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Mostrando entradas de febrero, 2016

Historias conocidas

Todo lo que sucede son historias conocidas. Hombre soy; nada humano me es ajeno. Publio Terencio. ¿Y nosotros? En el breve espacio, llueve. Y quedan restos de humedad, luego de la lluvia. Equivalente al valor de las cosas, en su esencia. Unos libros, sonrisa, mirada, guiño. El papalote se eleva, mientras tanto. Y yo como frutas de este tiempo. Cuando alguien pronunció la vida es breve, estaba al punto falleciendo. Y vino en película rápida la cauda de recuerdos. Ell llanto estuvo cuando la caída. Las prisas por adquirir el último libro. La firma del nuevo cheque. El viaje a la mar que nos perdimos. En el camino aquel cuando las uvas. Luego vino la despedida. Y de nuevo otra bienvenida. La vida va con el tronar de nueces. Con los silencios que expresan a veces más que las palabras. Un discurso por la vida empezaría por las palabras respiro y suspiro. Entonces sí. Una y mil historias conocidas.

¿Y qué hacemos?

Para mi amigo Carlos, ex compañero de escuela, escritor, matamorense, que le envidio sepa también hacer pan: ¿Y qué hacemos, Carlos? Verifico de tanto en tanto mi ritmo cardíaco. a veces se acelera. Ese condominio ha quedado de tanto en tanto en casa de interés social. Y acudo a la doctora para que me aliente. coma bien, saludable. dice. Y no deje de caminar. Y yo sonrío ante tanta sugerencia. Y sueño con encantos mil de magias. Y la máquina del tiempo ¿dónde está? Y este corazón se alegra por tanto verde en el horizonte. y tanta luz. Y en la noche tantas estrellas. Y la luna, oportuna, cuando la nostalgia. Mientras llega, el final del andén, busco savia de la vida, entre los ensueños. la sonrisa maravilla de la gente, la palabra que levanta, la magia de los circos. Mientras tanto echo a volar la imaginación de nuevas circunstancias. De los nuevos poemas cantos de amigos que comparten. Del trinar matutino. Del rocío. Enfoco bien la mirada en el guiño con mi cámara. La vida breve, sigue

Quedan aún historias

Por vivir quedan aún historias. De pajarillos huidizos con la lluvia. De tornasoles como juego de las luces. Historias sencillas de juegos infantiles. De héroes anónimos que rescatan princesas solitarias. Mientras haya vida. Estarán pendientes las estrellas. Lumínicas y procaces. En esa lejanía de mírame y no me toques. las historias se construyen con instantes. De ciertos retos para la sonrisa y las palabras. Porque estamos invictos en los días, aún en las caídas. Invictos en esos lances  donde la gravedad era luminaria de señales. Corrimos por esas calles y caminos. Abrimos brecha donde solo el monte cerraba el frente. Y estuvimos donde fuimos precisamente necesarios. Quedan aún historias. Cartas por escribir. Deseos de sueños por cumplir, Melodías antiguas por cantar. Sirenas y hadas por dibujar. Juego de palabras por escribir. Desfiguros por componer. Vale la alegría vivir. A donde a veces llego taciturno, nostálgico y con entusiasmo.  Diría Martí: mejor hacer. Es el lugar de todas

A los que se fueron

Se fueron. Diciendo o sin decir adiós. De manera abrupta o lenta. Pronunciaron sus últimas palabras con escaso público o ante nadie. Se fueron habiendo cumplido su paso en el valle. Unos lo hicieron de manera digna. Erguidos. Otros fueron en sus actos las serpientes del sueño. Triunfadores o derrotados. Amados o grises. Se fueron. dejaron prole en descendencia biológica. Y les dejaron también sus sueños y sus complejos. Viajaron en físico por caminos hechos. Otros hicieron su propio camino. Otros más viajaron solo en la imaginación. Ahora ya nada importa. Atrás quedaron vanidades y orgullo. Atrás la ira desenfrenada y los celos asesinos de relaciones. Atrás las ambiciones de tener por sobre el ser. Durarán un tiempo en la memoria de los cercanos. En fotografías que las irá borrando el tiempo. La cama donde soñaron desnudos y despiertos. Donde les hicieron creer que hacían el amor. Y no era más que el roce pedernal de la especie. La cópula simple. Otros se fueron plenos, dichosos, amoro

Marimba

Hace años fui a Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Y en la noche mágica, en el parque de la marimba, suenan las notas en el golpe con la madera. Cantan las maderas en una vibración de la vida misma. Y uno encuentra el Cielo rojo interpretado de manera magnífica. Todos los ritmos. Y los turistas bailan, alegres. A mí se me mueven los pies bajo de la mesa. Y parece el paraíso. La noche con luna. La marimba chiapaneca. La música en todo su esplendor. Y el corazón percutiendo pasos dobles, sabedor que siempre, de manera constante, hay nostalgia del ayer y el porvenir. El ámbar anda en todas sus presentaciones. Hay un modo de vida del sur. La marimba lo enmarca con sus notas. Y me hago la promesa de volver, volver, como la canción.

A ti 2

A ti. Exageradamente galáctica. Musa de misa con incienso. Por las tantas razones del olvido, donde pocos rastros quedan de memoria. De polos Norte y Sur. Discreta y Cortés. Apocalíptica y siquiatrica.     Con sueños de vacío a la manera  de lo que fue tangible en los mismos sueños. Miami y Ankara. Incendiaría de filosofía. Con complejos de la especie. Altiva a manera del mármol en los Grandes casonas de Grecia. Agua. Y si Dios fuera femme? Adoradora de la hora y del oro. Si Dios fuera mujer. El mundo sería distinto. Y mejor. Es una hipótesis. Mujer de todas partes y ninguna. De lo que fue y será. El durazno y la mora. Allí en la memoria como siempre. Ah y el higo. A ti. Donde fuimos los que somos. Había una banda de rock. Pitagóricos. Incendiarios de las notas, pesimistas. Y sobretodo la risa. A ti. Ahora es Lara. Un piano de cola. Y las sufrible canciones del corazón molido. A ciencia cierta es lo que queda.

El día resplandece

El día resplandece. Nana y Lara. Manjar para el oído y el corazón. Una mañana de luz y prometedora. Palabras firmes. Los sueños de futuro. Y sobre todo saber que los días son plenos y a aprovecharlos. El tiempo no vuelve. Somos la memoria que vamos construyendo con los instantes. Y allí están. Como un total de lo que somos, acomodándose y formando algo así como entre rosas y espinas. Soñé a mi padre. El techo zinc de la casa ha cedido. Y la lluvia en plenitud. Y él en dificultades. Lento. Y dispuesto a acomodar las piezas del rompecabezas en su memoria. Los sueños son películas en technicolor. Aparece de pronto en el sueño profundo una gama de encuentros. Incluido el ferrocarril con ruta de montaña y la cartera con billetes reales. La ambulancia en su transitar con prisas. Y uno dentro como reflexión del tiempo. El día resplandece. Y la vida se vive en el presente. Lara y el piano intermitente. Caminito que el tiempo ha borrado.  La vida va y viene entre lo retro y lo moderno. Hoy y ma

Las moras, Elvira

Teníamos árbol de moras en la casa, Elvira. De higos también. Pero el de moras era distinto. Éramos niños. Y muchos. Entonces esperábamos a que estuviera lleno de frutas, sasonas o maduras, y nos las acabábamos como plaga. Delicioso el sabor agridulce. Y su color morado. Ya en retirada Nostalgia por el tiempo infantil. Higos y moras, Elvira.

Hoy soñé una mariposa

Hoy vi una mariposa a ras de suelo. A ras de sueño. Quemada ya por el sol del tiempo. Rojo carmesí y carmín de una edad que no se nombra ya. En el cielo ha quedado registró de su vuelo. Y ha quedado también como la chica de Ipanema, icono de un instante del tiempo. Hoy vi a una mariposa. La nostalgia del tiempo que se fue. Corazón del poema. Leña al fuego. Atrapada en un libro. Ojos de no verte. Poemas. Y recordé la canción de Pablito Milanés. Hoy la vi. A tiempo el mar. Descubierto el tiempo. Se va. Se fue. Oh. Mariposa.

Amor al tiempo

Amor al tiempo, al único e irrepetible. Ese que se va de a poco. El que nos marca el paso. Amor a los instantes de raudal belleza. El higo o uva. Libar del cien a uno. La portera de las llaves. Amor a la nostalgia del porvenir. Ese que se anuncia playa y sol. Sopa tibia. Amor al camino. Donde huimos rutina. Plomo en los pies. Un hombre y una mujer. Aquí estamos aún con el amor al tiempo. Nuestra única oportunidad. De disfrutar. Abril propicio. Marzo igual.

