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Propósitos

Entre mentiras blancas, escribir sobre burbujas de jabón más el oxígeno que falta, y miasmas. Escribir de carreteras que conducen a ninguna parte e ir sin más, la oscuridad, los faros. Escribir sobre la cuerda floja. Leer el movimiento de lo pequeño, a donde nadie se fija, también en el talón de Aquiles de los enanos de corazón. Quitarle zancos al orgullo y la vanidad. Asomarme al pozo donde aseguro que no estoy. No cejar en seguir mirando vigas, y no pajas. Lanzar al aire sopa de letras de la infancia e irlas acomodando como bálsamo en las heridas del hambre. Dar espacio a las letras del corazón y seguir cantando las canciones que cuentan mi historia personal. A la sombra de un león y donde quiera que estés. Este espejo está deforme.

Inocente

Inocente es el olvido en diciembre. Recordar savia es lanzar un avioncito para verlo deslizarse apenas segundos para aterrizaje forzoso. Y siendo papel, acariciarlo por el golpe sin daño y desplegarlo y escribir en el cuadriculado razones donde es más nítido el recuerdo. En tercera dimensión sin anteojos, escribo olvido y son 28 razones para el verso. Escribirlo es en conjunto el reto de los días. (Falta y corregir)

Olvido

Que bien viene el olvido de... ¡no me acuerdo ya! Ha sido borrasca, incertidumbre, desvelo. ¿Qué nombre?Viene bien el olvido. Transitar olvido es iniciar ruta de la nueva felicidad. Es como descubrir por primera vez la lluvia. ¡Cómo llueve! Es sentir el calvario de los besos. ¡Bésame mucho! Etiqueta de protocolo para inventar el "solo tú". Lo eterno no es tan efímero como pensaba. Olvido es reencarnar de nuevo, principio sin precipicio. Todo empieza con la inocencia. Razones en el final de diciembre para escribir un verso. Un solo verso.

Sombra

Es uno mismo, nada más, sombra. Fosforescencia negra en la claridad que nos circunda. Ancla de luz que sobre ninguna parte se refleja. Sombra el cirio ardiente donde se vela con nostalgia la última palabra, la última mirada, el beso último.Sombra el instante que inicia el ya no estamos. Oscuridad en el corazón, freno en lo sublime de la sangre.

Instantes

Instantes dan razón donde no hablamos, besos de tornillo. Palabras donde en mar se mecen olas. De pasos en vals por si bailamos. La mirada a la piedra lunar. Un guiño. Un viaje en carretera. Esperamos calor para llegar a la estación siguiente. Y morada espera de la luz intermitente. Un brillo, un resplandor, la luciérnaga. Así va la vida. Instante absurdo de la despedida. Y ahora a construir el instante de las notas musicales que claman el regreso. Recordad siempre que un breve instante es la vida.

Creer

Lo ideal es el punto medio, ojo al gato o gata y al garabato. Dudar siempre hasta corroborar. Dudar para que el conejo no sea nuestra insignia. Creer con esperanza -no siempre bien fundada- que al cerrar los ojos alguien nos sostendrá en la piel y las caricias, nos verá para integrarnos, alguien nos escuchará. Y de ser necesario ese alguien naufragará en el proceloso mar de la nada junto con nosotros, o en el cruce del Jordán.

Pronóstico

Hoy frío sin lluvia. Tímido se asoma el sol. Mañana parcialmente nublado. Pronostico tromba aunque sol interior. Viento suave como de mar en la memoria. Tormentas eléctricas también en la memoria. Tome sus precauciones. Lluvia ácida.  Prevéngase con paraguas multicolor. Y tome un libro de su agrado en bolsa de plástico. Piense en la humedad, en el polvo de ceniza donde fuego hay aún. Revise con frecuencia la temperatura del motor. Necesario tomar con cuidado carretera. Haga caso de señales.  Deslaves. Vendrán días soleados como esos de tiramisú de limón y un café.

