Las moscas

Las moscas

12/01/2021

1

Nadie las invita, pero cuando hay comida, allí están, puestas para la ocasión, probando de todo, animosas y encimosas, saben sus momentos. Nos acompañan en la existencia, fieles. Nadie las evita. Nadie las quiere.  Asumen su rol. No esperan, pero si tuvieran que esperar, saben que habrá para ellas, cuando todos se van, cuando todos se olvidan. Lo mismo en una comida normal, que una informal, o una anormal, sea como fuera esta. No discriminan la comida en buenas condiciones que la echada a perder. Nada de su gusto desperdician. 

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A algunas personas las moscas siguen por razones que los químicos de profesión podrían explicar. Uno rupestre asume que es porque no se han bañado, o porque usan algún champú dulzón que les atrae. Es curioso ver a esta personas abanicándose con la mano o con un periódico si se diera el caso que tuvieran uno a la mano. O como una gran idea se cambian de lugar. Y a los pocos instantes ya están las moscas (una que sea) junto a ellas, bisbiseando en su oído, o adherido a una pierna si la persona lleva falda o vestido, o buscando acercarse al oído por el gusto al cerumen. Y la persona perseguida se pregunta ¿Por qué a mí? ¿Por qué Dios las creó? ¡Dios mío!

3

Cuando escuchan que alguien recuerda el matamoscas, las moscas se desaparecen o esconden por minutos, y vuelven entusiastas a la carga. Confían en su habilidad para sortear los desafíos. Saben que hay un pastel al final, o que quedarán algunos huesos con carne, o migajas de pan cuando el café. Y ganan finalmente la partida, cuando nacen otras. Porque su lucha no es contra el hombre, sino contra el tiempo. Son inmortales como especie, porque son pequeñas, poco espacio ocupan e inofensivas. A diferencia de los mosquitos, no pican.   

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Coexisten con los seres humanos, y a excepción de los polos, habitan en todos los continentes. Duermen por las noches, imitando al hombre y su trabajo es a la luz del día. Son tercas. Las corres con ruegos, súplicas o gritos, te ignoran haciéndose las occisas. Si las corres con periódicos o manazos, se van e insistentes vuelven. Saben de su rapidez, anticipan la batiente mano. Y pareciera que se burlan de sus contemporáneos. Entre 15 y 25 días dura su esquiva existencia. Pero si son bien alimentadas, llegan a vivir hasta 60 días.  

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De jóvenes tienen todas sus facultades para esquivar la muerte. Ya de viejas sucumben más fácil. Y quedan en la mesa como moscas muertas. Cuando escucho Dios proveerá, sé que se refieren a todas las especies de seres vivos, incluyéndolas en esa oración de esperanza. Nunca les falta. Nada les sobra.  

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Han sido musas de literatos, compositores de canciones, modelos de pintores, objeto de investigadores científicos, pruebas de forense, tema de exposiciones y de chistes. 

De la pluma de Don Antonio Machado, poeta español, poema que musicalizó Joan Manuel Serrat:

"...yo sé que os habéis posado/ sobre el juguete encantado,/ sobre el librote cerrado,/ sobre la carta de amor,/ sobre los párpados yertos/ de los muertos.

Inevitables golosas,/ que ni labráis como abejas,/ ni brilláis cual mariposas;/ pequeñitas, revoltosas,/ vosotras, amigas viejas,/ me evocáis todas las cosas..."

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De Margarite Duras:

“La  mosca ha muerto a las tres y veinte de la tarde”,  “Se escribe sin saberlo. Se escribe para mirar cómo muere una mosca. Tenemos derecho a hacerlo”. “Escribir es intentar saber qué escribiríamos si escribiéramos”. “Todo escribe a nuestro alrededor, eso es lo que hay que llegar a percibir: todo escribe, la mosca, la mosca escribe (…) La escritura de la mosca podría llenar una página entera. Entonces sería una escritura. Desde el momento en que podría ser una escritura, ya lo es”.

De Augusto Monterroso:

“La mosca que hoy se posó en tu nariz es descendiente directa de la que se paró en la de Cleopatra”

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Y las expresiones populares no las han dejado fuera. "Se pegó como mosca". "A la olla que hierve, ninguna mosca se atreve", "A perro que no conozcas, no le espantes las moscas", "A picada de mosca, pieza de sábana", " A un panal de rica miel, cien mil moscas acudieron a ver qué se les pegaba, y toditas se murieron"; " Zumbido de mosquito, música de violín chiquito". Y de seguro que están en todas las culturas, en todas las lenguas, siendo motivos de reflexión, que a mi me basta sobre lo efímero de la vida.

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La mosca tiene una vista siete veces más rápida que la del ser humano. Es decir, capta la luz más rápido en esa cantidad de veces. De tal manera que mira el movimiento del hombre como en cámara lenta. Anticipa sus movimientos. Precisamente por eso escapa a los intentos de acabarla a periodicazos. 

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De mis apuntes:

"Un gusanillo,  según su origen, lo mismo puede ser mosca o mariposa".

"En un jardín de castillo, hay moscas y estío. La mosca democrática, no hace diferencias, lo mismo visita la residencia del rico que la casa del pobre. Y siendo cadáver, lo mismo se recrea en el del dinero que en el del bolsillo vacío". 

"Había una vez una mosca, que se creía ruiseñor, y trataba de cantar con fervor, pero el estribillo no le salía. Hasta que un día..."

Fotos tomadas de internet.