A los que llegan

A los que llegan, bienvenidos. Este es un tren maravilloso. Que por los rieles va, pasando por pueblos, rodeando montañas. Y sintiendo la lluvia, de emoción. Es un barco con vela y timón. Y es la ladera este de la montaña. Bienvenidos. Habrán de encontrar lo que en la mente carguen. Solo eso. Lo demás no existe más. En la belleza encontrarán su destino. Sea esta la belleza en sus distintas formas, colores, sonidos. Les toca un tramo el vivir. Y el engaño mayor es creer que durará mayor tiempo de lo que será. En un abrir y cerrar los ojos la vida se va. Ante el espejo se reconocerán distintos y maravillas. Y probarán distintos tipos de leche, para vivir. mas la savia de la vida es especial. Se recomienda sorber, para iluminar los rostros de los distintos prójimos. Bienvenidos. No se arrepentirán. Hay escuelas y cuarteles, iglesias y mercados. Y libros de todo tipo y ocasión. Juegos al por mayor, por decir el caballito de palo, la ruleta rusa y las cartas de amor. Polvos másgicos del olv

A los que se van

Unos se van. Otros ya se fueron. En ese límite exacto de la frontera del ser y estar, se van. Han llegado hasta el último andén. Hicieron su parte en la vida. Sencilla o compleja, al fin, en servicio de los demás. Dieron un pan. Una manzana. Y sonrieron plenos a la vida. Que parecía genialmente eterna en esos rayos de luz de juventud. En las miradas a contraluz. En ternezas del trato consabido. Y también al poner los puntos sobre las i. Se van ahítos unos, otros en la oscuridad de no buscar razones, felices al fin, con lo que les dieron o dan. Se van con sus canciones, sus sueños, sus destrezas, sus anhelos. Tuvieron sinsabores de la vida, también. Marchan contentos. Juntos grises o brillantes. Hablantines y callados. No hay más. El golpe del destino nos trajo aquí. Y el rito de la vida ha de terminar. Marchad serenos. La luz también está, al igual que la inmensa oscuridad.

A ellas

En todo caso hay nombres. Datos. Señales de identidad. Leonor, por ejemplo. Ellas fueron guerreras. Musas. Tenían arraigada la historia. Y los vocablos generosos como espadas o flautas. Según la precisión del tiro. O la fruta entre morisca y madura. Precisamente, por no generar sospechas. Ellas cabalgaron sus destinos, con valor perenne. Vigilaron las rutas que se tomaran. Y es que ellas también fueron motivo de la especie. Vamos a cantar la canción cuando la caverna. Nunca fuimos muchos. Y ellas tuvieron la ventaja siempre del amor naciente. El ajedrez fue también su suerte. Y cuando el soplo de vida turbinó destellos de luz con jacarandas, Ellas estaban ya apoderadas del reino.

A ellos

Ellos son de pipa. Y cargan libros bajo el brazo. Mas son de oriente y pintan bien el campo de fútbol. Manuscritos encontrados en sus bolsas. Donde detallan el egocentrismo de nosotros. Y échame a mi la culpa. Doble contra sencillo, Ellos alebrestan a las cabras. Y tienen tanques donde cultivan ranas. Ramos de rosas. A ellos los distingue la camisa blanca. El cuello blanco. Y su gusto por lo extraño. Cuentan en todo caso de la duda que tenían. Ellos los mismos de siempre. Los extraños. Los bárbaros. A ellos combatirlos con saña, Hablarles por ejemplo de libros. Y de la historia de los besos. Una larga historia. Soy bipolar, dijiste. Y ellos se quedaron de testigos. A ellos esperamos. Desde tiempo inmemorial. Sabemos por ejemplo que son rojos. Que son bárbaros. Son ellos. A ellos compete este texto. Descifrar el símil

Tú, yo, nosotros, somos nuestra conducta

Desde que tuvimos uso de razón nos enfrentamos a un sinnúmero de circunstancias. Todas ellas relacionadas con nuestro complejo sistema interior y nuestra relación con los otros. Así nos fuimos encontrando que cada uno de nuestros compañeros de escuela era distinto. Desde el que hablaba mucho, el callado, el tímido, el bromista, el serio, al que temblaba todo cuando pasaba al frente, al que le sudaban las manos. Y tuvimos también quienes no entraban a clase, los que empezaban a ser líderes, y quienes peleaban, otros que defendían a los más chicos y quienes lloraban por cualquier cosa. Asimismo yo notaba en el salón de clases que había en el grupo quienes tenían seguridad para hablar y quiénes no, yo entre ellos, y me iba preguntando a mí mismo que algo había en el interior que nos hacía distintos. Por ese tiempo me empezaban a gustar las lecturas de los diarios. E inicié una búsqueda de situaciones en las noticias que tienen que ver con la nota roja. Sobre todo esa alteración que se

A ti

En la espera, en la esperanza, de la luz. Y que aparezca el unicornio azul. A ti. Rompehielos. Canción de madrugada donde estemos. A ti, buenaventura de los torpes, de los sin nada. Que entraste a un camino sin regreso. No hay salida. Corazón roto. El café está a la espera, aún. A ti, generador del viento y del pozo de agua. Viene la corriente. Y los troncos viejos arrastrados. Gusano de seda. Aquí el hazme reír. Hemos firmado contrato por toda la tierra incluida los animales y esclavos. A ti, que has llorado y cantado. la mandolina está rota desde ayer. Escribimos historias para nadie. A ti que eres yo mismo ante el espejo. Me conozco bien, a ti. En el mercado las frutas, en las esquinas las frutas. Y en todos lados la conciencia del que está en todas partes, en todo lugar. Tocan la flauta dulce a lo lejos. Alguien canta. Ese poema de Neruda ha sido la clave cantante de tantos tiempos. Temporadas en el infierno del glamour. Donde andemos, andenes de otro tiempo. A ti. Aquí. En todas p

A nadie

La culpa es de nadie. O en todo caso del otro. De los otros. Mas nadie es el preciso, el señalado. ¿Quién fue? Nadie. Así sucedan cosas, Y sea más que evidente que alguien fue el que tergiversó. El que traicionó. El que lanzó bolas de humo. El que traficó aire. Y sentimientos. El que trastocó risas por monedas de oro. Nadie es el culpable. Por eso me dirijo a ti, el que eres nadie, culpable de todo. El que ha transitado cuesta arriba. El que cae y se levanta. El que paga los platos rotos y se queda a lavar los trastes que quedan. Es preciso señalarte en las palabras. Para resignado asumir la parte que te corresponde. Eres tú, el nadie, el que recibe improperios, señalamientos. Al que quieren cargar el odio, el muerto, el resentimiento, la vanidad, la egolatría. Eres tú el señalado como autor intelectual de guerras y embarazos. Nadie escribe poesía, nadie la alienta, la pregona. Y las estrellas azules a lo lejos, y el claro de luna, es nadie quien la aprecia. Por eso es preciso defender

A todos, nuevamente

Me dirijo a todos, nuevamente. Felices y tristes. Entusiasmados y compungidos. La vida se va en un soplo. En un visaje termina como una burbuja de jabón. He allí el concepto. Después a ciencia cierta nadie sabe. Aunque todos opinen al respecto. Hemos visto y saludado a miles. La vida nos ha llevado como hoja al viento. Y, resistidos al tiempo, nos aferramos a él como gato que se aferra a la pared. Porque es preciso reiterar que la vida es bella. A pesar del acorazado que arremete contra nosotros. A pesar del torbellino en que a veces nos vemos dentro. A pesar de los eclipses y el llanto. Hemos recorrido cielos. Ojos detenidos en miradas. Hemos navegado nubes. Este unicornio no es el mismo que perdí ayer. Y junto a todo ello nos hemos salvado de naufragios. Nada es para siempre. Y menos el amor con carácter de urgente y eterno. Me dirijo a ustedes. Jóvenes y viejos. La vida es un discurrir del tiempo. La savia de la vida está allí, con nosotros. Y a pesar de saberlo, elegimos evitarla.

A todos

A todos que os dé el aire de frente y los despeine. Que los empuje en otros senderos alejados de rutinas. Que la musa les mueva el corazón. Y les conduzca por el reino de palabras. Los silencios incluidos. Que el sol les dé de frente. Y que la tanta luz les haga cerrar los ojos. No es buena la tanta luz en la retina. Que salgan de su cerco las ovejas negras. Dejad dentro las blancas. Ha sido tanto el tiempo. Han estado todos atentos a la vid en la cosecha. Y el mosto de su pie. Que el fuego les entibie el hielo del corazón.  A todos os deseo la buena suerte. De estar en paz consigo mismo. Ni deberla ni temerla. El canto de sirenas es recuerdo memorioso y milenario. El ave de las tempestades ha caído en desgracia. Su pico ahora es chato. Sus garras amorfas. Y sin plumas, ahora. Os deseo salud y buenaventura. El tiempo del reloj de la biología es exacto.

