Vemos el punto de vista aéreo, tanto de ríos, parte alta de edificios, y sobretodo ahora que vemos la expansión del agua en las inundaciones.

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