Yo también

Yo también en diciembre escribo textos cursis, grises. Y digo felíz y próspero. Y canto Noche de paz y Blanca Navidad. Y los mejores deseos etcétera. También me acongoja impotente tanto mal, la pobreza, el llanto, el hambre. Y no solo de pan, digo, vive el hombre. Indiferencia e indolencia, señal del buen actor, que a todo dice sí, y nunca se equivoca. Y me da por comprar tartas de manzana e higo. Y regalo unos sandwuichs y café a personas de la la tercera edad como parche del destino que me pongo. Y doy monedas a payasos  y a quienes limpian vidrios en las calles. Yo también soy como tú miro películas, busco un libro para leer un poema.  Yo también extraño ese bálsamo que cura mis heridas.

Manifiesto

Somos fantasmas apocalípticos hacia la caída final. Cortamos nueces al nogal. Las comemos con fruición por la tanta  espera para el fruto. Cantamos canciones de nostalgia como ver llover, esta tarde. Fijamos la mirada para saber si estamos cerca o frente. Hace frío y llueve. Rosa o espina lo mismo da. Manifiesto el desorden de la ciudad, el agua, la basura, la indiferencia. Chocan personas con gritos como reclamos de primicias o de franquicias. Tonos de voz y miradas fieras. Manifiesto del sueño con caminos oscuros, desnudez, ropa prestada grande, llaves perdidas, ignorado ignorante como real fantasma donde no existo ni existes. Manifiesto del tiempo, clima herrático donde se espera sol llega lluvia, y viceversa. Manifiesto que faltan palabras, exhortos, (Falta y corregir)

Te recuerdo

Azul en la distancia, te recuerdo. A tu paso heliotropos saludando en el camino. Chispas de sol de adorno, para resaltar el recorrido. Azul en la distancia es un decir. Son palabras en botella al mar. Indiferencia es otra cosa, sobre todo lejanía. Olvido es muerte, es el pesar del no recuerdo. Recordar es vivir a pesar de todo. Circunstancias, registro, frío. Te recuerdo es un decir también. Una manera de revivir las rutas por las que transitamos. Nuestro universo está en esa construcción de adobe, el campo, fronda verde. Y los heliotropos. Bien recuerdo. Por ahora majestuosa tristeza, leí. Qué bien. Donde quiera que estés. Escribo escribiré. (Falta y corregir)

Consideraciones

Falta todo en la ausencia. Cavidad sin olor de flor. Saudade, vaho de efervescencia vana. Todas las palabras serán monumento al vacío mientras no indiquen ruta de salida del laberinto feudal. La salida es entrada. Y así andamos, extrañando esa tu apacible sonrisa y tu brazo por sobre mi hombro. Consideraciones aparte, feliz Navidad. (Corregir)

Considerando

Considerando la lluvia frenética, la oscuridad. Considerando la ausencia de topos, las canciones lentas. De nada sirve evocar esta tarde vi llover sin café, ni mapa con señales. Incesante llover. Entrechocan prisas y paraguas. Trompetista con familia por la calle. Notas a cambio de algo para comer. Y sonrisas además. Dios nunca muere, pido. La música, nostalgia viva, polvo bajo la alfombra. Considerando buscar miradas donde ya no están, ni debajo de las piedras. Sombras nada más con gato negro. Dios considere. Coro de ranas. Circunstancia y azar. 

Coordenadas

El visor indiscreto hace converger puntos luminosos para la imagen. Y un solo punto es el necesario para el cruce.Tiempo inexorable en el devenir del milagro. Chispas a causa de fricción. Historia sin fin como la de esos cuentos de piratas pata de pala con loro al hombro.  Termina la historia e inicia en el revés.

Herrumbre

De humedad y hierro brota herrumbre, sueño y soledad. Vapor que trasmina y deshace la dureza. Lámpara votiva que encapsula luz. Y a esperar el tiempo donde todo sea propicio para las palabras. Alumbrar el firmamento es contrariar el destino. Aumentar con lágrimas el mar es un verdadero desafío. La tanta luz del sol viene detrás y adelante de nosotros y proyecta nuestra sombra. Un laberinto construimos en vida y en la muerte va todo el herrumbre nuestro.

