Inpresentable muerte

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Tristeza por las muertes. Mucha tristeza. Hoy me entero que falleció el dentista Julio César Cuo. De quien de hace años he sido su paciente. Sencillo, prudente, muy profesional. Egresado de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco, tenía su consultorio por el kilómetro 8 en la carretera Villahermosa- Frontera. Luego vi que hacía trabajos dentales a domicilio. Para ello habilitó una camioneta combi, como especie de clínica móvil particular. Y desde hace muchos años tenía su consultorio en el Fraccionamiento Lagunas I. Allí consulté hace como año y medio. Hoy marqué varias veces. No me contestaron. Le pasé el número a una de mis hijas. A ella sí le contestó su esposa. "El doctor falleció hace dos meses".

Hay héroes que usan capa blanca. El Doctor Julio César fue uno de ellos. Descanse en paz.

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No todas las muertes suscitadas del 21 de marzo a la fecha han sido por pandemia. Mas no importa por lo que sea. Le importa a la estadística y al sector salud. Le importa al gobierno. El caso es que la persona se va y deja un hueco enorme a la familia, a los familiares, a los amigos. Y con la persona que fallece se va una memoria que contribuye a la historia, un conjunto de pensamientos únicos e irrepetibles. Se va un posibilidad de comunicación, de abrazos, de fraternidad. Y aunque parezca un lugar común, deja un hueco sentimental emocional imposible de llenar. Un recuerdo imposible de borrar. Una memoria imposible de reconstruir.

Ayer se fue el Zurdo Ríos, un hombre de pueblo y popular. Un guerrillero de la canción con su guitarra que ambientaba en donde estaba con sus canciones y sus anécdotas. Transcribo y coincido plenamente con el texto que escribió la periodista y amiga Vero Triano sobre él:
"Exactamente a dos años de la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, parte a otra dimensión el famoso Zurdo Ríos.
Solo quienes iniciaron esa gran lucha con el tabasqueño, saben quién fue y que hizo este señor que a sus 85 años de edad logró ver a López Obrador con la banda presidencial, lo que otros no.
Apenas el pasado mes de octubre el periodista
Samuel Lauro Soto Giles
logró sacarlo del olvido. En una amplia entrevista que le hizo para el portal Bajo Palabra., Adolfo Ríos Córdova recordó todo el camino andado junto al máximo líder. Cómo gustosamente aportó su talento al Movimiento Nacional. Como amenizó mítines, exodos y bloqueos con su inseparable guitarra y su voz . En esa entrevista pidió solo una cosa al Jefe de la Nación: "un saludo a los exodistas que ya nos estamos muriendo. Solo un saludo con eso me conformo"
La que esto escribe lo recuerda dicharachero, lleno de valores que se están yendo junto con los de su edad.
El licenciado Alberto Pérez Mendoza (QEPD) director de La Verdad del Sureste me envió una vez a entrevistarlo mientras corría en ciudad deportiva. Fue una gran emoción del Zurdo Ríos al ver la contraportada del diario combativo. Hoy llegó a su destino final, con el orgullo de haber hecho algo bueno a su paso por aquí".

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Reciente, en algo de meses, se fue el doctor y amigo Antonio Toño Sansores Pérez. Un médico muy estimado por su entrega a su carrera, y asimismo a su entrega en todo lo que emprendía. Tuve la fortuna de conocerlo de inicio en la parte política cuando inició su campaña para diputado federal, que ganó, y que llevó siempre con responsabilidad y orgullo. Siempre que me lo encontraba me decía tocayo o Toñito. Y el abrazo era su saludo más que el hacerlo con la mano. Tenía 55 años. Tenía en nuestro decir una larga vida por recorrer, de manera fecunda y amistosamente plena. Pero una tarde nos enteramos de su hospitalización. Y luego de su muerte. Dolorosa. Terrible. Increíble. Supo darse, su entrega era su forma de vivir, de nadar en la existencia. Sabía yo menos de él. Luego supe de sus incansables visitas a las comunidades mucha antes de que iniciara su campaña por la Diputación. Mucho antes. Luego dirigió el Hospital Maximino Dorantes. Y al encontrármelo siempre me repetía. Lo que se te ofrezca tocayo, sin duda. Le envío un abrazo fuerte. Vive en nuestra memoria, de todos los que lo conocimos.

Falleció el maestro de secundaria técnica Francisco Ávalos, de Villa Macultepec. Líder popular, gestor de asuntos varios. Siempre optimista. Entrón en las luchas. Crítico respetuoso. Lo recuerdo en las reuniones de los martes en el teatro al aire libre de ese poblado vecino al lugar donde vivo. Buscaba el bien de los necesitados. Y falleció cuando más se necesitan los luchadores sociales. Cuando más se necesitan las posiciones críticas con sustento, constructivas. Cuando más se necesitan los conciliadores.

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En Matamoros mi cuñado Alejandro Santana falleció, aquejado de males. Trabajador sencillo y humilde, generoso. Siempre optimista y alegre. Me gustaba visitarlo en su trabajo. Compartía con él refresco o frutas. Tenía un abarrotes muy surtido. La plática era interminable. Entre atender a clientes. Y seguir platicando.

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Y asimismo se nos fue recientemente el Médico Don Antonio Medina Reynes. Muy estimado y querido por su don de gente, por su bondad, generosidad y humanismo. Siempre dispuesto a ayudar, a sumarse a las mejores causas. Humilde y sencillo supo cultivar la amistad como un Don. Así lo reflejan las muestras de cariño de tantas personas, de todos los niveles sociales. Yo e agradezco la capirotada que me puso en la mesa en una comida que me hicieron en mi cumpleaños 55; él sabía que me gustaba la capirotada por ser un postre que preparaba mi mamá desde que yo era niño, ya hace algunos años. Un abrazo a su memoria.

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Y no sigo con el recuento. Porque no es el espacio para eso. Solo coincidir en el dolor general de tantas muertes. Y reflexionar en valorar la vida de la que somos portadores . Agradecer la salud, que debemos cuidar. Y mantener la alerta permanente ahora que continúa el azote de la pandemia. No creída por muchos. Y que asimismo muchas personas han relajado las medidas, y se prevé un rebrote de los contagios. No nos gusta usar cubrebocas, es cierto, pero amamos la vida y hay que evitar el contagio. Como dicen, se respira con dificultad con el cubrebocas, pero es más difícil respirar intubado.

Reitero, no precisamente los casos de los que hago referencia han sido por Covid. Lo reitiro para no generar incomodidad o confusión. Solo que se nos han ido muchas personas. Y estamos con un lamento permanente. Que este diciembre sea de paz y tranquilidad. Que sean convivios familiares austeros y de agradecimiento por la vida. Y recordemos con mucho amor a nuestros familiares y amigos que han partido a la vida eterna.


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