Postales de Mérida (parte 2 y última)

Los textos que siguen corresponden a una plaqueta que publiqué para los amigos, sobre un viaje que hicimos a Mérida, fue en el año de 2002

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Lunes 11 de marzo. 8 pm. Frente a palacio de gobierno municipal veo una multitud. Música y jaranas sorprenden a un público multiétnico. En el centro de atracción un ballet infantil despliega el arte donde tradición y costumbre son esencia. Niños y niñas se mueven elegantes a ritmo de las notas. Los músicos, entre 20 y 60 años, en alpargatas y ropa de manta y popelina, se transmutan en verdaderos sacerdotes de la música. Sus rostros denotan alegría mientras los dirige un trompetista cubano quien marca el ritmo con su dedo índice a manera de batuta. Me acomodo detrás del que toca teclado con sonido de marimba. Al lado el timbal terco repercute; lo toca cuidadoso un viejo artista. Más allá los trombones y el bajo. Alrededor decenas de cámara y de video captan el momento para el recuerdo. Escucho al maestro de ceremonias de diáfana voz y seguridad en las palabras. Lo imagino, cuando mucho, de edad treinta años. Lo veo de cerca: un hombre como de 70 años, perfecto en vertical. La juventud permanece intacta en ese hombre. En un receso me le acerco y le pido la receta: "busca tranquilidad y amor", responde entre sereno y halagado.

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El servicio de taxi es caro. La parada mínima cuesta 30 pesos. Abordamos un Nissan Tsuru 91. El chofer, como de 70 años, habla y habla hasta por los codos, con gracia. Nosotros reímos estridentes a cada ocurrencia. El asuntos es que este hombre regordete y lentes nos hablaba de un compadre bronco que tuvo un amigo en Tabasco, de Tierra colorada, especifica. Dice que él como chofer empezó muy chico. Quien luego sería su compadre lo contrataba por horas para que lo llevara de un lugar a otro entre bares cabaretes  y cantinas, e invariablemente pedía que fuera más aprisa. Lo pendejo es que no desaprobechaba ninguna oportunidad para pelear. "Para mí era un terror y martirio trabajar así, con él, jah, pero el trabajo es el trabajo" "Mis paisanos son muy pendejos para manejar, jah, son muy lentos. Y tengo una suerte de pec (perro) para los semáforos. Voy de rojo en rojo. De vez en cuando un pinche verde, jah. Una ocasión estoy en fila y cambia el semáforo a verde. Y una vieja delante de mí no avanza. Saco la cabeza y le grito enfadado: ¡Hija de tu reputísima madre!, jah. Y al rato cinco patrullas de la judicial detrás de mí, y me detienen; y pasé tres días en la cárcel. Era sobrina de Cervera, el Gobernador". Y reía a mandíbula batiente Don Joaquín Ramírez, feliz por hacer reír con la carga ladina de palabras altisonantes.  

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A los turistas les gusta pasear en calesa por las principales avenidas de la ciudad. este es un carruaje de cuatro ruedas, descubierto de capota y jalado por caballos. Sus propietarios forman parte de esas agencias  de renta de autos, como lo señala el letrero que a la letra dice: rent us with Hertz car.

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Imponente la catedral de Mérida fundada en 1542 por Francisco de Montejo. Cuenta la voz popular que el gobierno español pensaba y planeaba construir en Lima, Perú, esta catedral, pero por error llegaron los planos a esta península, "por obra y gracia del señor de los cielos". La magna iglesia es orgullo colonial de Yucatán y en sus baldosas se nota el tiempo que la horada. Dice Don Julio Sosa, guía de turistas, que los indígenas, obligados a trabajar para construirla de sol a sol, se burlaron de los españoles al imponer simbología maya en varias partes de la catedral.