Mi patria

Mi patria es  el aire y la montaña. Que se buscan a oscuras o en días de sol. Ladera a donde el viento llega. Mi palabra también lo es.  Magia que desvanece el recuerdo. Que barbaridad, el tiempo marcha indiferente. Mi patria son los árboles del patio de mi casa en el recuerdo. Son las raíces que vienen desde toda la geografía y confluyen en mí. Ríos agua transparente. Música de acordeón y bajo sexto.  Desierto hambre de esperanza. Mi patria son unos labios, una sonrisa, una mirada. O tantas. Como las necesarias para la vida.

Detalles

La canción en la radio trae el cúmulo de recuerdos del pasado. Y con ellos las palabras que se lanzaron al futuro como seguro de amor en las promesas. La lluvia nos sorprendía tomados de la mano. Y las lecciones escolares las repetíamos entre nosotros para aprobar el examen de la vida. Detalles. En el sueño augusto.

No pedía, no daba

Al principio era a tablas. No pedía, no daba. Los pájaros cantaban. Aves de tarde o noche. Era plenitud en primavera. Olivos en los montes. Cantaban ruiseñores. Días y noches de fiesta.  Luego, unos años después, cobraba. Los pájaros del amor sacaban cartas. E ilusiones leía el pajarero. Cinco pesos lectura del destino. Eran palabras preescritas. Como el doctor de paso se entretenía al dominó o a las damas. Eran soles o quetzales. Depende del turista que al puerto llegaba. Muelles fenicios. Me cuentan que ahora paga. Cada poema. Cada papiro. Un suspiro de nostalgia. Lee sentada en los parques. Aroma de incienso. Es invierno. Y ríe con pocos dientes, recordando cuando dentífricos anunciaba.

Yo me duermo

Yo me duermo cada noche rodeado de tinieblas. Y sueño paraísos rodantes que van de pueblo en pueblo, absortos y benévolos. Mastico ciruelas para evitar las pesadillas. Y caigo de espaldas ante la magia de los sueños. Entre las frutas desvarío a causa del olor a incienso. Y llueve y me mojo porque he vivido y muerto cien mil veces.  Y aparecen en sueños los cantos de sirena. Me llaman rítmicas en idiomas que no conozco. Y me revuelo ante  el canto de las aves. Amarillos pájaros sobrevuelan el techo de mi casa. Las tejas suenan al paso de fantasmas. Y vienen en parvada cardenales. Y yo dormido murmullo mis canciones. No estás a ninguna hora del día. Y no importa mientras la radio vaya encantando corazones. He vivido, disfruto las palabras.  Poemas de los griegos me habitan cada día.

Higuera

Al fondo del patio de la casa, había una higuera joven. Con el crudo invierno se quedaba sin hojas. Y algunos higos se quemaban por la helada. Y al año siguiente volvía en su esfuerzo de las flores y los frutos. Nosotros estábamos listos para comerlos, al esperar que maduraran. Sus hojas rugosas, en lo áspero nos rechazaban. Y nosotros tuvimos siempre gran aprecio a la higuera. Su fruto nos prodigaba cada temporada. Le fuimos y seremos fieles. Una helada poderosa la secó en el 82 del siglo pasado, mas sigue la bella y pródiga higuera en nuestra memoria.

Diversiones

La palabras de esperanza y la lluvia con brisa. El eterno retorno. Cuando hablamos de paz. Aprenderse el guión de la obra. La luz interior. Y el poema de amor. La nube viajera. El tapete mágico de la infancia. El olor de la tierra mojada. El olor de la tinta en el libro. Y la mirada en la flor. El faquir en escena. La fotografía a contraluz. El agua corriente. El café por tomar. El placer de cantar. El rumor de olas en playa. El colibrí por la miel. La voz interior. Aquella vieja canción. El abrazo por llegar. La tortilla con sal. El higo al madurar. Tu voz con historias por contar. El cuaderno con forro de piel. El beso y manzana. Los discos de jazz. Las fotos en la Habana y New Orleans. El canto de sirenas. El Aute y Serrat. El faro de luz. Las cartas con la correcta dirección. La mejor de las sonrisas. El vivir sin prisas. La patria en construcción. El soñar y cantar. Versiones de amar.

Versiones

Cada versión es distinta, de un hecho, como distintos los puntos de vista de cada quien. Cada cual, por si acaso, mide con medida distinta, lo variado. Todo de color se mira distinto, nunca igual. A la feria, llegan tantos y a cada uno le va distinto. Según lo que elija jugar. La misma lluvia, moja diferente. Y hasta a algunos les da por cantar o bailar.  Otros corren a bajar la ropa, que estaba ya por secar. Y el sol alumbra según la posición. De dos que dan su versión, sobre un hecho donde los dos participan, versiones distintas serán. Y cada quien pondrá argumentos a su favor. Mañana un nuevo día. El esclavo y el esclavista, distinta situación mirarán. Y cuando cada quien dé su versión, versiones distintas serán. Y del amor y la lejanía, suele pasar. Un adiós será el final. Para volver a empezar.

Conversaciones

La tarde se fue. Vinieron otras. Y las palabras hicieron cruzamiento en temporadas de hastío. Motivadas por la emoción de las imágenes. Se construyeron imágenes vitales, sobrias. A partir del ensueño. Y profetizaban otros sueños. Como la vida misma de futuro, se anunciaron, en deseos breves, eternidades. La sonrisa era clave y distintivo. La sonrisa que ahora es mueca en el recuerdo. Y las palabras, fósiles de que algo hubo. Vida en limbo. Para conjeturar otros casos para otro tiempo. Y sin embargo, anuncia Sabina. Como si la vida fuese solo una señal en el tiempo inmemorial. Una prueba de la nada. Seguiremos esperando a Godot, afirmó Becket. El tiempo es un ajedrez perfecto, conjeturó Borges entre dientes.

Domingo

Domingo me parece bien. O fuera martes o jueves. El día es bueno en presente. La conciencia de estar. Y percibir los distintos colores en formas distintas. Y sentir el viento. Y mirar la luz. Una nube y una niña cruzan en mi campo visual. Y saludan nube y niña desde lejos. Yo sonrío, cual debe ser. Y correspondo agitando mi mano. Adiós. Sorbo café. Y pienso hacia atrás y adelante. La vida breve e intensa tiene encargo de mercado. Lista de amigos. Pez espada. Los libros a la espera. Este domingo es de sol.  El presente perpetuo es gerundio del tiempo. Agradezco el café de Huatusco. Domingo de café y palabras. Gracias.  A veces el corazón resiente el tiempo. A mis cinco seis. Me asomo a la ventana: vendedora de moras, músicos itinerantes.

A mi manera

La primera memoria. Caminar por ese callejón de tierra y polvo. Y sonreír ante el viento que movía las hojas. Y sentir una fuerza incomprensible. Irrepetible para el momento. la conciencia nace un buen día. Movía no solo las hojas. El árbol mismo. Y caminar sintiendo la respiración. En un ritmo suave. Y memorizar ese ritmo. Para no olvidar que dependemos de algo en lo esencial. En todo caso era también sentir el calor a causa del sol o el frío en  invierno. Los extremos. Era la manera de resolver la tarde. O la noche. Y nos tomamos de la mano en ese frío. Yo leía poemas. Y me admiraba ese cantar fiel de las palabras. Y era sentir bienestar en el roce simple de las manos frías. Y el sueño de volar con nubes vino con las palabras. Para aproximarse al tiempo en una visión de futuro. O del pasado. Nos sentamos en la banca de un parque. Era julio, de las moras. Y no estuvimos. Ese día y nunca. Y las moscas sobre el pastel del tiempo. Escribiste palabras huecas. Pérdida de la memoria. Y las

Usted

El momento preciso de las palabras. El incierto rumbo de los días. Usted barajó las cartas de un modo especial. Era necesario por los datos conocidos. Había dados en la mesa. Y cada jugada representaba una manera distinta de enfrentar las cosas. Balaba bien o bailaba. Perdón error de dedo. Es manera de jugar palabras. Intentaba definir en constancias viejas si era necesario argumentar lo contrario. Hubo momentos de sopor. Cuando el reclamo era la constante. Dos polos. Y era pasar del rojo al negro. De la humedad al  seco páramo. De la alegría a la zozobra. Y volvieron los sueños de futuro. A dirigir digeribles como ruleta rusa. El destino es irremdiable, susurró.  Era preciso definir la ruta. Y cayó la tromba. Una vorágine, Sentimientos encontrados. No hubo despedidas ni encuentros. Mas al contrario. Sueños de medianoche. Como precisar el dato. La prueba irrefutable del paso del tiempo. La fenicia, dice Rojas. La del templo. No hay ninguna que no diga lo mismo. Ensimismados derrochan e

El caso es que

El caso es que volaba. Tan perfectas sus mentiras que en realidad eran verdad. Y sus altas varas, columnas de carrizo, se veían como portentos de jamón. Otro era su aliento de embriaguez, sueño con serpientes, profetizó Silvio, El Mayor. El caso es que el Titanic se hundió. Una tarde de verano ¿o era invierno? Y empezó a llover. El mar en levantisca, altas olas. Borrascas en la vorágine. Volaba, sí, era fenicia, al decir de Rojas. Fue la soberana del templo. En mí parten velas las historias noveladas, dijo, musa del andén.  Viajera de alta escuela. Y volaba por sobretodos y alrededor. En el sueño, la prehistoria. Y con hambre el consabido sándwich de jamón.  Ah, me han dicho que necesita explicación.

