No me representan (A mis hermanos de Colombia)

En ninguna parte, en ningún lugar y en ningún tiempo nos representa un gobierno que humilla, golpea, hiere, mata. 
Somos otra historia. Ellos son los mismos con otros nombres, el mismo miedo y la misma sonrisa metálica. No, no me representan.
Ellos son pocos y los mismos en el Norte y en el Sur. En los cuatro puntos cardinales. Ellos son solo capataces que tienen un amo. Y es el amo de la explotación. En todas las épocas.
Son los mismos a quienes no les importan nuestras aguas, nuestros mares, nuestros cielos. Arrasan con todo. No les importa la vida animal y vegetal. Son los mismos.
Ellos mataron brujas. Quemaron libros. Ellos tuvieron siervos en sus feudos. Lanzaron bombas. Visten a los ku klux klan. Ellos bendicen las armas. Ponen el capital para las invasiones. Arman al pueblo contra el mismo pueblo. Son el capital y son piratas. Metafóricamente son pirañas. 
Ellos no nos representan. Aquí ni en cualquier lugar. Ellos matan, acribillan en cualquier lugar y tiempo.
No. No me representan. Ni nunca. Y hay que decirlo bajito y alto. Hay que gritarlo hasta que las cuerdas vocales se templen y canten fuerte y alto.
No, no me representan. Quiénes abrazan al pueblo en elecciones y luego sólo le cumplen al amo del criollo capital que estos le cumplen al capital internacional.
No es el traje de cachemir ni la corbata de seda. No es el palacete y los perros galgos guardianes. Ni la barda con electricidad para detener el hambre. No. No son el caviar ni los cubiertos de plata. Son, sí, el corazón y las células de su pensamiento que sólo piensan en tener más, ganar más, sin importar lo demás.
No me representan ellos, quienes solo obedecen la voz del oro. Y humillan. Golpean. Matan. Pero sabemos quienes son. Están plenamente identificados. Y sabemos dónde están. 
Más no sea una amenaza. Sea solo para saber por qué luchar. Y para que a la memoria nunca le dé por olvidar.

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