Luz y lumbre

No estamos para el protocolo ni la sonrisa de segunda. Convencional. Por eso no estamos. Hay palabras que se cuelan entendidas. Y hay entre líneas un discurso. Solo hay certezas en el pasado. E incertidumbre en el futuro. Tiempo detenido es este  presente en gerundio permanente. Sucede y fluye como el agua, como la sangre que reclama su propio momento. No estamos y las palabras se ahogan. La mirada lánguida se pierde. Hay un osario de recuerdos. Y hay también discos con canciones de navidad que no escuchamos. Sucede una sonrisa mientras tanto y llorar por dentro. Me dan abrazos con cuchillos que ciertamente no son de palo. Un faro construyo. Alumbraré. Luz y lumbre.

Felicidad

Felicidad es una alondra que enfrenta tempestades. Y todos nos convertimos en cazadores en veinte lecciones y un día. Con menos habilidad, ni digamos suerte, yo espero sentado en un balcón, o a orillas de la calle. Miro pasar a una niña con perrito. Y a una señora de buen ver, con algo de mascota que parece  ser un gato. Y empieza a lloviznar. Les extiendo un paraguas a ver si así me dirigen la palabra. Y la sonrisa se avecina, como feria de muros derribados. Y yo salgo de mí para mirarme.

Ojos

Hay ojos que detienen soledades, abismos insondables en los que se hunde el rojo o el azul. Ojos de mirar profundo que suspiran como no sé en que canción. De humedad sentenciados y van sorbiendo polvo en los caminos. Ojos que al opturar retienen bosques, mares, de allí obtienen el color. Y los que tienen en ellos la noche, con su propio brillo de luz. Hay ojos transparentes que sentencian y los que acarician con . Los que acaparan atención. Y los que miran -indiferentes- sin ver. La mirada no va en ellos. Viene del corazón y viaja hasta la razón. Estos ojos. Entablen palabras al por mayor, a su través.

Pájaros ciegos

Así, por donde vuelan, sin ruta, sin brújula, los pájaros ciegos, perdidos, confunden cielo con mar. Vuelven al principio como si fueran y van como si regresaran. Con hambre tienden sus alas a la espera del alimento común. Irradian luz a pesar de la visible oscuridad.

Lumbre

Vida es lumbre alentada por la conciencia. Lumbre son la mirada, las palabras, los sueños. Refulgir entre la oscuridad y proporcionar más luz cuando la claridad. Lumbre desde la infancia del hombre para reír y caminar firmes en ruta hacia el ascenso y derrumbe. Lumbre luminosa para quemar, cremar, incinerar esos destellos de la fricción. Azorados ojos quedan ciegos ante la tanta lumbre. De niño desafié el sol resplandeciente. Ahora trastabillo a tientas entre las calles. Y sin embargo atesoro lumbre entre mis manos y dentro de mí, de manera permanente, incesante. La lumbre nos consume y transforma. Aliento de ceniza final. Polvo fuimos, seremos.

Vislumbres

Un punto de luz, una nube. Todo conjugado para hacer aparecer la flor en el el momento oportuno, cuando las palabras, las miradas. Todo para sentir el tam tam de los tambores para asomarme y decir, por aquí, por acá. Ahora este tema. Estos títulos ya anotados sería un avance en organización. El amor. Y si entonces. Por si las dudas. La muerte. Tenía una vez un libro. Exótico lo que no es mío. Me voy. Adiós. Hoy la vi. Y maravilla recordar que viene el futuro. La imagen se congela. Tiempos de sembrar en el pavimiento mismo, para ver si así. ¿Quién me presta la escalera? Es verdad el sueño porque es verdad la vida.

