Canelo y su pelea contra sparring

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¿No vas a ver la pelea? ¿No te gusta el box?, me dijo mi hija. Le respondo: sí me gusta, solo que... ponlo. Yo sabía que peleaba El Canelo Álvarez, aunque no sabía con quién. La publicidad que mueve la mayoría de los deportes, anunciaba la unificación de dos títulos mundiales, el de la CMB y el de la AMB, que la primera, otrora, tuvo las mejores peleas del mundo. Y de eso han pasado algunos años. Esas sí eran peleas. Al final de esta pelea de anoche sábado, escribí "pelea de bultos". Un Canelo fuerte, pero sin que pudiera o quisiera definir la pelea por nocaut. Un inglés de nombre artístico Mundo Smith, alto y flaco, que apenas sabía mover los pies, y que no sabe o no le dijeron, o no le importaba, o estaba acordado, que no utilizara el "jab", golpe que va de manera reiterada al rostro del contrario.

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Salvo las mejores opiniones los que saben, a mí me pareció que fue como una pelea de entrenamiento para el Canelo, aunque me dicen que todas han sido así. Las de entrenamiento se realizan con un "sparring", esta figura del boxeo, la asume un boxeador al que le pagan por servir como una especie de bulto viviente al boxeador que están entrenando para la siguiente pelea. Entonces el que paga, el que está entrenando, pega, se mueve, lanza sus golpes, y el sparring trata de evitarlos, y lanza algunos suaves, anunciados, para que no hagan daño y le permita al otro hacer sus movimientos de defensa, esquivando dichos golpes simulados. Cuando terminan estas peleas de entrenamiento, el que paga sale sudado, entrenado y limpio de la cara. El sparring sale sudado, cansado y a veces con los labios hinchados, además con su paga, que de ahora serían unos mil pesos. En esas peleas usan protector de cabeza, y los guantes son un poco más acojinados. Pero son peleas de entrenamiento.

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A mí me tocó ver este tipo de peleas de entrenamiento en el auditorio Matamoros, ubicado en 11 y Guerrero, en mi pueblo de nacimiento. Por las tardes me escapaba de la escuela para ver a Rogelio Lara, nuestro campeón sin corona,  en sus entrenamientos con el bulto, la pera normal y la rebotona, brincar la cuerda, hacer rounds de sombra (contra nadie, tirando golpes al aire, y simulando que el aire también lanza); y claro, algunas veces me tocó ver las peleas contra los sparrings, los trabajadores del box que ayudan a entrena, que ponen sus conocimientos del boxeo al servicio del otro, sobretodo en lo de recibir golpes. 

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El Canelo salió limpio de la cara, como si hubiera entrenado ya no con un sparring, sino como que hizo una caminata de unos diez kilómetros. Y el inglés Mundo Smith, alto como una escalera, que le sacaba casi toda la cabeza de estatura al Canelo, y como veinte centímetros de lo largo de los brazos, salió con la nariz algo sangrante, como si se hubiera peleado en una cantina, y con algunos magullones en su cuerpo, además que una bolsa considerable por ser el sparring ante las cámaras y un público nada exigente. 

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Una de las muy anunciadas como Pelea del siglo, y que quedó para la historia como Fraude del Siglo, fue la que protagonizaron el 2 de mayo de  2015 Many Pacquiao y Floyd Mayweahter, en Las Vegas, Nevada, Estados Unidos. Lo mismo que la del Canelo y Mundo de anoche, era por la unificación de títulos; lo mismo que la del Canelo-Mundo, terminó por decisión. El abucheo del público fue el mejor juez. El equipo de Pacquiao lo justifican que subió lastimado del hombro. Mayweahter se justifica: "Pacquiao es muy fuerte, por eso tuve que hacer una pelea inteligente, a la defensiva, y moverme mucho para que él no me pegara". Pacquiao se llevo 100 millones de dólares, y Mayweahter 200 millones de dólares. El asunto es simple, los aficionados no pagaron para ver una pelea donde uno está lastimado del hombro, y el otro no lo quiere lastimar más.

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Pero más allá de sospechosismos, vimos una pelea donde los mismos cronistas decían que el boxeador no se movía, no tiraba golpes, solo que afirmaban que Canelo "demostraba su gran superioridad".

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No somos nostálgicos del ayer, al decir que las peleas de antes eran mejores. Lo mismo sucede en la Lucha libre. Ahora con la muerte del excelente cronista El Doctor Morales, recuerdo una de las entrevistas que le hacen, donde dice que antes los luchadores aplicaban llaves, donde él contrario tenía que sacarse y aplicar las propias. Y que ahora en las luchas predomina el espectáculo basado en luchadores que "vuelan" y corretean bajo del ring. Lo mismo pasa en el box. Y si no, pues a recordar dos o tres nombres de boxeadores que daban un espectáculo profesional: Rubén Olivares, Mantequilla Nápoles, Efrén El Alacrán Torres. Este último, el 28 de enero de 1968, en su primer pelea de tres contra el campeón Chartchai Chionoi, hizo una gran pelea, solo que en el round 13, el referi detiene el combate, para que el médico revise al Alacrán, que tiene una cortada en la ceja. El médico determina que es muy grande, y paran la pelea. pero fue tal la contienda desde el primer round, fue tal el esfuerzo de ambos, que el ganador Chionoi, al ir a felicitar a su oponente, cae desmayado, y le tuvieron que aplicar oxígeno para recuperarlo.

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No, no queremos peleas como las de antes, salvajes, solo que queremos respeto al público, o bien sepa que mucho tienen de circo las peleas de estos últimos años.

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Algo que me ha gustado saber es que el Dr Morales, excelente cronista de box y lucha, se divertía con sus compañeros haciéndoles creer que él era el luchador Tinieblas. Cada vez que le tocaba luchar a este mítico luchador, Morales pedía permiso en su trabajo para no acudir a narrar, o cuando iba, y le tocaba luchar a Tinieblas, se salía para tomar un café o ir al baño, etc. Entonces sus compañeros cronistas deportivos decían y aseguraban que era Tinieblas. "Que casualidad que cuando él lucha, tú no te apareces por ningún lado", le decían. Al Dr. Morales le gustaba esta identificación apócrifa. "No cómo creen", les respondía sin convencerlos. Además que era casi de la misma estatura que el gladiador. Así que en una ocasión acudió al camerino del luchador, le platicó de lo que pensaban sus compañeros, y le pidió de regalo una máscara. Tinieblas le cayó en gracia, además admiraba al cronista, muy estimado ¡y conocido, y accedió. Así que luego de una pelea de Tinieblas, El Doctor Morales desaparecido, regresa, se acomoda entre sus compañeros, y adrede deja que se le caiga la máscara que llevaba resguardada en su saco. Laven sus compañeros: "Ya ves, sí lo eres, está comprobado que eres Tinieblas. Esto lo cuenta el luchador. P