La escuela al centro

La semana pasado la Secretaría de Educación federal dio a conocer la estrategia nacional para el aterrizaje de la reforma educativa en el aula, para que repercuta efectivamente en el aprendizaje de los estudiantes: la escuela al centro.

Lo anterior es para que todo el aparato del sistema educativo nacional esté al servicio de la escuela, y no al revés. Para ello se tomaron diversas medidas. Desde la reforma al artículo tercero que le agrega educación de calidad a lo de “laica, gratuita y obligatoria”, la creación del Instituto Nacional de Evaluación Educativa INEE y del Servicio Profesional Docente SPD, hasta la fuerte inversión en infraestructura física y materiales didácticos; oferta de formación continua, etc.

Pero todo eso fuera insuficiente, si no se marcara la ruta para lograr el aterrizaje en el aula de la reforma educativa y el logro de avance en la calidad, que es lo sustantivo del espíritu de la reforma, y lo sustantivo en todo el sistema educativo.

La estrategia “Escuela al centro” contempla desburocratizar el trabajo escolar, que ha sido uno de los reclamos legítimos de los docentes y directivos. Cada vez más pareciera que adrede se aumentan los documentos que dichas figuras protagonistas esenciales de la educación tienen que rellenar y entregar, perdiendo tiempo que debe dedicársele a la enseñanza. Habrán de crearse plazas de subdirectores administrativos que se encarguen de esa parte del trabajo. Y permitan que los docentes y directores se dediquen a lo sustancial, que es la enseñanza-aprendizaje.

Asimismo contempla promover y reconocer el trabajo colegiado mediante el reforzamiento de los Consejos Técnicos escolares CTE. Dicha figura ha estado desde siempre. Nada más que, desde siempre también, se le había dado un estatus de prescindible. Si funcionaba o no, no importaba. Lo importante era su instalación y el acta  respectiva levantada. Ahora es y será el trabajo colegiado en esa instancia donde se presenten, analicen, reflexionen los problemas de cada centro escolar. Cabe destacar que una gran cantidad de CTE han estado funcionando bien. Donde hay liderazgo de los directores, por supuesto.

¿Y cuáles son los problemas generales que sustancialmente se presentan en educación primaria? Los principales que los niños al egresar para entrar a secundaria no leen bien, no escriben bien y su razonamiento lógico matemático es muy precario. Estos problemas continúan en secundaria y por lo tanto tienden a abandonar la escuela por no estar en condiciones de aprehender los contenidos de las materias. Y sigue el problema en el nivel de preparatoria y luego se traslada a la universidad.

Estos problemas de lectura y redacción deben de plantearse en los CTE y tomar las medidas en colegiado para iniciar la ruta de solución. Que se admite no ha de ser tarea fácil y menos sencilla. Pero bien definido y acotado el problema, se toman las medidas pertinentes para que en concreto los alumnos lean bien y redacten bien. El que alcanza este nivel, sin duda comprende lo que lee.

Una de las críticas a la reforma ha sido y es comprensible es relacionada con las condiciones de los edificios escolares. Un abandono criminal por muchas décadas, fue  la suerte de dichos edificios. En este sexenio se crearon programas específicos para atender infraestructura, como lo es el Programa federal de la Reforma, y Escuelas al cien, con el que se pretende cubrir el 90 por ciento de la atención a la infraestructura. El otro diez por ciento restante es que no lo necesita.

Otro punto importante es que la escuela aún nueva o en buenas condiciones requiere mantenimiento. Precisamente con la reforma y la estrategia de “La escuela al centro”, se dotará de un presupuesto especial para que la directiva de la escuela pueda comprar de manera directa y rápida lo esencial para limpieza y mantenimiento.

Mucho de la reforma, en construcción. Mucho por hacer. Pero sin duda alguna que la escuela pública, donde la mayoría de mexicanos nos formamos y se forman las mayorías, requería desde hace muchos años una nueva ruta para alcanzar los logros educativos y que esto se refleje en un mejor desarrollo social, lo que incluye una filosofía de responsabilidad, trabajo y, por lo tanto, una mejor convivencia.