Alumbres

Cuando amanece no es poca cosa. Y de noche tampoco es poca cosa el pensamiento y las imágenes.  Son alumbres transparentes donde se mira la huella del hombre. Flores junto a un féretro. Luminiscencias iridiscentes. Tamaños, formas, colores distintos. Y todo como marco para asomarse a la linea divisoria de transparencia entre la vida y la muerte. Ojo que las ve. Ojo que las vio en el nunca más. (Falta y corregir)

Más ahora

Más ahora que el destino viene con nosotros lo mismo que la muerte. Más ahora que el resto está en la mesa de juego y se pierde o gana todo, en el albur o dados. Ahora que la flama está con el fuego permanente. Que las palabras son inalterables y lo dicho es hierro fundido para placa en nuestra frente. Cuando al escuchar nuestros nombres todos tiemblan y más cuando saben que estamos presentes y al silencio ni nunca le damos categoría de definitivo. Escribo versos para ver si sucede el milagro. Y no me creáis. El milagro sucede a pesar de nosotros. Todos hacemos el canto, todos el llanto y el milagro. Más ahora que la amistad y el amor son el único y principal refugio o templo humano.

Vigencia 3

Vigencia el destino personal mientras permanece. Vigente la rutina con sus esferas de navidad y los regalos. Vigente el sueño de ganar el premio mayor de la lotería. Vigente el delirio y la sensación de vuelo de la aeromoza. La historia personal hasta que la estropea la muerte. Vigente el animal triste que nos domina.

Vigencia 2

Vigencia el mar y el dolor, sensación de lo vivido. En la breve crónica del todo tiempo el mar aparece como desbordado origen y destino final del movimiento. Y el dolor, este de mi bajo vientre, este del corazón, este desde toda la piel, me reclama manifiestos y esboza orden para escribir planas llenas de tarea no cumplida. Azul mar dolor de los antípodas, de lo que converge, de lo que disiente, de lo que convexa. Azul mar dolor que se agiganta y disminuye con las palpitaciones que reverberan en espejos sin imagen. Sedentarios mis píes nunca explican los motivos de la mano a quien acompaña. Y el ojo franco escudriña en soledades como piedras, destino en el desierto de estela sed. Soñar en barco, mar, que transita por sobre tu espalda. Una roca centrífuga estalla como el universo en el momento aquel. Vigentes viento, espuma, carta.

Lluvia

Cómo llueve. Escribo y lluvia. Nostalgia y lluvia. Café urgente y lluvia.  Aquí es decir ahora, tras la ventana, lluvia. La ciudad se guarda y resiste. Amurallada la memoria para las palabras no consigna aún el golpe de todo lo pasado. Corregir, borrar. Y falta.

Un día

Un día quedará atrás el camino recorrido, las miradas de odio, las risas, los versos que no se escribieron. Atrás el café con miradas. Atrás las risas, las palabras, libros amarillentos, fotografías de rostros conocidos. Y también atrás esas miradas a la luna en tiempo presente. Me quedaré con las ganas de escribir signos en el firmamento, de sembrar olivos, de leer libros donde no se habla de destinos con verdades.Un día seré un vago recuerdo entre la bruma del tiempo. Y seguirá el movimiento de la vida en su páramo permanente.

Árbol

Háblame del árbol de la infancia. Colecté frutos. Rudimento del afán por primero lo privado. Recuerdo la caverna donde dibujé bisontes rodeado por el hambre, única envoltura de la muerte. Vigente el signo, bien que lo recuerdo. Fuimos uniendo eslabones de materia, ideas. cantos. Por eso el pensamiento vigente vislumbra luz y oscuridad . Mira si no, a punto de ser piedra vuela a causa del cambio permanente. Huye de mi. Sal soy. Limón soy. Grieta. Grillete soy.

