La historia personal

La historia personal no es de supuestos. Son de palabras aprendidas en la ruta. Para nombrar lo que se nombra en esas horas de soledad y hastío. Y se conoce el mundo a través no de las cosas, sino de las palabras. O en todo caso de las causas. Las que nos invitan y nos llevan lejos. A donde los montes y la cimas no son mera referencia. Son la vida misma. La nuestra. La única de por sí. La historia personal tiene notas musicales y suspiros. Y más palabras anidadas en los libros. Tira ya los discos de vinilo. Fueron pasos de la moda. Y recibimos llamadas de atención para andar en otro rumbo. En lo ya probado en otras experiencias. Y llegó de cartón piedra. Y de porcelana la muñeca. Y al andar se hace camino. Y configuraron con notas musicales otra biografía. Donde admiramos las andanzas de otros. Mientras nos mostraban que se danza otro mundo era posible. Sobretodo si mirábamos más allá de la esquina de la casa.  La historia personal son lo que se piensa en esas madrugadas del insomnio. De cuando solo Debussy logró apaciguar los fantasmas del registro opaco. La historia personal son de las utopías de que otro mundo es posible. Solo que las alas y amores vienen siendo redundancia.

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