Ahora que pase la pandemia

 

Ahora que pase la pandemia y termine este encierro prolongado. Que es como arraigo domiciliario. Saldremos a vivir la vida con el concepto que sólo se vive en el presente. Habrá muchos ausentes, lo digo con dolor. Pero la vida así va, de la cuna a la tumba. Mientras tanto bailemos cumbia y rumba, y sobretodo baladas lentas que acercan y entibian los cuerpos en tiempos de frío. Y aún con calor se requieren. Saldremos a una cafetería, y haremos recuento de todo. Un balance real, no a modo, de lo que tenemos en valor de cariño y aprecio. Nada que tenga precio tendrá algún valor. Reflexionaremos con amigos y amigas de ese tiempo ido, no perdido, porque aprendimos de mucho. Sobretodo que estamos hoy mañana no sabemos,  lo efímero que es la vida. Cogeremos la taza del café, y lo llevaremos a la boca, aunque nos queme, si está caliente. Y seguiremos arreglando el mundo aunque nos tardemos tomando muchas tazas de café. Es tan necesario y de ser posible a diario. Mientras tanto oremos por los enfermos aún. Tengamos los mejores recuerdos de quienes se fueron. Es nuestro pesar. Nuestro doloroso pesar.