Vigencia

Vigencia el tiempo presente. Los movimientos y el caminar por cuerda en el aire. Aleteo de palomas y de buitres confundidos, ciegos, dándose de topes en paredes. Vigencia el tiempo presente desde el púlpito y el escaño. Lenguas montaraces como una Torre de Babel repitiendo amad oro, loros, vengan loros. Vigencia la mentira en todo momento. En duda tradiciones, costumbres, formas arcaicas del tiempo detenido. Certeza en calumnias y traiciones.  No hay tiempo tenido, hay amarras, nudos ciegos. Vigente la piedra en pensamientos. Vamos a cambiar piedra por piedra. Pirro, frases hechas. Clases de historia confundidas con piedras remotas lanzadas a la frente de nadie. Vigente la vidente que mira presente aunque rima, y solamente camina por monedas, para variar el pan. Somos islas en un universo donde nadie importa a nadie. Avestruz. Tomamos barro para construir ollas, fachadas de casas. Y en ese polvo vamos nosotros, tú y yo. Todos. Es preciso no faltar a la cita con el pasado ni futuro....

Ahora

Me faltan las palabras. Las pronunciadas desde el origen de los sueños. Palabras encendidas de arrebol con luces y truenos. Esas que fueron siempre material de incendio de pradera y manzana. Las que transportan al lugar preciso del origen donde la ancestral caverna se transforma en orquídea. Las de almíbar miel con leche tibia. Las de las razonadas caminatas por el campo verde común de los primeros textos. Me faltan las palabras que nunca se dijeron y las mil veces repetidas. (Falta y corregir)

A fin de cuentas

A fin de cuentas hay hechos concretos. Nuestro tesoro. Por ejemplo, las nubes de algodón en cajitas de cartón. El poema y la canción por escribir, crónicas de nuestros días. El libro no escrito a partir de la tangible sensación de piel que va en las manos. Y esos pasos alegres por las calles de la ciudad indiferente. La risa sonora con falta de aire a la orilla de la playa. El susto con los policías de carretera. El amanecer en sueños con besos de tornillo en buenos días. Tangible a fin de cuentas el tiempo oro donde las palabras dijeron su mejor discurso. Y jugar por jugar como infantes en pleno ejercicio de las alas.  (Falta y corregir)

Versiones

No hay unanimidad.  Un barco velero y la espuma de mar. El saco verde oliva del capitán. Un vaso de agua cuando la sed, no. O lo mismo comer cuando el hambre. La felicidad transita por debajo del barco en forma de anémona. Un caballero inglés y una dama japonesa.Y reír cuando el caminar por sobre las aguas. Al leproso besar. Ascenso entre las nubes. La guitarra. He allí la voz en el canto. cierre los ojos. En estampida el beso. Leerás mañana como iniciar para buscar el tiempo perdido. El dado sobre la mesa resonar. Escribir por besar. Mejor en viceversa. Tema versión. Y el viento con falda y cabellera. Y el viento las hojas traspapelar. Y es otoño. Y no se me ocurre algo más que contar. Revuelo de palomas. Tercera llamada, al comenzar: versiones de la felicidad.  (Falta y corregir)

Vicisitudes

Encontrar la piedra y adorarla como dios. Y saber que las peores piedras son las de la imaginación. Encontrar pared y a topes derribarla y saber después que cerca estaba la salida. Y levantar de nuevo otra pared distinta aunque pintada diferente. Entrar al laberinto, yo y tú, ambos, y saber que tiene una salida sola. Y preferir ignorar razones de belleza, de valorar momentos. Leo grafitti en la ciudad del sueño con el verso de Lennon La felicidad es una pistola caliente. Y calentar una pistola cualquiera para ver si así sucede el milagro de ser felices para siempre. Y navego en el mar de las filosofías cuanto más extrañas, mas sofisticadas, menos entusiasmo por la vida. Vicisitud no es buscar y no encontrar razones para dar sentido a la existencia. Es construir un escudo con vanidad y orgullo. Y no llamar y no llamar y no llamar. Al fin que todo vuelve. La vida es una y además es sueño.

Digo

Decir libro y acordarnos ambos en ese o aquel de pastas duras con canciones o poemas. Y yo en ese acumulado donde leo referencias de infortunio. Palabras clave remiten a un tiempo pasado o proyectan paraíso en el por venir. Si refiero la palabra poema, recuerdo imágenes libres donde anduvimos aluviones y ola alta para ver si nubes definían el rumbo. O ese reloj en diseño especial con números romanos. Y el libro de mi vida donde a detalle cuente de intersticios en los que construí castillos para ver si pasan por el ojo de una aguja. A veces digo silencio y necesito esas tus miradas para luego tomarnos de la mano y caminar por alfombras rojas como antes cuento de hadas infantiles. En la memoria resplandece la luz de los recuerdos. Y aquí ando montado en esas canciones del recuerdo. Gracias por estar aquí.

