Cuentos completos de William Goyen

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No tengo duda entre el libro físico y el digital. Prefiero el físico porque uno siente la tersura de su papel, la belleza del diseño de la portada, el viento suave al hojear sus hojas, su olor, su peso específico, su formato, el imaginarse la impresión para ser creado, el viaje que ha realizado para estar en nuestras manos. Solo que a veces el digital está allí, en internet, y en físico es libro caro y difícil de encontrar.

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Ya hace dos años que no compro libros en físico. Y nunca he comprado en digital. En físico porque, modestia aparte, me han ocupado mucho espacio de la casa. Y en algún momento de cinco años para acá decidí comprarme yo mismo mis propios libros. Me explico: entraba al área donde los tengo. Hacía la selección de unos dos o tres. Sacaba mi billetera y hacía el pago a buen precio dejando el dinero en una cajita puesta para ello. No me podía pagar con tarjeta. Fueran así 200 o 400 pesos. A fin de año llegué a tener un ahorro de 30 mil pesos. A mí mismo me parece mentira, pero es cierto.

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Bien. Un amigo me pasó el dato que en Z-Library.org se pueden bajar libros. Aparte de Librería secreta 18 en Telegram. De esta última ya he bajado cerca de cincuenta libros. Y de Z solo cinco. De esta bajé los cuentos completos de Anton Chéjov. Una maravilla de maravillas. Y de la Secreta el sábado pasado me puse a buscar con el título general de "Cuentos completos" y me desplegó como 40 archivos, que al ir viendo sus autores, vi y bajé de Mark Twain, Mario Benedetti, Edgar Allan Poe Raymond Chandler, otros más y entre ellos a William Goyen, que me ha sorprendido sobremanera.

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Yo no había escuchado su nombre. Me encanta leer cuentos. De hecho compré por un tiempo la revista El cuento, de Edmundo Valadez. Compré hace muchos años la antología de cuentos mexicanos. Y leía sobretodo los de Francisco Rojas González, Juan Rulfo, Juan José Arreola, Gogol. Chéjov, Sergio Ramírez, Juan De la Cabada, y de otros. Solo que esta vez quise bajar en digital de algunos otros cuyo nombre haya escuchado o no, y que no haya leído. Y sobretodo para aventurarme a otro estilo en el escribir cuentos. Ya había bajado hace meses el de Raymond Carver y leído completo.

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Entre estos desconocidos para mí bajé el de William Goyen, (Trinity, Tx 1915-Los Ángeles, Cal 1983). Lo anuncian como "admirado por Truman Capote, Carol Oates y equiparado a William Faukner y Carson McCullers en calidad". "Algo debió traer en la buchaca, pluma y cerebro", me dije. Y me aventuré y francamente estoy maravillado.  De entrada sus personajes son los desamparados, los marginales. Un anciano que mata a su nuera, un gallo que molesta con su canto,  deschavetados; solitarios, muertes en la pobreza, viudas, "sordomudo", y así por el estilo por donde voy. 

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Siempre me han sorprendido las personas que dicen convivir y por lo tanto hablar con fantasmas. Y por distintos motivos y en distintas situaciones he conocido personas así. En los cuentos que he leído de este autor, así andan personajes en la vida cotidiana conviviendo con fantasmas, de tal manera que en algún momento los mismos personajes reales de los cuentos se confunden entre ellos mismos si ellos o los otros son los fantasmas. 

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Además tiene un tipo de descripciones tan precisas que hasta logra hacer que uno sienta comprender del pensamiento de un gallo o del personaje que no oye ni habla. Nos hace copmprender, en este caso, que el movimiento y gesticulaciones son más importantes en el concepto del personaje y su relación con las personas que oyen y ven. Y en el caso del gallo (pendenciero, flaco, sin brillo y con plumas desacomodadas, que canta horrible, y Mrs Samuels lo quiere atrapar para que lo mate su marido) la percepción que el animal tiene de su canto y relación con la noche y el amanecer. Francamente maravilloso todo lo que he leído hasta ahora.

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He leído ya La biblia de los Seadown, Chicos de campo, Las colinas de Arkansas, El castillo de Simón, El Mal, Parábola de Pérez, El gallo blanco, La carta en el arco de cedro y La pobre tía Perrie. En el castillo de Simón, este es un personaje que hace en la ciudad figuras de barro y las regala. No tiene casa. Así que duerme donde le llega la noche. A donde está llega un perro en situación de calle (muy excelente la descripción de todo por lo que pasa el perro con golpes, patadas y piedras). Simón decide irse al campo y el perro lo sigue. Le cae la noche y tan pronto al detenerse el perro muere: "

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