He perdido

Cuando he perdido, gano. Al momento esto es de no creerse. Y nadie cree que en la derrota hay triunfo. Y reiteradamente llega la derrota. Y uno se va acostumbrando, como una especie de síndrome, sentirse bien en el trayecto de caídas. Nada es predecible. Los tantos campos de la vida. Se siembra un huerto. Se escriben páginas de un libro. Se toman fotografías de cosas sencillas. Se hace un tramo del camino. Como para no dar crédito a lo que sigue. Es el destino. Luego una llamada del agua cuando la lluvia. O el signo escrito en el crucigrama. Donde resolvemos con nombres de capitales o de ríos. En las derrotas se camina con soltura. Digamos que uno se va acostumbrando. La felicidad son los instantes. Estos los del día.

En alcance

En alcance a la anterior. En la que consignadas quedaron otras palabras. Y un gerundio lento y ensimismado. Los vocablos parecían alegres. Sobre todo en esa ruta prefijada como un sueño. La eternidad es en el amor un plazo breve. En alcance se comprende lo que sigue. Un amanecer desmañanado. Buscando en los libros las respuestas. Y queriendo adjudicar a la neblina, retórica que no nos corresponde. En alcance, despedida. Sin aspavientos ni mucho menos discordancias. Constancia en alcance. Del transcurrir amarillo, en el papel, por el paso del tiempo, las batallas.

No vendrá

No vendrá el día de ayer, nunca más. Así como el agua del río nunca remontará hacia la montaña. La máscara seguirá adherida. Y el árbol hecho leña no aspira a ser árbol nuevamente.

Desierto

Hay un desierto de palabras que he de cruzar hasta encontrarte. Y he de encontrar tu huella, tu mirada y tu sonrisa. Crucé un desierto de arena. Otro de piedras. Otro más, desierto de agua. Mas el desierto de palabras parece infranqueable. Tiene al silencio perenne como muralla china multiplicada. Dragones de sal y papel como guardias. Y sirenas que desvían la atención con sus cantos nos llaman. He de seguir mi empeño. El derribo de los obstáculos con palabras. Hay un desierto ausente de palabras. Lo he de cruzar a ritmo de pesares. Con la esperanza como bandera desplegada.

Los hechos la tarde de este martes

El poema andaba por las nubes cuando llegaron los niños de una escuela vespertina. Y barrieron con su risa las tristezas del ambiente, se notaba todo triste. Oscuranas internas presagiaban malas notas. Pero los niños son los niños. Y rápido prendieron llamas de alegría. Un libro bajo el brazo traía uno. Otro un trompo en su bolsillo. Otro más una rana aún viva. Y miraban la estatua desde cerca. Admiraban que parecía el poeta como vivo. Unos ni caso hicieron al evento. Absortos en la promesa del teatrino. Sendos monigotes todos de colores a la espera. Que movidos por los hilos invisibles bailarían y brincarían como locos. Estos hechos fueron de hoy martes. Ceremonia por la poesía. Poseída una chica declamante. Del poema veinte de Neruda. Un día entrará la poesía. por la puerta de enfrente en las escuelas. Y entonces sí, diría la chica de la esquina. Serían tantos más los gambusinos que con palabras bosquejan sueños por las noches. Y fanfarrias tocaron los amores. Ahora cada quien con la

Acaso

Acaso loca fuera de pensarse. Princesa o reina de países orientales. O cantante de cabaret de cuarta. Es más emocionante, me platica frenética como en carcajadas. Voluble la tarde sol a norte venturoso. Fuera entonces búfalo y no gacela en estampida. Boquiabierta para la espera de aire en la saliva. O quintaesencia de la penúltima moda. Acaso por si las dudas transita entre palabras galopantes. Valiente enfrentar los insomnios insumisos. Mosca muerta no produce efecto. La boca abierta para el respiro necesario. Y los encantos de la dicha plena. Poca monta la suma de dinero a cambio de pesares. Dura poco el cielo. A cuenta la amargura de la espera. Y seguía en su carcajeo, como alegre. acaso loca, dije para mí. En el sueño más profundo se percibe un cambio de banderas. Y a efectos de lumiere los sueños. Por el efecto mariposa. Yo tenía mis alas. Ahora de museo, dijo Ícaro. refrendando para siempre el sentimiento. De estar deseoso de añoranzas. Cual lunática loca fuera de pensarse. Así d

Teníamos tiempo

Sí. Teníamos tiempo. Cotejamos nuestro tiempo a fin de que saliera todo exacto. Para escoger el libro de los sueños. Y escribir en él la biografía. De los héroes anónimos que siempre fuimos. As{i también como los otros. Eran penumbras dadas por si acaso. Había necesidad de ocultar los sentimientos. Pasaportes al filo de la tarde. Salvoconducto del tiempo. "Plástico", gritaste confundida. Estabas ebria de juventud que se alejaba. Y yo referí sobre bolsas negras o transparentes. Estabas con espanto ante el espejo por el resultado. Hacías muecas. Gesticulaciones. Y poco a poco fuimos a galope recorriendo los senderos. De esa luz que viene por el flujo de la especie. Girabas manivela. Como timón de barco. Segura que eran los tiempos nuevos. Paraísos del instante. Doble juego contra sencillo, fue la apuesta. Y corrimos en descampado. Parecíamos galgos. Teníamos tiempo, aducen los fantasmas. Para ejemplificar lo de ánima sola. Una escultura de yeso alada. Una pintura antigua de dos

El tiempo

A tiempo el tiempo exacto. El preciso instante donde se cruzan las miradas. Se asoma la palabra y llega al punto donde fluye el agua y el mercurio. Por la pendiente encuentra el sitio necesario. A tiempo la canción en la radio que alumbró otros instantes de otro tiempo. El tiempo no es oro, es tiempo.  Y las palabras no las lleva el viento. Montan en un brioso caballo. Y recorren la pradera en la distancia. Y arriban jubilosas para saber del fresco manantial. He recorrido senderos bifurcados. Y la decisión nos conduce a otros senderos. Derroteros del destino donde elevamos plegarias para redimir las hojas secas. Los cuerpos secos. Las ideas piedra que avanzan dando tumbos por lo cuadrado de la visión sobre terreno fangoso. Estamos a años luz del mejor destino. Y caminar es una manera de entretenernos con palabras. Esperamos a un Dios que nunca juega dados. Y se entretiene en su juego eterno de enderezar entuertos.  Presuroso el tiempo dosifica. Y nos vamos despidiendo en un gerundio qu

Me tienes dado el tiempo

Porque tú me tienes dado el tiempo. Esta ilusión pasajera cargada de plenitudes y sonrisas. Este sueño de espera consagrado. Para dirimir distancias que presagian diferencias. Porque tú me tienes dado el tiempo. Con dalias y amapolas. Y piedras que han sido lanzadas en las recapitulaciones. Piedras como libros milenarios. Calendarios de otros tiempos con anotaciones al calce. Y el conjunto de conjuros con los que se resuelven los enigmas planteados por el tiempo. Cicatrices. Me tienes dado el tiempo no para siempre. para que se vaya acabando como en el reloj de arena. Vivimos tiempo exactamente como dentro de un reloj de arena. Vamos al café mientras tanto. Y a ese tiempo vamos a darle vida. El tiempo eterno cabe en un solo sorbo de café. Cuando nos decimos desde entonces. desde entonces, Patria mía.

