Día del abrazo

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A tí te llamo. A ti te nombro. Sería bueno salir a la calle a abrazarnos. Parece utópico y por lo tanto inalcanzable o raro. Pero a todos nos vendría bien un abrazo. Ese que nos acerca no solo en cuerpo, sino en emociones y nos cura. Sí, parece mentira, pero el abrazo nos cura de todos los males.

2

Los he visto por las plazas. Los he visto por calles céntricas y muy transitadas por peatones. He visto a personas no cuerdas, de seguro, pero con esa locuacidad muy humana y sonrisas con razón. Los he visto que reparten abrazos a las personas pobres de espíritu. Sí, a las de miradas lánguidas. A quienes no se encuentran a sí mismos, ni encuentran motivos para seguir caminando. Y andan sin ruta. Se ríen solo con el abrazo que reciben y cambian su rostro. Les cambia el día y la vida.

3

A eso me refiero. Sería bueno que saliéramos en parvada, pájaros,  en pandilla, y nos abracemos. Sin más plan, sin más proyecto. Solo abrir los brazos y encontrarse con otros brazos abiertos. Y entrelazarnos. Ante la mirada atónita de otros tristes y sin rumbo. Y transformar el mundo desde las emociones. Urge algo así. Nada importa la edad ni el estatus social. Nada las ocupaciones ni los proyectos. 

4

Salirse del carril. Salirse de la órbita. Salirse de la rutina diaria. Es justo y es también necesario. A este mundo le hacen falta los abrazos. Los verdaderos. Los del cuerpo y alma. Los que se esperan. Los que se abalanzan. Los que duelen por la fuerza de estrecharse. Hacen falta porque es energía necesaria y urgente. Para seguir con el cuerpo erguido. Para que la nostalgia se funda con el presente. Y para que miremos lo que regularmente en lo cotidiano ya no se mira.

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Mientras los diarios y los noticieros de televisión tendrían como noticia principal la pandemia y las guerras. La amenaza de Risa a Ucrania. La amenaza de Estados Unidos  Irán e Irak. Mientras China juega con los dados del universo. La gente estaría pendiente de los abrazos. Y se haría la revolución de La Paz. Tipo Gandhi,  Luther King. Tipo Lennon. Todos hacia la paz con el arma del abrazo. Piénsalo.

6

Ya me imagino: "a todos los trabajadores: a partir de esta fecha los saludos serán con abrazo y sonrisas. Cualquier orden y cualquier indicación será antecedida por un abrazo. De otra manera nadie hará caso. Y nadie será castigado por no acatar la orden recibida sin abrazo. Atentamente la Gerencia." Y entonces sí. La vida humana retoma su ruta , la que nunca debió perderse.

7

Hay abrazos de película. Esos donde los enamorados se encuentran y él con el abrazo aprovecha a cargarla y da de vueltas, ambos emocionados, sonrientes, palpitantes. Y de allí se detienen. Él la baja. Ambos se miran de muy cerquita. Y luego se besan si son novios. Si son amigos todavía, con la mirada se están diciendo todo lo que callan por temor, por miedo a esas terroríficas palabras de "te quiero pero como amigo". Y allí sí se rompe todo el encanto. Pero la huella del abrazo queda por mucho tiempo grabada en la piel y el pensamiento.

8

Hay abrazos que nunca se olvidan. Esos donde se siente todo el poder de lo físico y lo divino en lo humano. Son como choques vitalizantes. Donde se reconoce el polvo en carne. La piel habla sin palabras. Las sensaciones se descifran. Y se concluye en horizontal. El lugar es lo de menos. A veces es el campo abierto y millones de estrellas con luna incluida. A veces es todo el universo una pequeña habitación de hotel. En ocasiones la búsqueda del ser en un auto. O la arenosa playa.

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Pero volviendo a la realidad. Hoy es el Día internacional del abrazo. Y se requiere, urge, que nos abracemos. Todos juntos. O de uno en una.







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