A las Lupes, alas

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Mi madre no era guadalupana, o no se le notaba. Acudía a la iglesia regularmente una vez a la semana y en las misas principales. Los días de semana Santa acudía a ver los ritos católicos, entre ellos las representaciones del lavado de pies, la última cena, las caídas, la crucifixión y la resurrección. En la casa yo no la veía rezar, ni nos imponía su religión. A veces me pedía que la acompañara y yo la acompañaba por estar con ella, por verla con sus amigas, y yo con mucho respeto estaba dentro de la iglesia maravillado por los vitrales, las figuras de los Santos, los arreglos, los trabajos de los ebanistas y los mensajes bíblicos. Para este día de las Lupes íbamos a ver los danzantes que llegaban de otros estados y bailaban todo el día frente a la iglesia. 

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Guadalupe pidió desde el inicio ser parte del grupo de atención al Covid. Enfermera dedicada del Imss, sabía del momento crítico e histórico que se estaba viviendo en la salud pública de México. Además con una hermana menor asmática de nacimiento, sabía que era, su hermana, una de las personas en riesgo.  Así que levantó la mano para integrarse y recibir las capacitaciones. Informada de los riesgos,  invirtió en equipo para estar mejor protegido de contagio. "Como astronauta", dijo. Y en el transcurso de los meses nos contaba vía watsap de lo difícil que estaba todo en su trabajo, de lo cansado, de los tantos contagios y tantas muertes. Asi que cuando su hermana con asma y una de sus tías se pusieron mal, fue puntual en sus indicaciones. Y a distancia asesoró hasta que se recuperaron. Medicina para cada síntoma. Descanso al mil. Ningún esfuerzo que provoque fatiga. Su carrera en la noble Enfermería, como muchos, la llevo con esfuerzo y sacrificio. Se preparó con entusiasmo y sed de conocimiento. Aparte ha llevado capacitaciones específicas con diplomados y cursos. Y asimismo ha impartido cursos en otros estados. Nefrología es una de ellas, por poner un ejemplo. Sé que no solo es ella. La gran mayoría del sector salud son nuestros héroes con bata. 

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Por eso nos es muy grato el que el Senado de la república otorgue la medalla Belisario Domínguez 2020 por méritos ciudadanos, a quienes en el sector salud han entregado su vida, su salud, su tiempo; han aplicado sus conocimientos para detener el avance de la enfermedad, hasta donde les ha sido posible. Han puesto su entusiasmo y energía para cumplir con el juramento socrático, que es aplicado partidos los trabajadores de la salud. Son equipos humanos integrados, donde cada función que realizan son importantes en el resultado final. Personal de cocina, enfermería, doctores, de limpieza, lavandería, radiólogos, trabajadoras sociales, etc. Bien por ellos, es un mínimo reconocimiento la Patria, a través del Senado.  

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Una vez en mi vida he ido a la Basílica de Guadalupe en la Ciudad de México. Magna construcción. Epicentro del fervor de gran cantidad de personas principalmente de los mexicanos, pero sobrepasa fronteras y culturas. Muchas personas hacen peregrinación. Por las carreteras del país desde semana antes vemos ¡ vor, creencia, entrega. Esperanza, sobretodo. Tantas penas, tanta carga, tantos problemas de los individuos y las familias, se requiere creer en algo para sentir liberación. 

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Este año ha sido muy distinto en el Día de las Lupes. Esta vez la indicación nacional de las autoridades eclesiásticas es que se suspendan las actividades tumultuosas. Y se sugiere que en los actos religiosos haya sana distancia, cubrebocas y gel antibacterial. Y que la imagen de la Virgen de Guadalupe vaya por las calles y que las personas creyentes salgan al frente de sus casas para recibir la bendición del sacerdote. La publicidad reza:  "Esta vez quédate en casa, yo voy a la tuya", diría la virgen. Todo sea por la salud, que sin ella nada somos.

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De Carlos Vázquez, amigo compañero de la primaria, secundaria y escuela Normal, a Don Lupe García: "Panadero antiguo, lo vi hacer de tres mil a cuatro mil piezas de pan, (a veces más) él solito en larguísimas jornadas de trabajo, sin amasadora, a puro pulmón, sin cortadora, sin boleadoras. Panadero de horno de leña, a veces ni la báscula usaba y era exacto, se sabía de memoria todas las recetas, nunca lo escuché criticar, mucho menos burlarse e ninguno de sus colegas, al contrario, siempre animaba a quien quería aprender, presto a dar consejos de su oficio. Muy querido por todos. Lo que más admiré de él, fue el respeto que mostró a este arte, a sus colegas, su orgullo de ser panadero era grande, qepd. Hace tiempo ya se me fue a hacer pan a otras dimensiones, a algún lugar del cielo. Con el permiso de todos ustedes, me permito hacerle este pequeño homenaje al Señor Guadalupe García". 

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Sin uda uno de los nombres que viene a mi memoria con fuerza es el de mi amigo Guadalupe Vázquez Morín, maestro originario de Monterrey, y que trabajó de maestro en Tabasco, donde hizo familia y su nombre se recuerda con estimación, admiración y respeto. Dondequiera que esté, un abrazo. Asimismo a todos y todas las Lupes, amigas, a quienes no nombro, por el temor de olvidar alguno, alguna, y que me fuera peor.

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El respeto a las creencias es fundamental en una vida democrática. La tolerancia a lo que piensa el otro es una de las bases de la convivencia. Mis felicitaciones a todos los y las Lupes. Y mi respeto a todos los ritos, tradiciones, costumbres que se realizan este día. Han de estar ricos los tamales, o los chicharrones y carnitas, que en muchas casas hacen este día. Un abrazo a todas y todos.