Tarde de lunes

La tarde se va, yo me duermo. Para soñar otras latitudes, otras olas. Cuantifico el tiempo sin nombrarlo. Y me digo, ha pasado un día más. Ya de noche busco luna o estrellas. Y animales nocturnos aparecen de pronto y se alejan. Yo vigilé el sol en retirada. El crepúsculo coloreó el altar de nubes en el cielo. Esas figuras que se forman parecen adivinar mi sueño. Cabellos negros, de rutina. Otros rubios como crin de caballo. Rostros con sonrisa. Y el brillo del sol color naranja. Es como un incendio natural allá a lo lejos. La tarde se fue. Y con ella el conjuro de la mala suerte. El amor bienvenido o malogrado es asunto del pasado. Buenas noches. Presiento el duelo en la despedida del tiempo. Hacemos recuento de los cantos. Los saludos en el transcurso del día. Y el ya basta de quienes hacen lo que debe hacerse. No os preocupéis, palabras. Lo nuestro es solo un ejercicio. Mas ustedes aparte de ser viajeras del viento. Son contenido y razón. Esencia de lo que somos. Antes, por supuesto,

Un buen inicio

Bien el inicio de semana. Ya de ganancia mirar la luz de la mañana. Tengo un libro alado, al lado.Y escuchar las chicharras que persisten, mas el real canto de los pájaros. Los canarios siguen su ruta muy de mañanita. La neblina densa presagia tibias horas. Y el buenos días se asoma en el saludo. Yo me cubro bien mi pecho por el frío, incluyendo el lado izquierdo que de afectos sigue pleno. Y no vaya a ser la de malas. Le doy por lo tanto en fuerza, unos versos de Neruda. No es raro eso de contar despierto borreguitos. Y el deseo ferviente que otros sueñen. Que vislumbren otras posibilidades. Y no se queden rota el alma persiguiendo sus fantasmas construidos en si mismos. Un buen inicio, siempre tiene un mejor fin. Porque del fin viene, bien, otro inicio

La escuela al centro

La semana pasado la Secretaría de Educación federal dio a conocer la estrategia nacional para el aterrizaje de la reforma educativa en el aula, para que repercuta efectivamente en el aprendizaje de los estudiantes: la escuela al centro. Lo anterior es para que todo el aparato del sistema educativo nacional esté al servicio de la escuela, y no al revés. Para ello se tomaron diversas medidas. Desde la reforma al artículo tercero que le agrega educación de calidad a lo de “laica, gratuita y obligatoria”, la creación del Instituto Nacional de Evaluación Educativa INEE y del Servicio Profesional Docente SPD, hasta la fuerte inversión en infraestructura física y materiales didácticos; oferta de formación continua, etc. Pero todo eso fuera insuficiente, si no se marcara la ruta para lograr el aterrizaje en el aula de la reforma educativa y el logro de avance en la calidad, que es lo sustantivo del espíritu de la reforma, y lo sustantivo en todo el sistema educativo. La estrategia “Escu

Cuando hoy 14

Cuando hoy 14, reviso palmo a palmo mis momentos. Que ya son tantos, y nunca suficientes, me afirmo en la amistad y el amor, como los dos fuertes sentires, que nos mueven. Y vienen en firme muchos rostros desde la escuela primaria, que estuvieron en el presente lejano. Y dimos muestras de ser amigos y amigas. Compartimos algo un día, muchos días y luego nos separamos por ese azar del destino. Y siguiendo nuestro camino, en secundaria y Normal, otros rostros siguieron en la ruta del amor y la amistad. Se incluyen los primeros besos. Y ese transitar profundo por la ruta del sentimiento. Fueron momentos gratos sin duda, entre triunfos y derrotas. Hubo algunas rosas, y también lágrimas y risas. Y en la universidad, también. Otros e iguales momentos, en el sentir pleno. Acompañados de canciones. Mas no solo en las escuelas. También en la vida de afuera de las aulas escolares. Cruzaron rostros y palabras que quedan. Entre vecinos. Y compañeros de trabajo. Y también nuestros maestros. Sin olv

Tenue

Tenue la sonrisa. Bienes en piedras sin encantó. Un amor a la medida. Vienes. Si acaso el guiño y la mirada. Y dar la bienvenida. Tenue el murmullo que nombra el nuevo día. Estamos sin estar porque estaremos. Leves como nube. Semejante a la burbuja que se eleva. El amor es la medida del tiempo que se escapa. Y es a la vez rosa y espina. Es el rito nominal de nuestra especie. La espera detallada del suceso. Que viene en avalancha y se aleja. Oro otro es el destino. De nombrar mocedades a la espera. Somos y seremos. La sirena aquella del pasado. La del canto melodioso que ilumina. Fue falaz postrero rostro. Del amor sin aspavientos. Melodioso. Tiempo. Aquella ve. La tarde. Fue un domingo del pasado. Y otros domingos cantan en presente.

Salutación

La extraña salutación de la tarde. Con los protocolos signados por las generaciones anteriores. Para la posteridad los mismos ritos. Levantar la mano simple para el hola y el adiós. las visitas a las casas de conocidos. para reconocerse antes y después de la muerte. para que las huellas dactilares sean exactamente el pasaporte del tránsito entre las flores secas.  La extraña manera de entenderse. Una a una las manifestaciones interesadas para el grupo. Recuerdo por ejemplo las cartas bien escritas. Con detalle en el garigoleo de las letras para la belleza caligráfica. Y esos amarres sentimentales con fotografía en la cartera. Para llevar la esencia de las rosas. Pétalos además, por el perfume. Y un libro. El rito de regalar codornices y libros. pajaritos del amor. Loro de las repetidas palabras. La extraña manera de decirse todo con palabras. Mirando el cielo que no es el cielo, sino la tarde en la semioscuridad y el techo.

Pingüinos

Salíamos al receso diez minutos. Entre hora y hora. Teníamos de edad cuando mucho 16 años. Estudiábamos la escuela Normal, para ser maestros de básico. El horario era de 3 a 9 turno vespertino. Y en ese descanso hacíamos cooperacha,  Roberto y yo. Un mi amigo desde entonces y siempre. Y nos alcanzaba por lo regular para ese paquetito de dos panes con ribete de betún negro todo y una línea blanca, de nombre pingüinos. Tenía dos piezas. Una para cada uno, acompañado cada quien de la mitad de un refresco.

La tora

La tora delatora tiene tara. Y tiene voz en el silencio al igual que las no dichas palabras.  La Tora es el personaje ideal que cambia datos al por mayor. Quisiera cambiar la historia de lo que es. Donde se hace la crónica de lo que fue. Con una sola idea. Las heridas. Fuimos tontos torpes dromedarios. Ante la tora mejor callarse. Heme circo aquí como si nada. Risa con sulfuro. Gesto adusto. Guiño para la sal de temporada. La tora delatora escribe y habla con  ripios y adjetivos como carnada. Para ver paraguas sin lluvias. Temo a su mirada que delata hastío, desencanto, soledad, las más de veces, vacío. Trama.

La soledad

La soledad es una molécula en un suburbio . Y es la misma molécula en un casa sin libros. Es un llanto sosegado. Un delirio. Una mosca sin alas. Es el habitual destino de la noria sin pozo. De la luna sin brillo. De querer a fuerza cantar en solitario. Es la conciencia brusca en el Mar de los sargazos. Es el titubear de moneda en la saya. La soledad ea un globo que se revienta fácil. Y entonces el cometa se eleva. La soledad es el asomarse a uno mismo. En el peligro de encontrar todo o nada.

La amistad

Cisne, garza o pavorreal. La amistad es una ave generosa. Que tiende al vuelo sin más. Ágil para esquivar los asideros de la rutina. Brillante cual discurso locuaz. Es un ente vivo y muy humano. Que todo lo sabe de paz. Es un poema vivo. Y una crónica de esta vida. En el ritmo del pasar con risa y tranquilidad. La amistad es sombra generosa. Que transmite humildad. Tiene la sencillez de los vegetales. La cadencia del bailar. Es el acompañamiento con el que se puede soñar. Es una transparencia tal que genera visibilidad. De otros mundos. Otros sueños. Y lo que en visión deba pasar. La amistad es la manera de un mejor transitar. Por este valle de sombra y palabras. Una mano ayuda a la otra. Y las dos consuman el plan. Tantos años de no verte. Y me pareces igual. Si un solo amigo tuviera. Apostaría a la amistad. Y si ese dejara de serlo. Por una razón o más. Yo sigo creyendo en la amistad. Con la esperanza de con un o unos amigos contar. Extensivo a las amigas.

El amor

El amor  sucede. Sin preámbulos llega, irreverente. Y disfruta la estancia como si fueran vacaciones. Nada hay tan fuerte como el amor. Ni tan dúctil. O sereno. Hace fiesta. Y cual pavorreal abre su abanico de plumas a la vida. A velocidad frecuente fluye. Sucede y transcurre como ruleta rusa de emociones. Hasta diagnostican dos polos. A veces se confunde entre el smog o la neblina. Y la noche es su estanque natural. Y de día anda como anunciando pasta dental. Un buen día, tarde o noche se va, por la puerta de enfrente o de atrás. Según las circunstancias. Ladrón de tiempo. Poseedor del brillo de ojos y de la verdad. Y deja en reemplazo a la nostalgia. Al odio nunca jamás.

