La cocina y lo que bebemos

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Cuando hablamos de la cocina referimos directamente a la comida, y las tantas mezclas que con amor realizan nuestras madres y abuelas. A cada cual, más sabrosa, y la nostalgia nos invade. Pero no me he referido a los líquidos, lo que bebemos, y que representa una parte importante y quizá fundamental. La comida sin líquido no pasa, o no pasa bien. 

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Lo peligroso que ha sido que los refrescos embotellados se hayan enquistado en los hábitos para acompañar la comida. Y ya es un problema de salud pública. Ha sido hasta exagerado ver a niños que están bebiendo gaseosas en el biberón. Pero no critico, solo señalo. Y más quiero referirnos a las aguas frescas y tés que nos ayudan en nuestra digestión y en consecuencia en nuestra salud. 

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En Tabasco la variedad de frutas y otras plantas, hacen que asimismo haya una variedad de bebidas para hacer y ofrecer en la comida. Las enuncio de manera rápida y luego las detallo: matalí, limonada, mandarina, naranja agria, o dulce, mandarina limón, cacao, polvillo, chocoavena, de jamaica, horchata y las conocidas de pepino, papaya, piña o melón. Y también los tés de manzanilla, hierbabuena o relajantes. O el café, del que he hablado poco, y he tomado mucho, solo que hora lo tomo aguado, como dicen los cubanos. Lo importante es tener conciencia que lo que ingerimos repercutirá en nuestra salud. 

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El agua de matalí es sabrosísimo y refrescante. Se extrae de una planta de ese nombre. Es un planta chaparra, de hojas alargadas y color entre púrpura, morado y azul. Sus hojas se hierven en agua, y el resultado, colándolo para eliminar las hojas, al enfriarse se le agrega jugo de limón y azúcar al gusto, mas los hielos, y listo. Se prepara principalmente en los estados Tabasco y Chiapas. Pero además de refrescante tiene propiedades  desinflamatorias, diuréticas y desintoxicantes del riñón, así también se utiliza como cura contra la disentería.

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Siempre me ha gustado hacer limonada. La hago intensa en el limón y le agrego azúcar suficiente para agradar. Solo que en Tabasco hay más posibilidades de preparar estas bebidas frescas a base de cítricos, por haber en abundancia naranja agria, toronja, mandarinas y limón mandarina. Entonces las variantes en el sabor tienen que ver con lo que se prepare. Seguramente resultado de injertos, el limón mandarina tiene todo el aspecto de la mandarina, pero todo lo agrio del limón con la particularidad que lleva también el sabor de la mandarina.

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Los niños llevan pozol  a la escuela. En su termo llevan esta bebida típica de este estado, y que es un "tentempié", mezcla de cacao con maíz y agua. La gente que viene de fuera, de entrada la ve extraña, además que el sabor tiene la particularidad resultante de con lo que se hace. Se menea para homogeneizar la mezcla. Y es tan particular ese meneíto, que cuando un tabasqueño se va por años a otro estado o de migrante a Estados Unidos, cuando regresa se cree mucho y pregunta qué están bebiendo, se lo sirven, y al instante lo empezamos a menear, todos se ríen, y le dicen: se te olvido todo lo de cá choco (así le dicen a los tabasqueños), pero el meneíto no se te olvidó.

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¿Y qué se imagina usted cuando escucha la palabra lavanda?

Una vez estaba en una comida en la Ciudad de México. El mesero traía dos jarras una la identifiqué como horchata y la otra no sabía. Me ofreció y escogí la azulosa. Se veía linda y al probarla la sentí super sabrosa, además de refrescante. A mi pregunta de qué era, su respuesta fue lavanda. Busqué rápidamente información en la red y estoobtuve: "La lavanda es una planta que tiene por nombre científico Lavandula officinalis y fue utilizada por los romanos primariamente para emplear baños relajantes En la actualidad la lavanda tiene la capacidad de aliviar el estrés tanto físico como mental.

Es fácil encontrar arbustos donde se coseche la planta de lavanda y podrás encontrarla cerca de otras plantas como el tomillo y el romero. La podrás diferenciar gracias a su color violeta y la rica fragancia que se distribuye por todo el lugar."

Pero esta bebida no se hace en Tabasco. Lo comento porque cada región del país seguramente por su flora muy distinta, tiene sus propias plantas que se utiliza para las aguas frescas, sean solo para refrescarse o para acompañar en la comida

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Algo que a mi llegada en 1979 me sorprendió de los usos y costumbres de Tabasco, fue que no es normal en las comunidades rurales que tomen agua simple. Y lo mismo, aunque quizá menos, en la ciudad. Así que cuando mis compañeros maestros, que como solteros vivíamos juntos, se burlaban de mí por ver que tomaba de manera normal agua simple. De niños la tomábamos directamente de la llave, les comentaba, y también le agregaba que en Estados Unidos hay bebederos donde el agua es de tubería y está fresca. Los demás cuando preparaban comida, siempre preparaban aguas frescas saborizadas (Tang) en lugar de tomar el agua sola. 

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El agua de jamaica no es de Jamaica. Y se prepara con las flores de esa planta originario de África Tropical, desde Egipto y Sudán hasta Senegal, aunque, debido a sus propiedades medicinales o a su sabor en infusión, se cultiva en otras regiones con climatología favorable, como el sudeste de Asia, y Centroamérica. Se la conoce por los nombres comunes de flor de Jamaicaacedera roja de Guinea1​, rosa de Jamaicarosa de Abisiniarosella, en Cuba como agrio de Guinea

Es una planta malvácea anual que puede alcanzar de 1 a 3 metros de altura. Se reproduce por autofecundación. Su flor es de color rojo, de 4 a 5 cm de largo, formada por cinco pétalos y tiene forma cónica, asemejando una pequeña amapola. Se reproduce por semilla. Sus raíces no profundizan mucho. Es una planta muy exigente en cuanto a horas luz (fotoperíodo mayor de 11-12 horas-luz).3​

Sus flores se ponen a hervir en agua. Y al líquido rojizo se le agrega más agua y azúcar al gusto. Algunas personas le agregan jugo de limón. Previo se pasa por el colador para que solo quede el líquido. 

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Desde que llegué a mi primera escuela en 1979, a la hora del recreo los maestros tabasqueños ya tenían la jarra de pozol para compartirla. Allí probé mi primer vaso de ese líquido que le llaman de los dioses (un compañero morelense para molestar a los tabasqueños le decía la baza, aunque también lo tomaba). Las maestras tabasqueñas estaban atentas a mirar cuando tomamos por primera vez el poso y soltaron las risas. ¿Le gustó? Mas o menos, o sí, fue mi respuesta. "Pues dicen que extranjero que toma posos se queda a vivir aquí", y seguían con las carcajadas. "Pues no estaría mal", decía yo y miraba a una de ellas, pero que no era tabasqueña.  

Fotos tomadas de internet

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