De viaje (1)

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He recorrido la carretera Matamoros-Villahermosa  un montón de veces a partir de 1979. Los primeros cinco años por Ado. Luego en auto. En esos años la carretera del Golfo era solo con dos carriles angostos. Uno de ida y el de vuelta. A veces hasta los espejos chocaban. Y uno le seguía.

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Pasábamos por todos los pueblos y ciudades tanto los de Tamaulipas como los de Veracruz y Tabasco. Había dos o tres pangas también llamados chalanes, con el peligro qué se hundirá con todos kos autos y autobuses que pasaba de un lugar a otro. La de Tampico para entrar a Veracruz. La de Antigua, creo. Y la del río Coatzacoalcos. Y otra u otras que no me acuerdo.

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De Tamaulipas pasábamos por San Fernando, Soto La Marina Estación Manuel, Altamira  y Tampico. De Veracruz un montón. Ya saben que es un estado muy largo. Digamos Nautla, Tuxpan, Poza Rica, Papantla, Gutiérrez Zamora,Martinez de la Torre,  los Tuxtla, Acayucan. Y muuuchos más. Una verdadera Odisea la ida y vuelta. Los sanitarios de las gasolineras asquerosos. Inhumanos.

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El tramo total de 24 horas lo dividía en dos. El punto medio lo ubicaba en la bella y polvosa Poza Rica. Nosnhospedábamos en el hotel El Cielo,  de mil estrellas, o El Victoria y listo, a descansar. A veces me tocaba pernoctar en moteles cuando hubo necesidad de manejar de noche. Era el cansancio. Ni modos. Solo manejaba de día. O un poco de noche solo para llegar al punto medio. Y en la mañana a seguirle.

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Una semana antes metía el auto al taller a revisión y reparaciones que necesitaba. El caso es que nunca tuve sobresaltos. Ni llantas ponchadas. Ni me quedé sin gasolina. Ni desperfectos. Acaso una vez.

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Esa vez única no fue grave. No encendió el viejo Buick 1980 qué traía. Y estaba en el estacionamiento sótano del hotel. Y no traía dinero más que para gasolina. Me paré cabizbajo frente a un hotel. Llegó un ángel disfrazado de taxista. Le pregunté por un taller eléctrico. Y le dije que andana corto de dinero. Muy acomedido me ayudó a sacar el auto del sótano jalándolo con su taxi. Al sacarlo hice el intento de encenderlo. Y ocurrió el milagro. Me dijo el ángel: “no lo apague y así váyase hasta Villahermosa.  No lo apague ni en las gasolineras”.

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Ahora hay modernas autopistas de cuota. Sobretodo en Veracruz. Están concesionadas a los neoliberales, me dicen. Son caras. Bien hechas. Y con baños limpios. Tamaulipas no tiene casetas de cobro. Al menos en el tramo de Tampico Matamoros. En Tabasco solo me toca pagar una.

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Hoy estoy viajando por estas carreteras. Mucho tráfico y accidentes por las prisas de regresar a sus lugares de origen luego de pasar las vacaciones decembrinas. La mayoría regresan a su trabajo este lunes. En Tamaulipas me tocó una tormenta de arena. Había mucho viento.

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En los 80 s no teníamos teléfono celular. Solo un mapa grande donde marchamos la ruta. Ahora hay gps para orientarse. Aunque no es totalmente fiable. Hace como tres años me metió por unas brechas pedregosas para llegar a Xilitla, SLP. Ya casi eran las 6 de la tarde. Y miedo para salir de allí. Sobretodo que pasamos por un rancho de nombre El infierno. Y había en la entrada varias camionetas tipo Cheyenne apá con tipos mal encarados. " Ando perdido", me detuve y les dije. Uno de ellos encendió la camioneta y me dijo que lo siguiera.  Y yo con miedo. Como a los 15 minutos me sacó del Infierno y me dejó en una carretera federal. "Gracias", le dije temblando.

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Sigo en carretera. Entré a Martínez de la Torre, Veracruz para visitar a un amigo compañero de la Normal Mainero, que tiene 40 años que no lo veo. Y bueno. Me dijo: "te espero con carne asada y unas Budweiser. Mañana seguiré en la ruta para la Esmeralda del Sureste, capital de la política nacional, Villahermosa, Tabasco.



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