La bóveda celeste

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Allá arriba, en lo alto, lo que conocemos como cielo o bóveda celeste,  suceden a cada instante muchas cosas. Todas ellas sorprendentes y de una belleza descomunal. La suprema oscuridad de la noche, sin los distractores de las luces de la ciudad, nos permiten ver un espectáculo asombroso. De entrada la luna con sus distintas fases, cada una de ellas con su singular belleza. La llena de octubre, ni se diga, la que destaca su famosa canción, aunque hay otras canciones que hacen referencia a la luna, imagen de los enamorados.

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Anoche avisaron por distintos medios de la conjunción de Saturno con Júpiter, para configurar la mítica estrella de Belén, la que dicen fue la señal que siguieron los Reyes magos para encontrar el lugar exacto donde nacería el 24 de diciembre el redentor, creencia de muchos, respetada por todos, Y como sería un espectáculo maravilloso, adelantado por un video que circuló donde se ve un extraño y lindo resplandor en las costas de Chile, me puse a buscarlo a la hora señalada, con el inconveniente de las luces de las farolas de mi colonia, que distraen la vista. Pero tuve mediano éxito y logré una fotografía donde se ven en linea tres estrellas y una cerca de ellas, que dn una idea sobre lo señalado: los magos y la estrella señal del rumbo a seguir.

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Tengo un amigo que es especialista en todo eso de astros y estrellas, y en general de todos los fenómenos celestes; él es Arturo Feliciano Méndez Álvarez. Trabaja para Cultura en el estado, y difunde y organiza actividades para con telescopio mirar hacia arriba, deleitarse y ser testigos de muchos fenómenos que suelen suceder en el movimiento estelar. Hace tiempo que no lo veo en persona, muchos años, pero cada vez que hay algo interesante arriba, de esos que suceden cada cientos de años, está en las redes sociales avisando. Ayer, por ejemplo, estaba en el estacionamiento de PalenqueChiapas, donde consiguió permiso para ubicar su observatorio. 

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Eclipses de sol, de luna, estrellas fugaces, luminiscencias, auroras boreales, y tantas cosas se miran en lo alto. Y nos muestran lo que nuestra vista alcanza ver en la infinidad del universo. Y nos ayuda a dimensionar lo que materialmente representa el individuo aún con su vanidad y egoísmo. Y si todo esto nos parece maravilloso e inabarcable en nuestros conceptos, imaginemos al hombre primitivo recluido en su cueva y aterrado por los rayos, la lluvia, los truenos, y luego, sin tormenta, esa paz luminosa de las noches estrelladas. A veces nos olvidamos  de todo ello, y solo tenemos nuestra vista fija en la tierra.

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La historia de la humanidad va junto con la historia de la astronomía. Los conceptos sobre lo que sucede en la tierra y lo que sucede más allá, se han ido modificando conforme las observaciones han ido mostrando nuevos descubrimientos. Así ha sido con los planetas, sus órbitas, el concepto del movimiento de la tierra, etc. Los nombres de Ptolomeo (todo gira alrededor de la tierra), Galileo Galileo (la tierra es la que se mueve... perdón, no es cierto... y sin embargo se mueve), Copérnico (es el sol el estático y los planetas giran alrededor de él), Kepler, entre muchos otros, son conocidos por sus descubrimientos y la elaboración de teorías para el conocimiento de cómo funciona esto que llamamos universo. 

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Una de las aplicaciones app que recomienda mi amigo Arturo Chano Méndez es Sky View. Hay muchas más, por supuesto. Pero esta la recomienda Chano. En ella están todos los planetas, satélites y estrellas, las agrupaciones conocidas, y al tocarlas aparece el nombre en cada uno de ellos. Tiene su versión gratis, pro para quienes somos neófitos, es más que suficiente.

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Astronomía y poesía tienen vasos comunicantes. Todo lo que sucede en lo alto es belleza. Y por lo tanto es poesía. Y tiene sus vínculos sin duda alguna con lo que sucede en la tierra, en nuestra cotidianidad. Uno de los poetas astrónomos es Omar Khayam (Irán, 1048- 1131): "Amigo ¿en qué meditas? ¿En tus antepasados? Polvo en el polvo. ¿En sus méritos? Sonríe. Toma ese cántaro y bebamos escuchando serenamente el silencio del cosmos." "Sabios y retóricos abandonaron la existencia sin ponerse de acuerdo en eso del ser y el no ser. ¡Hermanos en ignorancia¡: ¡seguid gustando el zumo de la vid, y dejad a ellos contentarse con las pasas!"  

Belleza.

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Y Silvio Rodríguez en su fabulosa historia de Los tres hermanos. El que solo mira la tierra, el que solo mira lo alto y el que tiene puesta la mirada en las dos partes. De este último" 

"...Y caminó, vereda adentro, el que más
Ojo en camino y ojo en lo por venir
Y cuando vino el tiempo de resumir
Ya su mirada estaba extraviada entre el estar y el ir

Ojo puesto en todo ya ni sabe lo que ve".