Lecturas 13 In memoriam a Gutember Martínez Villamil



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Hola. Buenas tardes. Hoy lecturas semanales No 13, dedicado en homenaje a un ex compañero de trabajo en la Secretaría de Educación, Gutember Martínez. Transmito desde la sala de mi casa, en Villahermosa, Tabasco, principalmente lectura de poemas y otros textos, como hoy. Y reitero la importancia de desarrollar el hábito de la lectura en los niños y jóvenes, sean nuestros hijos o alumnos. Se debe de empezar con libros que sean de su interés. 


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Cumpleaños:

Libia Jaramillo
Alejandro Campos Chocolates Wolter
Marilinda Bautista
Rogers Arias Zamudio
Consuelo Olive Vidal
Marlene Ramos
Jorge Priego Martínez
Ricardo López Frias
Ana Cecilia Osorio Hernandez
Escuela Francisco Zarco
Daly GaMo


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Los voluntarios

Desde el año 1986, cada 5 de diciembre se conmemora el Día Internacional de los Voluntarios, una efeméride que busca resaltar la importante labor que realizan todas aquellas personas que deciden de forma desinteresada tender una mano amiga para hacer de nuestro mundo un lugar mejor.

Entre los grupos de voluntariado, uno de los más importantes es el de las Naciones Unidas, que al igual que otras organizaciones presta sus servicios, capacidades físicas y conocimientos, en favor de todas aquellas personas y lugares del mundo que lo estén necesitando.



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Y para que conozcan un poco de este estado, Tabasco, les voy a leer un texto sobre el clima en esta entidad.

Tabasco no es de clima extremoso. Se alarga en los meses el calor y el bochorno. Andamos sudados por todos lados, y más cuando caminamos sobre planchas de concreto o chapapote, sin árboles, arbustos o plantas. Algunas personas traen exporfeso una toallita tela tipo toalla de baño, o el clásico pañuelo o paliacate para secarse la piel que chorrea literalmente sudor. Eso sucede principalmente en abril y más en mayo, cuando se realiza la feria anual. La temperatura no baja de 38 grados, y llega hasta 45 grados, con esa novedad de sensación térmica que ronda los 55 grados. Truenen aires acondicionados, radiadores y sellega el caso de que hasta los autos se incendias, y los inclementes rayos del sol  hacen chispas con vidrios y se incendias los campos.


Y ya cuando entra diciembre, como ahora, la temperatura baja de tal manera que en los 18-20 grados todos los que tenemos ropa de frío aprovechamos para sacarla y lucirla, aunque parezca exagerado, y decimos: "qué frío hace, ahora sí llegó el verdadero invierno". Y sentimos y vivimos como si fuera el norte de Canadá o el extremo de los polos glaciares. Las personas que no tienen calentador de agua, ponen su tina en la estufa para quitarle lo frío al agua de llave, porque solo así es posible el baño, y quienes tienen dicho calentador de gas lo utilizan a todo lo que da. Decía lo de la ropa de invierno, chamarras y abrigos, que los que tienen aprovechan ese frío de 18 grados, porque efectivamente muchas personas de Tabasco están dentro de esas categorías señaladas por Coneval de pobreza y pobreza extrema, no sé si arriba o algo abajo de la media nacional, entonces "resisten" el frío (que ni es tanto) con ropas manga corta o en contadas ocasiones camisas o blusas manga larga.

Lo cierto es que en Tabasco no se nota mucho el paso de una estación a otra. Los árboles con hojas verdes se mantienen así todo el año; algo mudan en los meses nombrados de otoño; y las plantas con flores las dan asimismo todo el año. El frío invierno en esta entidad no lo es tanto, solo que se añoran las imágenes de invierno de los lugares donde cae nieve porque se asocia diciembre, la Navidad y el año nuevo, en general las fiestas decembrinas, con las postales con muñecos de nieve y niños y adultos jugando con bolas de nieve. En Tabasco, que yo recuerde, y que mi memoria deficitaria retiene en recuerdos, el frío más escandaloso ha sido de 14 grados centígrados. Y entonces sí, parecía que había caído el invierno más frío de toda la historia de Tabasco.

Mas allá del calor, y del frío, con el rebrote de coronavirus  no queda más que seguirnos cuidando; y a seguir con medidas aunque parezcan exageradas. Se respira con dificultad y se empañan los lentes con cubrebocas, pero se respira mucho más difícil estando entubado. Cuídense. Cuidémonos. Por favor.


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Hay días así:

Cada día es distinto aunque parezca igual con el paso de las horas. Amanezca nublado o con sol. El viento mueva o no las ramas de los árboles. Pero hay otros días que son más distintos y dejan huellas en el corazón y el alma. Días como el de hoy sábado arrastrando la fatal noticia de ayer: la muerte de un amigo bueno y noble, Gutemberg Martínez Villamil, a quien conocí de años, y que se desempeñaba como colaborador leal en el Departamento de Libros de texto Gratuitos, de la Secretaría de Educación de Tabasco. Siempre amable y con disponibilidad para resolver el reparto de libros hasta los rincones más apartados y recónditos d ella geografía tabasqueña.

