Cuando me vaya

Cuando me vaya queden algunas palabras por un tiempo. Como murmullo de insecto. O suave canto de pájaro. Y sea ese distintivo el recuerdo por el tiempo disponible. Si a caso. La aurora vendrá en un nuevo amanecer. Donde los disturbios sean medida de la risa. Y en la cornisa de la vida que nos daba sombra encuentres un detalle como huella del tiempo recorrido. Cuando me vaya quedarán atrás los motivos de las tribulaciones. Y la nube hará llover. El viento levantará las hojas en ese eterno retorno de las cosas. Las pequeñas cosas dirán mi nombre. ¿Y una niña preguntará por quién? ¿Por quien llaman a misa de difunto? Y se agolparán unas miradas sobre ese despojo que ha vivido con nosotros. Habrá un poema. O muchos de aquel libro. Que volverá a tus manos. Y como heno se deslice sobre el campo visual de la tarde. Cuando me vaya el tiempo seguirá. Mientras se escuchará a lo lejos esa melodía que anticipaba el futuro seguiré mi viaje. Este es el destino. Un viaje donde brújula exacta y Rosa de los vientos. Sean los instrumentos para alcanzar la esperada luz. De la que conocemos tan poco. Cuando me vaya. Me acompañará un perro al cruce del Jordán. Yo sé lo que os digo. Tantas veces anunciada esta ausencia. Y concluirán sé fue. La moneda está en el aire detenida. No saltes ambicioso con el afán desesperado de  alcanzarla. La moneda en el momento exacta cae.

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