De olvidos no premeditados

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Cada día con el común amanecer. Cada día asimismo con sus propias diferencias al ayer. Lo mismo con el de mañana. Saqué la basura que se acumula, no ha pasado en tres días el carretón. Puse a funcionar la cafetera con un café que me trajeron de Chiapas. Doy las gracias a Erick Acopa, joven maestro de español. E inicio mi diario enfrentamiento con la página en blanco. Pensaba escribir sobre los proyectos que hacemos todos para el nuevo año, pero aún es 29, y es un tema sobre el que puedo escribir el día 31.Luego sobre los sueños. Y voy a ir sopesando conforme vaya avanzando el texto. Estos han sido días muy agitados, y más sobre la reflexión de nuestra existencia. Apenas ayer nos quedamos sin lapresencia física de Don Armando Manzanero. Hoy es el primer día sin él. Y acabo de ver un video donde Verónica castro reúne al maestro manzanero con Luis Miguel (La voz).


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El día se va de todas maneras. Como el agua que tratamos de retener en nuestro manos, se escapa entre los dedos. Escriba yo no. Disfrute el día o no. Practique un poco de guitarra o no. haga algo a no. Así que prefiero escribir, disfrutar el día, practicar guitarra y hacer otras cosas. Porque de todas maneras el tiempo se va escurriendo, se va escapando. Aunque esto es un decir, porque somos nosotros quienes nos vamos yendo de poco a poco, y tomamos al tiempo como culpable.Así que abro la ventana para que entre la claridad de la luz y el suave viento matinal.

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Por cierto leía ayer mismo, declaraciones que hace el hijo de Don Armando Manzanero sobre lo mala cabeza que fue para cuidarse en estos días de pandemia."Me voy a morir si no salgo", habría respondido Don Armando a su hijo, ante la petición, sugerencia, súplica, de que no saliera, y se cuidara más. Sobretodo por su edad (85 años) y su condición de enfermo diabético. "Qué cosa tan irresponsable", dice el hijo. Y hace referencia que festejó su cumpleaños el 7 de diciembre en una fiesta en Oaxaca; luego fue a Mérida a un homenaje en el que, en su honor, el gobernador del estado inauguró un museo con su nombre, y muestra fotografías del evento, y con cubrebocas fuera de lugar, saludos y apapaches, como si no estuviéramos en tiempos complejos en el tema de salud pública.Y aclara que lo hecho hecho está, pero que da a conocer esta situación para hacer conciencia a quienes hasta ahorrado creen aún en la pandemia, y no tomo las medidas correspondientes. Ah, y que todos los de la fiesta de su cumpleaños enfermaron. Solo que la edad de Don Armando, más la diabetes dieron como resultado este luto internacional.

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Ayer en la madrugada soñé a mi madre. Era una fiesta sin karaoke. Ella cantaba una canción con mariachi. Se le veía muy alegre. Era una fiesta familiar. Una hermana de ella, que estaba a su lado, le hizo bulling amigable, y ella sonriendo, al terminar la canción,  le dió un golpecito en el hombro. Luego dejó el micrófono y se dirigió a donde yo estaba, y nos abrazamos, radiantes de felicidad por el encuentro. Ya he dicho que ella tuvo la dicha de finalizar su vida de manera tranquila. Antes de dormir su corazón se detuvo. Y no llegó ventajosamente a esa edad en la que los estragos del tiempo no les permiten hacer las cosas más pequeñas.

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Les cuento que ayer vi una película sobre este tema, el del deterioro por la edad. La película se llama El juez (The judge. 20141), estelarizada por Robert Downey Jr.  Este personaje , juez, fue muy estricto como padre. Tuvo tres hijos. El de en medio deja la familia y no regresa. Se recibe de abogado, y su trayectoria es de triunfos laborales. La causa del odio a su padre es que este lo mete a una escuela correccional cuando era adolescente. Y solo regresa a su casa cuando fallece su madre. Ese día luego del velorio, solo que ya en la noche, el juez, su padre, atropella a una persona, y aquí se desencadena la trama. Su hijo (el que fue a la correccional mandado por su padre, que utilizaba drogas, que chocó su auto a los 17 años, en el que iba en compañía de su hermano mayor, y que este se dañó su brazo en el accidente, que era el brazo de un prospecto pitcher, con una velocidad endemoniada, para jugar de manera profesional, y que debido al accidente se truncó su futuro, y cuya ocupación es arreglar llantas en una vulcanizadora), su hijo el que lo odia,  es quien se encarga de la defensa legal, solo que el juez no está de acuerdo en la estrategia agresiva de defensa de su hijo. El caso es que su hijo abogado logra demostrar que su padre tenía ya varios años con Alzheimer, y que varias de las resoluciones como juez fueron afectadas por lagunas mentales, las mismas que provocaron el accidente donde muere una persona. 