Lecturas

Leo pez donde dice mar. Y donde dice hombre vislumbro miseria. Miro las estrellas y leo el gran golpe de belleza del arquitecto universal. Despertar azoro de personas. Lapislázuli. Leo mina donde dice plata, mineros en lo oscuro surcan bajo tierra. Y la plata brilla con presteza en la noche por el refulgir de la luz reflejo de la luna. Yo recuerdo que leí libros silogismos de lo amargo. Dulce, pide la muñeca. Y yo me espanto dónde puede estar su habla. Es ventrílocuo, me explican, arte ciencia de hacer hablar a lo inerte a través de fino movimiento de la boca.  Rana salte. Maravilla. ¿Dónde andarás segura que la vida es un roce de palabras, sueños malabares? Donde nostalgia hace su parte y extraña esas calles por las noches con farolas, de auto, encendidas. Alto, dice el policía de la moral. A condena por brincarse el hilo donde todo queda contenido. Chispas saltan. Ah. Leo fuego ardiente donde miro las cenizas.

Miseria

Miseria  reina sobre pueblos y ciudades, grandes urbes. Es filosofía de buitres que asoman la cabeza para imponer soberanía, mando. Miseria es buscar en botes de basura el alimento. Es esconder impaciencia y dignidad en cofre debajo de la cama. Es estar sin palabra en pensamiento y sin dibujito de feria con caballos de la infancia. Miseria es asustarse de la lluvia, de los viernes 13 y de las brujas. Es ausentarse cuando llama la batalla. Es confinar al fuego el pecado en público a lo que en privado se ensalza. Es miserabilizar la hostia y vender agua bendita en garrafones. Es intentar fraude hasta en los besos a cambio de monedas. Es correr descalzo y desnudo en sueños conciencia de lo mal que anda el mundo, arabescos. Miseria es mirar todo desde las alturas o desde el pozo. Es construir templos para hacer negocio, franquicias de otras latitudes. Es decir luna sin pensar en nada. Es pensar que la eternidad es nuestra, y el polvo la utopía de algo tan lejano. Miseria es mirar mar n...

La felicidad

La felicidad  muestra los colmillos cuando quiere. También cuando quiere, breve y silenciosa, te apapacha soplando aire caliente en tus oídos. Es un truco de magia en la feria de la vida. Donde menos te la esperas aparece y como viene, sin remordimiento, se va.  Es un escondrijo de caverna milenaria, desde Platón adivinar la historia. Es una ventana donde el amor se ve. Es la puerta que se cierra atrás de ti. Y cuando quieres tocas, y nadie se conduele a abrir. Es una página en blanco como la soledad que espera al final del camino. Es un tigre de Bengala bajo el calor tropical cuando amanece en la lluvia nieve. Es un escándalo dicen, cuando se presenta con disfraz de marioneta y alegra a los niños mientras muestra la minifalda en el tendedero aquel. Es un susurro en el cine para luego en los meses de la distancia manifestarse como suspiro. Es defender ese río, montaña y el camino aquel como propios aunque de todos sea. Es así, y se escapa cuando se requiere su presencia en est...

