Un café
Un café, digamos de olla, es un elixir que sublima el vivir
Exalta el vigor para quitar a la vida el rigor de ser o estar sin existir
Eleva el pensamiento a grado tal que fluyen mejor las ideas
No es la panacea, pero se acerca a lo perfecto
Mueve a risa, a ilusión y a anhelo
Alcanzas con café el cielo
Y más si le agregas el amor, el verdadero, el de polvo, carne y alma
O la amistad, que siendo deveras, huele a eternidad
No se diga la plática anda Sin fin, como la igual muerte de Gorostiza
Vuela el suspiro, aletean los sueños de futuro, se eleva el cometa de la escritura
Flor y canto a ojo y oído
Y todo inicia bien en el nuevo día con el buen café.
"Y, ¡Doña, deme otro, por favor!
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