Sabíamos de hace días que luchaba contra la enfermedad de este tiempo. Que dio la batalla. Pero ayer lamentablemente sucumbió al destino de todo mortal. Su memoria se va con él, y nos queda a nosotros ese ejemplo de servidor público que hizo honor de su trabajo, siempre con entusiasmo, servicial y amable. Desde mucho antes sabemos que la estación final es nuestro destino. De antemano sabemos que nadie escapamos. Pero se siente de golpe, se resiente el golpe. Ninguno es solo un número en la estadística nacional. Un ser humano con familia, familiares y amigos, muchos conocidos, mucho de su obra en la sencillez del hacer a diario, cumpliendo una misión, la que sea, la que fuere. 



Por muchos años estuvo el amigo Hugo en dicha Coordinación. Y en su relevo en 2018 entró el buen camarada Gutemberg, conocedor de esa función imprescindible para la educación pública a nivel nacional con la Comisión correspondiente, y en cada estado con la parte local. Pero esa coordinación de las dos instancias debe funcionar como reloj suizo para que los libros de texto gratuitos estén en la escuela días antes de cada inicio escolar, y los alumnos los reciban desde el primer día. Millones de ejemplares se mueven por todas las carreteras del país, en trailers que llevan su fecunda carga. Los encargados y responsables estatales deben de estar muy al pendiente desde que sale la carga de Querétaro, sede de los talleres gráficos, hasta las ciudades convenidas en la organización. Y en cada estado la recepción en las amplias bodegas preparadas para el caso. Nunca, por cierto, en mejores condiciones; siempre batallando. Pero nada suple el entusiasmo y la entrega de los servidores públicos que cumplen a cabalidad dicha tarea. 



De allí viene la calendarización para su entrega a los Jefes de sector y o supervisores escolares de cada nivel. Y siempre el cuidado de entregar con número exactos para cubrir la matrícula escolar, que en los últimos días de agosto aumenta, por quienes no comprenden la importancia de las preinscripciones de febrero que permitiría prever con exactitud la cantidad, ni uno menos, de los libros a entregar. De ese tamaño es la tarea de los coordinadores estatales de los libros de texto gratuitos. Proyectar cantidades. Recepcionarlos. Y entregarlos. Y desde 2017 allí, en esa trinchera, resolviendo problemas, con creatividad ofreciendo soluciones, con buena cara siempre, con las palabras precisas a todos los usuarios que hablaban con él, estaba Gutemberg Martínez Villamil, primo de mi amiga Maribel Villamil, maestra y periodista.



En 2019 regresé a mi espacio en escuela. Y ante el crecimiento de la matrícula en la última semana de agosto y primera de septiembre, habida cuenta que es un derecho la educación, acudí con el amigo funcionario, que me resolvió con prontitud, previo oficio, los cuatro o cinco juegos de libros que necesitaba mi grupo. No dudó ni un instante. Y el trato que vi que daba a otros, cordial y amable, el trato que me dispensaba en mi función del 2015 al 2019 (y que espero haya tenido esa opinión de mi en el trato con él), fue el mismo trato cuando hablé con él. Un verdadero y honorable servidor público.


Que la resignación y consuelo llegue a su familia y familiares cuando corresponda. Este texto de despedida sea mínimo homenaje al amigo Gutemberg. Y que se lea como un hasta luego, hasta pronto.  Y que a la vez sea constancia del cariño y estimación que cosechó en su transitar en este Valle terrenal. 



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Mi capitán

Walt Withman


MÁS POEMAS DE WALT WHITMAN

¡Oh capitán, mi capitán!

[Poema - Texto completo.]

Walt Whitman 

¡Oh capitán, mi capitán!
Terminó nuestro espantoso viaje,
El navío ha salvado todos los escollos,
Hemos ganado el codiciado premio,
Ya llegamos a puerto, ya oigo las campanas,
Ya el pueblo acude gozoso,
Los ojos siguen la firme quilla del navío resuelto y audaz,
Mas, ¡oh corazón, corazón, corazón!
¡Oh rojas gotas sangrantes!
Mirad, mi capitán en la cubierta
Yace muerto y frío.

¡Oh capitán, mi capitán!
Levántate y escucha las campanas,
Levántate, para ti flamea la bandera,
Para ti suena el clarín,
Para ti los ramilletes y guirnaldas engalanadas,
Para ti la multitud se agolpa en la playa,
A ti llama la gente del pueblo,
A ti vuelven sus rostros anhelantes,
¡Oh capitán, padre querido!
¡Que tu cabeza descanse en mi brazo!
Esto es sólo un sueño: en la cubierta
Yaces muerto y frío.

Mi capitán no responde,
Sus labios están pálidos e inmóviles,
Mi padre no siente mi brazo, no tiene pulso ni voluntad,
El navío ha anclado sano y salvo;
Nuestro viaje, acabado y concluido,
Del horrible viaje el navío victorioso llega con su trofeo,
¡Exultad, oh playas, y sonad, oh campanas!
Mas yo, con pasos fúnebres,
Recorreré la cubierta donde mi capitán
Yace muerto y frío.


Y bueno eso es todo por hoy; cuídense mucho, nos vemos el próximo sábado

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