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Con este tema está por salir una película que se llama El padre, estelarizada por Don Antonhy Hopkins (Hannibal Lecter, en El silencio de los inocentes). Ya vi el adelanto. En este caso es a su hija a quien toca cuidarlo en su etapa de Alzheimer. Su hija que estaba por irse al extranjero con el amor de su vida, pero tiene que posponer esa ida, y mientras tanto buscar a quien cuide a su padre. El espectador, en el transcurso de la película es testigo del deterioro progresivo de esta enfermedad que va de olvidos pequeños, hasta la pérdida de la memoria normal, y el cuestionamiento de si con la pérdida de la memoria se es la misma u otra persona, irreconocible.

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Inevitable el destino y las formas que vaya tomando en uno,  es necesario realizar ejercicios de la memoria, de manera permanente. Seguir otras rutas en nuestros trayectos y no las mismas, tomar otras calles, detenerse en otras tiendas. Cuando uno se sienta a comer, por lo regular se sienta en el mismo lugar, entonces se sugiere cambiar de lugar para tener otras imágenes; cuando uno se baña, de manera automática se empieza uno a enjabonar y luego a secar por el mismo lugar del cuerpo, se sugiere empezar por otro lugar, y probar hacerlo con la otra mano. Recordar las canciones que uno se sabe, y aprenderse otras (como ejercicio). En internet están muchas más recomendaciones.

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Me gustan los chistes. Busco en YouTube el de varios comediantes. Y río a más no poder. Y luego cuando trato de recordarlos, no puedo. Uno con estos temas, es el de "Qué creen, estoy muy preocupado, se me olvidan las cosas; la otra vez fui a la tienda por un kilo de arroz, otro de azúcar y otro más de frijol. Y salí con tres six de cervezas". 

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He visto videos alentadores, de personas de alrededor de 90 años, que padecen de esta temible enfermedad. Pero que el que fue pianista, de manera automática recuerda la música y la toca; y el de una bailarina de ballet, que en silla de ruedas, al escuchar El cascanueces, mueve sus manos, sus brazos, su medio cuerpo, su cabeza, al compás y ritmo de esa pieza de música. 

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Sin duda otros de los ejercicios de la memoria es recordar de manera premeditada, es escribir de manera consciente de que es asimismo un ejercicio para la memoria; otro es leer libros de temas que nos gusten y disfrutemos. Y hay un sin fin de ejercicios más. Y amar, claro, en el concepto más amplio de este término, sin excluir ningún tema.

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Una de las personas admirables que padeció el Alzheimer fue la actriz mexicana Leonorilda Ochoa (Ciudad de México, 1938-2016). Al respecto su hija Paola ha contado sobre cómo poco a poco se dio cuenta que su madre iba olvidando algunas cosas, pero que quizá desde antes le sucedía, solo que la persona enferma trata de que los demás no se den cuenta. Y da el ejemplo que en las obra de teatro donde participaba, de pronto no seguía el guion, pero que el público no lo notaba, porque el actor profesional tiene la habilidad de improvisar. Pero que poco a poco fue más notorio, hasta que el olvido le borró gran parte de sus recuerdos. Y sus hijos  Paola y Sergio acordaron internarla en un asilo especializado. Otras celebridades quienes fueron aquejadas con este mal fueron Ronald Reagan, ex presidente de EEUU, el actor Rogelio Guerra y el comediante Héctor Lechuga, entre otros.

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Por último, una de estas películas que también trata el tema de el Alzhemier es una verdadera joya en mostrar el amor de pareja por sobre todas las vicisitudes. Es la película Diario de una pasión. No la cuento, véanla. Solo diré que tiene como marco luminoso el amor.

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Y a seguir cuidándonos, para que no falten más personas en las siguientes reuniones familiares y de amigos.




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