El todo

La teoría del todo, nos contiene. A ambos, incluyendo a él. Y a todo mundo, precisamente, por ser del todo. Cabe en un jarrito oaxaqueño. Y si no puedes ayudar. Venir. Entonces. Salte de saltar. Somos exactamente los mayores de la vida. El acurrucar escombros para discernir lo que sigue. la vida es incertidumbre. Y amor es la energía que nos mueve. Hasta que nos muere en vida. En el todo estamos. Cual molécula sumada en el ritmo de las cosas.

Me preguntan por ti

Me preguntan por ti. Ocio. Si Dios existe o no. Si hay testimonios y actas circunstanciadas. Pruebas tangibles e irrefutables. Testigos de honor. Y me quedo en pasmo. Pienso en las pirámides de la antigüedad. La enciclopedia. El crepitar del fuego. La luna iridiscente. Y aún preguntan por ti. Y me escabullo en respuestas sin sentido. Atesoro un libro. No capturo a la mariposa. Me desatiendo de las ocupaciones. El trabajo monótono es el tiro lento de gracia.  La rutina de hacer el amor con registro de tarjeta en tiempo y forma. Me preguntan por ti. Y refiero de los pasos Caperucita en el bosque. De Alicia en el país de las maravillas. Y el exacto Borges. Sirve más cerveza. La ocasión del celebre lo amerita. Apenas ayer justificaba. La charla de café para arreglar el mundo. Marabunta del tiempo sucedido. Ocio sin prejucio. Creativo ocio. Pero preguntaban por ti. Y la palabra ocio es una cortina de humo. Por ti, Dios, el de los hechos minúsculos y grandes. Y ese perfecto ulular de las pal

Yo me quedo

Yo me quedo Yo me quedo el tiempo necesario escrito en el destino. Para reconocer vislumbres de azafatas en el vuelo. Esa manera tersa de entregar los chocolates. Me quedo para seguir escuchando las canciones del ripio sobre el redundante èxito y alabanzas sobre las cosas pequeñas. La voz arena que asciende a la razòn. Y sigue siendo la ocasión de la dicha. Bendita música. me quedo a probar si el tiempo es el misterio de la vida. Y las dudas esparcidas siguen siendo las mismas: el origen, las razones de existencia y el a dónde vamos. Yo me quedo en el silencio para triturar lo no vivido. Esos reclamos justos de no aprender cruzar la carretera. Por donde van desilusiones e inconexos balbuceos de eternidades. Me sorprenden los amigos con silencios y palabras. Me sorprenden las hormigas con su ritmo de actividad que no es trabajo. Su instinto de reproducirse y andar arrieras cargando hojas para proveerse en el invierno. Yo me quedo en los andenes por la tarde. A mirar los rostros descomp

Cielo azul

Prometido desde siempre, el cielo es el instante de la dicha. No existe de otra forma. Tampoco luego de la muerte. En todo caso morir es el fin de las tribulaciones. Mas nada tiene que ver con el cielo prometido. O la eternidad de un estado permanente. Donde la gravedad no sería más que un concepto en el que nadie piensa. Una burbuja ingrávida, si al caso. El cielo es el abrazo sentido. Donde se transmite el buen humor. Es la risa que domina los ambientes. Es el sentir de las primeras palabras y pasos del infante. Y cuando por primera vez lee y sonríe. Es el observar la luna y saber que es piedra y es imagen de poema. Es saber de la flor y el colibrí. Es descifrar mensajes de guiños y miradas. Es el libro viejo o nuevo que abrazo cual amante. Es la chispa que aparece en el roce en pedernales. Es la carta adolescente a la que se agrega esencia de perfume. Es el carmín de beso en la carta de regreso. El cielo es el que labro al paso de las horas.  En la imaginación. Y es el manto azul en

¿Podemos hablar?

¿Podemos hablar? Dijo. Y su voz sonó fuerte, falsa, en su costumbre. Claro que podemos hablar. Respondí al instante el mensaje que no era otra cosa que una invitación para decirnos nada. Nuestras cuerdas andan bien en este tiempo de frío. Con un poco de miel se relajan. Y la boca con su lengua bífida se encuentra bien para hacer el ejercicio de palabras. Además el pensamiento continúa en ese frenesí de estructurar enunciados. Con ciertos juegos de palabras. Imágenes al por ma yor. Con colores saturados. Y empezamos hablar como dos islas que comparten aguas. Y se escuchó el discurso por las flores. Los versos del capitán. Y la historia venturosa de el viajo y el mar. Y juramentos cual si de animales prehistóricos se hablara. Y de la luna como si fuera una piedra mineral en las alturas. Y del modo de vida americano. Con revistas de la moda y el glamour de los fines de semana.Eran palabras entrecortadas. Era una torre de Babel. En la que se escribían también los parlamentos. De la prehist

He jurado

He jurado para verte no nombrarte. Y a través del oráculo de Delfos saber donde me dicen que el aire es sonrisa seca de los años. Cuando el tiempo estaba a nuestro favor como el viento suave de junio. Y los helechos al aire daban su polen. Para esparcirse en la ladera. Aquella vez de los mil y un recuerdos. Como sueños anticipados de los saltos en tarima de circo. premoniciones de los tiempos por venir. La hoja escrita fija  en la puerta de la casa rosa y blanca. Solo e s cierto lo que es real. Lo real forma parte de la imaginación. Solo lo vislumbrado en la imaginación existe. La mentira es la verdad de quienes buscan el abismo. He jurado en vano tantas veces. Como dejar caer una moneda falsa en el vacío. Y esperar el cambio con el cambio de trinchera. No ha sido fácil el discurso del silencio. Callo en las horas de la tarde. Como vislumbre de un sueño que vivimos. Donde nosotros somos parte real del mismo sueño. La impresora de tres dimensiones oculta la clave de la carne. Volutas de

Me dicen

Me dicen, me cuentan, me aseguran. Que has incrementado el mar con esa humedad que te sostiene. Que todo es distinto. Que ahora escuchas las noticias y miras la convulsión y vorágine. Que te dedicas a escuchar el canto de los pájaros con la mirada al horizonte en espera de respuestas que no llegan. Que las preguntas que haces de "a mí por qué", configuran parte de tus discursos. Que tus sueños han cambiado desde la creación. Que el mundo es perfecto desde el inicio  de los tiempos. Que todo está calculado hasta en su mínimo detalle. Que miras las guerras con sus estruendos y sangre y que te es indiferente. Me afirman, me confirman, Que los periódicos has eliminado de tu cuota de lectura. Que caminas con la frente alta, la mirada baja y con la seguridad de la constante derrota. Me aseguran que prefieres el silencio a las palabras de tanta mentira y engaño. Que las suposiciones son otras. Y las conclusiones tan distintas,Y el destino el mismo. Me afirman que bostezas en reunion

Nota al margen

Se escribe solamente si hay motivo de alegría o dolor. Si la vida es bella. O aunque no. De piel comprada en Oslo. El abrigo queda bien. Guárdese la presente nota. Por si en adelante. Otras circunstancias obligan a ejercer de escriba. A cambio las monedas. Por acuerdo de contrato. Así los comentarios que pudieran suceder. Febrero loco tiene como abril. Las tardes con la luna de frente.

La historia personal

La historia personal no es de supuestos. Son de palabras aprendidas en la ruta. Para nombrar lo que se nombra en esas horas de soledad y hastío. Y se conoce el mundo a través no de las cosas, sino de las palabras. O en todo caso de las causas. Las que nos invitan y nos llevan lejos. A donde los montes y la cimas no son mera referencia. Son la vida misma. La nuestra. La única de por sí. La historia personal tiene notas musicales y suspiros. Y más palabras anidadas en los libros. Tira ya los discos de vinilo. Fueron pasos de la moda. Y recibimos llamadas de atención para andar en otro rumbo. En lo ya probado en otras experiencias. Y llegó de cartón piedra. Y de porcelana la muñeca. Y al andar se hace camino. Y configuraron con notas musicales otra biografía. Donde admiramos las andanzas de otros. Mientras nos mostraban que se danza otro mundo era posible. Sobretodo si mirábamos más allá de la esquina de la casa.  La historia personal son lo que se piensa en esas madrugadas del insomnio.

Yo venía

Yo venía de por la noche. Cuando búhos y lechuzas rondaban el ambiente. Anunciando con fanfarrias de mi gozo. En plena oscuridad sentirme en privilegio. Por el hecho mismo de la vida.  Volví la vista atrás para reencontrarme con las palabras. Para saber por ellas de esa ruta que huele a olvido. De sobra percibir al nuevo día como la oportunidad del agua, la luz y las miradas. Yo venía de caminos con polvo distintivo de las tardes. Y miré orgulloso- Y eran muros rotos. Bardas derribadas. Y vine siempre con el afán de aprender que un instante ya es pasado, desde el momento mismo de nombrarlo. Así va la felicidad. La de la risa boba sin motivo. O con él. Instantes. Entonces yo venía.

