A ellas
En todo caso hay nombres. Datos. Señales de identidad. Leonor, por ejemplo. Ellas fueron guerreras. Musas. Tenían arraigada la historia. Y los vocablos generosos como espadas o flautas. Según la precisión del tiro. O la fruta entre morisca y madura. Precisamente, por no generar sospechas. Ellas cabalgaron sus destinos, con valor perenne. Vigilaron las rutas que se tomaran. Y es que ellas también fueron motivo de la especie. Vamos a cantar la canción cuando la caverna. Nunca fuimos muchos. Y ellas tuvieron la ventaja siempre del amor naciente. El ajedrez fue también su suerte. Y cuando el soplo de vida turbinó destellos de luz con jacarandas, Ellas estaban ya apoderadas del reino.
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