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Al lado de estamonumental obra se encuentra el espacio escultórico de Sebastián. Varios hombres y mujeres caminan entre las esculturas y ofrecen masajes, hamacas y guayaberas. En la plaza un vendedor de souvenirs mueve su abanico a manera del grupo español Locomía, y vende dichos abanicos a 40, 3o y por ultimo a veinte pesos. Como sabe que somos de Tabasco declama "Agua de Tabasco soy, agua de Tabasco vengo... y por eso aquí estoy contento con lo que tengo". Y dice los nombres de todos los municipios de Tabasco. Y conoce todos los nombres que ha tenido el equipo de beisbol, también de Tabasco.

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Uno se asoma desde la plaza a palacio de Gobierno. Desde lejos se alcanzan a ver los murales plasmados en las paredes de su interior. Ya adentro leemos la historia escrita con pinceles. Líneas y colores ocres. Apagados destellos para señalar que los mayas han pasado por todo: inquisición, esclavitud, servidumbre, guerra de castas, la rebelión de Canek y, eclipsando horrores, aparece el cálido amor como estrella rutilante, ese que el bardo escribió "Peregrina de ojos claros y divinos".

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Vemos los cuadros pictóricos uno a uno. Un viejo cansado nos mira desde un asiento.Cuando pasamos junto a él canté un fragmento de la canción Peregrina, canción que se ha convertido como un segundo himno de Yucatán. El viejo repara en ello, y me pregunta que si me la sé toda. Le digo que casi toda. y él, visiblemente emocionado, la canta. Con sentimiento se entrega verso a verso, como pájaro vivaz. Le trae recuerdos, quizá un amor de juventud o madurez. "Algo así", responde nostálgico. Luego se levanta y ofrece ser nuestro guía. "Si lo soy con los gringos, con más razón con mis paisanos, hermanos tabasqueños", dice afable, aclarando que acepta propinas.

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Y cuadro a cuadro nos refirió detalles, con datos y anécdotas de Yucatán, su gente, su historia. "La aún hermana repúbloca", afirma. Hacemos un recorrido rápido desde el Popol-Vuh, pasando por conquistadores sanguinarios y conquistados, las manos heridas del siervo henequenero, la gesta heroica de Jacinto Canek, el infierno del obispo asesino, hasta llegar a la leyenda del trágico amor anidado en Alma Reed y Felipe Carrillo Puerto, socialista del Sureste de México.

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Allá por 2018 o 2019, una escultural muchacha reportera del Daily news de California, es enviada por su periódico al destino inexorable del trópico. Objetivo: entrevistar a la leyenda de la Península de Yucatán, Felipe carrillo Puerto, el rojo, el comunista. En esos encuentros Alma y Felipe se enamoran con esa pasión que trasciende fronteras, idioma y religiones. Ella, ojos profundos de cenote, azules reverberantes, cadencia en el caminar, voz cantarina, risa límpida, senos turgentes, cadera de diosa ígnea, Y se inicia lo que posteriormente deviene en canción, luego en tragedia. Él intenta reformar el código civil para divorciarse. No lo logra. Entonces se afinca ceca de la ciudad en pareja con Alma, quien es vista como la "querida" por la rancia sociedad yucateca. Ricardo Palmerín y Rosado Vega fueron invitados a escribir la canción para la musa de Don Felipe carrillo. La obra es la conocida "Peregrina". ¡Música , maestro!: "...peregrina que dejaste en tus lugares los abetos y la nieve virginal, y viniste a refugiarte en mis palmares bajo el cielo de mi tierra tropical... Luego a él, junto con sus ayudantes y familia lo asesinan.

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Toda esta referencia la escuchamos del digno señor profesor de inglés, Don Julio Sosa Romero, orgulloso de su origen, vocalista y hombre culto.

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En un autobús comento alto que no sabemos cuál es la parada que nos deje cerca del hotel. Una guapísima yucateca, moderna caracterización de Peregrina, por su aspecto, del que emana el perfume embriagador, voltea y amable nos ilustra sobre cuadras a la izquierda y derecha para llegar a nuestro destino. Turbados ante la rutilante y tranquila belleza y sus ojos verde esmeralda no pudimos entender, porque al verla ya no le pusimos atención. Por cierto, en Mérida, la ciudad blanca, estas angelicales criaturas andan y vuelan por todas partes.