Entonces es cierto

Entonces es cierto que no sabes mi nombre. Que echas vuelta a la semilla. Que todo se ha dicho sin palabras. Hay un pesjo que te nomra y otro que no te nombra. Todo es relativo. A veces hablamos porque somos y aveces el silencio se encuentra detenido. Es cierto de la estrella. Aquella que a lo lejos escribía los discursos. Como tema el amor. O la segunda guerra mundial. Equivalente. Lucha el ego, las desdichas y las vanidades. Entonces no digas nada. las canciones forman parte de recuerdos que duraron un buen tiempo. Luego al fin las necesarias despedidas. Y las historias inventadas. Un sueño. Una manera de contar distintas cosas. La muñeca rusa. Y las flores rosas. El martirio de sabernos necesarios aún en la distancia. Y aplicar recuerdos de amor. Donde merece tiempo nunca olvido. pero eso es asunto de otros destinos. otras bien trazadas histerias.j

Imagino

Imagino un nombre, una sombra. Un espectáculo genuino de circo. Imagino una rosa real creada en el universo poesía. Y las tantas noches sosegadas. El libro aquel de nuestra historia. Desde el inicio en los rumbos de caverna. Pedernal en roce. Y frutos de la especie. Hasta el semáforo en la luna. Imagino otro nombre que no existe. Apenas rasgos de rostros olvidados. Y la tarde. Una tarde, en la que se cantaron canciones conocidas. Imagino unas alas, un vuelo, un sueño. Siempre hay tiempo.  Habrá quizá vida y agua. El alimento necesario. Y los suspiros. Es tarde ya. Levanta el ancla. La vela lista para sostener el viento. Imagino un perfume en la memoria. Ya está lejos el 79. Una central de autobuses. Todo listo ruta al sur. La manzana. Siempre una manzana a la mano. Para escribir nuevas historias. Está el necesario lápiz también. Imagino el nuevo día. Las sonrisas. Nuevas canciones. Campanitas de cristal. Un día será en noviembre o cualquier mes. Hemos transitado por cuestas solo de sub

Victoria

La alada victoria busca espacio en el cuerno de abundancia. Y allí duerme tranquila. Ha pasado el tiempo y de vez en vez se asoma. Y regala corona de laurel u olivo para fiesta del recuerdo. Eres un tonto, me dijo un día. Recordaba las historias conocidas.  Y el nombre merecido de capitán de las derrotas. Pronunció suave mi nombre. Y yo quise creerle. Y al acercarme se alejaba. La victoria alada escurridiza tiene preferidos. Se acomoda en los recodos del camino. Y paciente hace tiempo por si acaso necesita de la espera. Entre tantos pretendientes Yo me uno. Mas me da un no se qué, ignorar a la derrota, que me hizo y hace desde hace mucho tiempo compañía. Y si de hablar de lealtad se trata, a la derrota le cumplo. Noche feliz de mis días.

Lo sensato

Lo sensato es saber que un día no estaremos más. Y adiós a todo lo que hubo. Sea un libro. Monedas. Puesto. Vanidad. Tinte. Un día se apagará la luz por siempre. Mientras tanto escribo. Escucho ruido de motocicletas. Un búho acecha. La ritual gitana duerme y permanece. Y la esperanza sostiene nuestros párpados. Pessoa define derroteros con palabras de torre o confitería en Lisboa. Duda. Lo sensato es pensar con lógica. Nube anuncia lluvia. Entonces preparo mi paraguas. Si es de tarde, entonces la oscuridad se acerca. Un sí define. Lo mismo el no, en lo contrario. Y la doble negación afirma. La sensatez es un nudo giordano. Un chaleco para locos el orden acomoda. Según las circunstancias o el pronóstico. Loro u oro. Oración al ánima sola. Lo sensato es vivir sobrio. Dormir temprano. Descender al sótano. Y apacentar al lobo al interior de la causa. Mañana no estaremos. Entonces la conciencia dicta. La vida se va en canciones. Y el penar rotundo de las tribulaciones.

Leer y escribir en la escuela primaria

La semana pasada tuve la oportunidad de estar en una graduación de Maestros y Doctores en educación por la comunidad CIPAC. Es muy grato saber y constatar que muchos licenciados en educación, asumen compromiso personal de desarrollo en bien de sí mismos. Sea para obtener mejores resultados en su trabajo; o para generarse mejores oportunidades de vida, o ambas a la vez. Son ciertamente sacrificios. Pero valen la alegría.  Una pregunta me hice en el evento: ¿Cómo ven ellos la educación básica del estado? ¿Y cuáles serían sus propuestas? Esas preguntas están vinculadas con las que me hago a diario desde hace muchos años y las hago asimismo en los distintos foros y en reuniones de trabajo: ¿Cómo egresan nuestros niños de la escuela primaria? Porque esencialmente, en su mayoría estos mismos niños llegan a la secundaria. ¿Y cómo egresan? Y luego la mayoría llega a preparatoria (bachilleres).  Y de allí a la universidad, donde desde hace años los maestros se quejan que los alumnos “n

Entonces

Entonces es cierto que has tirado la bandera representada en un libro libre. Emblema que  una vez representó la hoja seca con palabras. Un poema es.  Muchas. O acaso un solo verso. Entonces la música lo mismo. Que fueron señales de vida. Recorrido casual de atardeceres. Tiempo detenido en un espacio sonoro. Fuimos lo que somos. A la borda los recuerdos. Y que el olvido sea la mejor bandera para la salud interna. Nuestra historia personal no se interrumpe. Vienen raudos otros instantes que no sabemos. Sonrisas grandes. Y tendrán relación con viajes y libros. Y alegrías de antemano. Y los acordes que se fijaron en el interior seguirán sonando armonía para la calma de nuestros huesos. Columna vertebral de los sueños. "Mi amor es mi prenda encantada", canta Silvio. El amplio amor a la vida, la naturaleza. Y aquella vez, el instante sublime.

La espera

La espera es el estropicio del alma. Brille o no la luna en lo alto. En el cementerio llega el claro de luna, cuando ella es clara en su reflejo. Y de las tumbas no hay miradas ni palabras. Así que el brillo hacia el cementerio poco sirve. Solo que los vivos busquen las palabras que identifican cada tumba. Lo cierto es la vida. Y el reflejo de la luz en la mirada. O la oscuridad percibida. Y en esa imaginación mirar fantasmas o fieras rendidas. La espera es el tiempo muerto donde no se vive. La tarde cae y la noche y el nuevo día. Y a burbuja de jabón ingrávida se eleva. Y al final se revienta y nada hay. Así la vida personal. En la búsqueda de la perra fama y eso que mal llaman éxito, no sulfures. La vida es lo que tenemos. Lo demás es espejismo. El mayor bien posible. Y con esos motivos de la dicha, ni se diga, A mostrar los dientes sin ser anuncio de dentífricos. La felicidad es un instante.  La rabia también nos hace mostrar los dientes, mas no es lo mismo. Por lo demás busquemos q

Cenicienta

Cenicienta en los naufragios de la tarde y los fines de semana. A donde arriba recién bajada de la nube la porcelana en una imagen de canciones. Y bailar de tarde en tarde. Como en el carrusel de juguete. La vida brincaba saltarina los obstáculos. Y el fin de la obra. Torre derribada. Peones que difuminan el hartazgo, capturados. Y en punto de las doce. La calabaza se convierte en dulce o auto. Y yo prefiero el dulce que a la lámina. Con recetas de cocina de cuando mi madre. Y suenan las doce campanadas del reloj. Medida del tiempo. Has muerto en el insomnio, camarada. Cenicienta triste. Cada tiempo tiene sus mejores momentos. Y del ayer. Mañana sigue Cenicienta barajando las cartas del destino. Y moja sus pies en el delirio. La noche, antes de que den las doce. Es un alivio. Constatar el amor por las palabras. Que se vuelcan sobre instantes.

Venir

Tantas  idas en relación con despedidas. Y miradas en bosquejo de la luna. Idas de vueltas a la noria. Y más vueltas de la rueda en la fortuna. Mirada a mirada con trayecto de dulzuras. Las canciones en la radio, de moda, e irse nuevamente. Hasta ahora ha sido la constante. Y nuevos libros tinta china. Figuras fueron que movieron marionetas. Idas y más idas en andenes o aeropuertos. Y el viento sentido en bienvenidas. Al final las vueltas del destino. Venirse de los cuernos de luna. Hemos dado testimonios de lo dicho. Eternidades que se fueron. Y como magia vienen otras. Bienvenidas.

