Polvo de dinosaurio y de estrellas en nuestro cuerpo

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Por mi rumbo la lluvia nocturna fue intensa. Sin abrir los ojos creía que podía ser un ventilador encendido. Pero hace rato me levanté y salí solo para ver el amanecer y por todos lados humedad y algunos charcos. Y al ver el crepúsculo matinal mi asombro es tal que me maravillo con el radiante sol colado entre las nubes pintadas de azul y naranja. Miré pajaritos cruzar el cuadro puesto ante mí.

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Me detuve un rato a pensar en lo grandioso que es el universo. Y sus miles de galaxias y otras más que se van creando en un incesante nacer y morir de las mismas grandes integrantes del cosmos. Ah, verdad. Y yo preparándome un café antes de sentarme a teclear. Y creyendo que mis problemas son tantos y tan importantes y tan poderosos que espero se alinien los astros para que "cambie mi diario vivir", Me río yo mismo de estas expresiones. Pero es cierto. Nada somos en el universo. Mas bien, muy poco. Apenas una atómica chispa ante la vastedad de lo que se alcanza mirar y mucho más pequeña ante todo lo que no vemos y está más allá..

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Anoche leía a Julieta Fierro en una entrevista didáctica por lo paciente con un periodista conocedor de astronomía lo que yo: nada. Y lo dice de antemano, como para ponerse el parche antes del grano. Fue jocosa por las preguntas del tipo ¿Y cuándo se va acabar el mundo? Y Doña Julieta, que es mucha pieza, responde hasta con risas y de manera simple aunque profunda antes dichas preguntas.

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Así como decimos que el lenguaje poético es distinto al lenguaje habitual que utilizamos, así lo mismo es el lenguaje de la astronomía, cuyas dimensiones que maneja en las explicaciones son francamente inabarcables para el cerebro humano medio, 

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Algo que me llamó la atención de sus afirmaciones, por la probable mezcla de realidad y fantasía es que todos tenemos átomos de dinosaurio, y que asimismo tenemos átomos del polvo de las estrellas. De pronto dichas expresiones hechas por alguien que sabe lo que dice, por su amplio conocimiento y experiencia, nos impactan y sobresaltan. Solo que recordamos lo que aprendimos en la secundaria sobre la materia, que no se crea ni se destruye, solo se transforma.

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Y sobre la magnitud de tiempo lo dice tan natural como nosotros decimos 2 X 2 igual a 4. Ella dice para simplificar cantidades: 1 con 24 ceros. Un 1 con 100 ceros. Y uno se queda patinando para  lograr, como intento solamente, imaginar un aproximado en el pensamiento de dicha magnitud. Y pues apenas nos quedamos en una cantidad de 1 uno con 9 ceros, apenas billón, un servidor. Pero nunca los uso en mi vida diaria.

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Julieta muestra su mano, muestra una partícula invisible en su muñeca: mira, ve un protón, velo, lleva 13 800 millones de años en el universo. “¿En tu mano?” Sí. Ha entrado una estrella, ese protón se fusionó para hacer carbono. Así lo dice ella. Es Julieta Fierro Gossman una autoridad en la astronomía. Es física y divulgadora de la ciencia. Es investigadora y maestra de ciencias de la UNAM. Tiene 73 años. Y ha obtenido diversos premios internacionales por su labor científica.

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Aquí en Tabasco uno de los impulsores de la enseñanza de la astronomía es Feliciano (Chano Méndez), quien constantemente publica convocatorias para mirar el universo, sobretodo cuando se avecina un fenómeno que tarda muchos años en repetirse. Y cuando hay buen tiempo para esa actividad, anda sonriendo por lo feliz de platicar y sorprender con sus charlas estelares. 

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Volviendo a la tierra, y ante lo vasto del universo, recuerdo la película La Sociedad de los poetas muertos, donde el maestro de idioma y literatura en esa secundaria, en la parte donde en el pasillo reúne a los alumnos para decirles que vivan la vida, que es fugaz y efímera. En ese patio están las fotografías de los egresados de muchos años antes, y casi todos ellos ya fallecidos. Átomos de humanos que se transformarán en otros seres, quizá en los futuros dinosaurios de aquí al tiempo de un 1 con 50 ceros de años.

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El amor y la amistad, como fuerza telúrica de atracción: fuerza del polvo de estrellas. Átomos de Barrabás, Judas y Cristo, todo ello en el comportamiento humano actual. Dicho por Julieta, la bella. Y yo: la inspiración poética:  belleza del cosmos simplificado. No lo sé. Pero pensémoslo.