Victoria

La alada victoria busca espacio en el cuerno de abundancia. Y allí duerme tranquila. Ha pasado el tiempo y de vez en vez se asoma. Y regala corona de laurel u olivo para fiesta del recuerdo. Eres un tonto, me dijo un día. Recordaba las historias conocidas.  Y el nombre merecido de capitán de las derrotas. Pronunció suave mi nombre. Y yo quise creerle. Y al acercarme se alejaba. La victoria alada escurridiza tiene preferidos. Se acomoda en los recodos del camino. Y paciente hace tiempo por si acaso necesita de la espera. Entre tantos pretendientes Yo me uno. Mas me da un no se qué, ignorar a la derrota, que me hizo y hace desde hace mucho tiempo compañía. Y si de hablar de lealtad se trata, a la derrota le cumplo. Noche feliz de mis días.

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