Cuando me vaya

Cuando me vaya queden algunas palabras por un tiempo. Como murmullo de insecto. O suave canto de pájaro. Y sea ese distintivo el recuerdo por el tiempo disponible. Si a caso. La aurora vendrá en un nuevo amanecer. Donde los disturbios sean medida de la risa. Y en la cornisa de la vida que nos daba sombra encuentres un detalle como huella del tiempo recorrido. Cuando me vaya quedarán atrás los motivos de las tribulaciones. Y la nube hará llover. El viento levantará las hojas en ese eterno retorno de las cosas. Las pequeñas cosas dirán mi nombre. ¿Y una niña preguntará por quién? ¿Por quien llaman a misa de difunto? Y se agolparán unas miradas sobre ese despojo que ha vivido con nosotros. Habrá un poema. O muchos de aquel libro. Que volverá a tus manos. Y como heno se deslice sobre el campo visual de la tarde. Cuando me vaya el tiempo seguirá. Mientras se escuchará a lo lejos esa melodía que anticipaba el futuro seguiré mi viaje. Este es el destino. Un viaje donde brújula exacta y Rosa d

Eres tú

Somnoliento el ángel busca tinos y desatinos. Páginas ajadas y subrayadas de libros viejos. Donde están consignadas huellas de los otros tiempos. Ficción de sueños. La magia de los días que se fueron acumulando como destellos de vida grabados en el tiempo.  Eres tú. Hemos perdido la ruta. Y encontramos detalles de giros inesperados, veleta al viento. Al paso de los días encendimos fogata para desterrar los fantasmas de lo oscuro. Calentamos nuestras manos.  Borrador

Cada vez

Cada vez justifico las palabras. Como pedir sol a donde hay frío . Y gracias cuando me dan la palabra del halago, aliento y alimento del ego. duende. En el sueño corría detrás de genios y aladas musas . Florecían los geranios. Las palabras duermen entonces el sueño de los justos. Íbamos en el camino. Al paso. Torcido el cuello canta el cisne como despedida. Hoy es un gran día.

Ahora

Ahora que escuchas polonesa y comes boloñesa y bañas con leche especial. Que haces gym y bicicleta. Y tus almohadas son de cisne y compraste un busto de Palas. Ahora que compras libros como compras perfumes y dejaste olvidado a Arjona por imagen propia y  escribes cartas de recomendación. Ahora que te crees el sueño americano. Y haz logrado que crezcan los enanos. Y la luna es tu espejo en la pared. Ahora que has viajado a la deriva. Y la brújula lógica se trastocó. Ahora que el ahora es el pasado. Y te crispas ante chispas que fue antes bujía. Yno has firmado capitulación. El futuro se ha llenado de neblina. Y tu bandera piel es de silicon. Andamos atareados en rutinas milenarias donde todo ha quedado en el puede y el deber ser. La caverna sigue siendo la caverna. Y otra piedra pedernal también enciende a los ungidos de desdichas. Que labraron dicha a la venta del mal fin.

Se ha marchado

Se ha marchado la bestia. Espécimen no clasificado por los medios ni los investigadores. Cornucopia difícil. Bayo de color, la bestia tenía piel sin grietas como erizo. Y un sonido especial para el gracias de ejemplo en las Palabras. No se difunde más su agenda, imagen,  ni el rictus de dolor en su sonrisa. Se ha marchado con el ritmo de las despedidas. Y el mito del nunca más. Y deja tras de si huellas de locura creativa. Se ruega al publico en lo general. Que recojan guía de turistas. Y la brújula rota. Más el polvo de estrellas. Se ha marchado. Y con ella la tristeza. Bienvenido carnaval

No eres tú

No eres tú la cadencia de la ola. Ni el dulzor de la miel. A todas luces eres una sombra. Que prodiga paz en la guerra de las nostalgias. Un poema no es exactamente un conjunto de versos. Si reflejara el chasquido suave del beso que te extraña. Tampoco el verso serían las sílabas. Vuele una Paloma salida del truco mágico. O el sonido de la flauta que encanta la serpiente o atrae a las musas o a las Masas. No eres tu el dolor del parto de los montes. Acaso una nube viajera que nunca llovió. No eres pasado ni futuro. Ha llegado la noche porque está la luz a la vuelta del meridiano. Rebambaramba.

Incienso

El incienso de la alegría es quemado para olor en la rotonda de los recuerdos. Y el viento trasciendo por sobre las garzas y los erizos.

Reconociendo

Al fin de cuentas reconociendo la marea y el viento. Esa manera de moverse a ciegas, como si tal cual cosa discurriera en nada.  O todo, según las circunstancias, el destino. A medias no es lo mismo que entero. O soledad tan solo. O acompañado a medias tintas como el mejor de los vinos. Mientras el viento mueve las barreras del sonido o la distancia. Al fin de cuenta reconociendo los pasos y la victoria alada. Nunca por cierto la victoria es el cúmulo de derrotas. Es el destino de saborear miel, mas sin embargo. Reconociendo las palabras como la huella que trasciende un poco más. Tan solo si viaja en el viento ese sonido de armonía. Al fin de cuentas amanece. Y la claridad circunda. En la conciencia que es simbólica.

Se va la tarde

Cuando la tarde se va, parte de mí va con ella. Así ha sido. El tiempo se va quedo. Lento. Seguro. Se ha ido la tarde. Parte de mí se ha ido

De tarde en tarde

De tarde en tarde pasaba por aquí. Y el saludo cortés y la sonrisa. A veces se detenía a platicar breve. Como si la lentitud señalara lo contrario. Y el gracias, de despedida. Un buen día no volvió más. Y a mi pregunta sobre el hecho. Me comentaron que se fue para el norte. Para los Estados Unidos. Y que era lectora y escribía. Solo eso supe. Ahora me han dicho que ha muerto. Ahora me he dicho que ha muerto. De tarde en tarde. Recuerdo que era sencilla. Tímida. De mirada inteligente. ¿O existió de verdad en un sueño?

Para Rubén Bonifaz Nuño

Calla con más fuerza la voz del poeta, en su muerte. Con fuerza tal que vuelven los poemas a la luz. A recorrer de nuevo otros caminos. Es el destino, la ruta ya trazada y prevista mucho antes. Desde el nacimiento. Porque el único requisito para la muerte es vivir. Mas vivir con gloria en las palabras. Vivir cantándole a la vida, la belleza, al vino, a las mujeres y flores. Y honrando siempre al amor y la amistad. Es muy distinto a navegar acomodan do las velas a la fama. A donde sople el viento. A donde el oro sea el firmamento, O con afanes se busque una curul, diría Propercio en algún perdido verso. Y encontrado en la cima del sueño. Has muerto, poeta. Y tus poemas dan realce a la vida común. Porque fuiste y serás voz, Rubén Bonifaz Nuño, de los que en poco cuño tuvieron las palabras. Que en ti brotaron a la vida como manantiales y "Como surgidas del sepulcro abierto,/ mis palabras; en ellas, abrasando, irá este amor, hoy pasajero y blando;/ entonces ya, definitivo y cierto./ Y

Ha muerto Rubén Bonifaz Nuño

Ha muerto el poeta Rubén Bonifaz Nuño. Precisamente anoche, 31 de enero de 2016.  Aquí recordando uno de sus poemas,  en homenaje: Amiga, a la que amo Amiga a la que amo: no envejezcas. Que se detenga el tiempo sin tocarte; que no te quite el manto de la perfecta juventud. Inmóvil junto a tu cuerpo de muchacha dulce quede, al hallarte, el tiempo. Si tu hermosura ha sido la llave del amor, si tu hermosura con el amor me ha dado la certidumbre de la dicha, la compañía sin dolor, el vuelo, guárdate hermosa, joven siempre. No quiero ni pensar lo que tendría de soledad mi corazón necesitado, si la vejez dañina, perjuiciosa cargara en ti la mano, y mordiera tu piel, desvencijara tus dientes, y la música que mueves, al moverte, deshiciera. Guárdame siempre en la delicia de tus dientes parejos, de tus ojos, de tus olores buenos, de tus brazos que me enseñas cuando a solas conmigo te has quedado desnuda toda, en sombras, sin más luz que la tuya, porque tu cuer

La transición en la escuela de básico en México

Nuestra escuela pública está en una etapa de transición debido a la puesta en marcha  de la Reforma  Educativa, aprobada en el 2013. Y que contempla  una serie de hechos, que pasa por la reforma al artículo 3ero. y a la Ley Federal de educación, además la  creación del Instituto Nacional de Evaluación Educativa y el Servicio Profesional Docente. En el Artículo 3ero reformado se precisa la nueva ruta de la escuela pública: que “ El Estado garantizará la calidad en la educación obligatoria de manera que los materiales y métodos   educativos, la organización escolar, la infraestructura educativa y la idoneidad de los docentes y los directivos   garanticen el máximo logro de aprendizaje de los educandos”.  Luego entonces no es sencillo el aterrizaje de la nueva Ley en las escuelas, en virtud que se transita de una cultura de más de siete décadas, en las cuales  el acceso al servicio docente, la distribución de plazas, promociones, cambios de adscripción y contratos, y “otras” canonjía