Ese entonces

Cuando el teléfono suene y no seas tú ni yo, sino el banco o simplemente equivocado. Cuando el camino sin rumbo nos sea extraño y el polvo o piedra nada signifiquen. Cuando la luna sea solo piedra de reflejo natural. Y los pájaros tampoco con su vuelo nada signifiquen. Cuando a expensas de la uva y el olivo se escriban textos sin pretexto más que el ejercicio diario. y el cuaderno esté a la espera de esas palabras de culpabilidad, olvido y hasta el común indiferente. Cuando en la lápida se escriban esas palabras que dejamos y que nadie entiende. Mientras no suceda que el cuerpo inerte sea solo despojo de algo que sucedió en ese entonces. Todo está por escribirse, nada hay de sueños rotos. (falta y corregir)

Zapatos

Estos zapatos de medida única son los míos. De origen ellos saben -fango, arena, pavimento- mi ruta hacia el fin desde el inicio. Dame dulce, dame más dulce. Apenas llegan a mi lengua y se derriten. Decía zapatos. El camino ha sido largo al frente para seguir de faquir o mago. Miente el destino. El campo sigue con manos de barro y con barro construyendo paredes que perduran tiempo. Resultado: un cocodrilito café; una olla para el agua fresca; un toro rústico para el estante. Estos zapatos me sostuvieron cuando vi venir la lluvia de estrellas. Eran clavos. Un pájaro negro hincó sus dientes sobre la biblia cuando los cardos y las flores. El devenir del tiempo me llevó a al infructuoso cavilar filosofía. A escribir textos dromedarios estrujados en hoja de papel para el bolsillo. Y los zapatos parecían volar como los del mago en el circo. Los bajamos a culatazo limpio. Otro dulce. Otro dulce. No uses mis zapatos. No te sirven. Cada quien en los propios sabe definir el llanto, la sonrisa, e...

Dónde

Dónde están las horas, conjunto de tiempo combinado con espacios en los que cantamos loas a la vida. Dónde las hojas blancas a la espera de palabras como miel, manzana, leche tibia. La estación macilenta en la que ufanos escribimos letras con las que se condensa la clave. Dónde el aroma de la piel conversa con el propio aroma y hace justicia a lo intangible. Por eso la pregunta, por el sueño de la vida mientras se sueña. Dónde están las palabras juradas, justas, esas que tienen el brillo de las luciérnagas en lo oscuro de la rutina cotidiana. Camino entre cardos y soliloquios, imágenes de historia y proyectos ajenos. No están rotos los riscos ni desahuaciadas las espinas, las aristas. Uno sabe de la llave perdida, dados en la mesa, ruleta de martes sin hipódromo.

Parte de guerra

Sin guerra aquí, como decir parte: sin novedad. Preparo hacha, por si las dudas. Un paraguas y escudo para detner esas ráfagas de miradas. Y un walk man viejo para recordar historias en canciones. La trinchera levantada ayer permanece, mas no por mucho tiempo. Disparan, fuego, disparan. Yo me cubro con los brazos. Y no funciona. No funciona. Entonces me acuerdo de la risa. Y escribo algo. Un punto de oído, un punto de vista. Palabras, palabras.  (Falta y corregir)

Ecos

Repercuten vocablos. Sonoridad a través del tiempo,  aluvión de sueños y esperanzas. Las todas voces del desierto, conflicto por fronteras, linea miles de veces recorridas con sangre. Siembras de algodón con sudor de generaciones. Altar por la salinidad del desierto. Los vocablos se entrelazan para conceptualizar estaciones estivales, rutas de comercio, de reconocimiento por los avances de la ciencia. La nueva religión. Lucro, lucro. ¿En qué momento la usura despojó la carnalidad de lo humano? Hacia qué ruta pondrán la matanza de animales. Los gallinazos todos perderán la cabeza por el lucro. Vamos a ver. Tiremos el borrador y escribamos la nueva historia.  (Falta y corregir)

Leve tornar

Leve tornarse a piedra o agua simple. Para ver si así razona mejor gusano. Leve el viento mezcla con el tiempo. Azorados viajeros dirimen en miradas ausentes sus momentos. Barajan cartas del destino para ver si acaso o en hojas secas o asientos de café dicen o desdicen lo que sigue. Leve suspiro sin aliento donde pacen cervatillos. Leve el cúmulo de palabras ahora desnudas. Ausente de sí en la levedad, como burbujas de jabón. Leve yo en el trajinar en esta aldea de las ausencias (Falta y corregir).

Inmortal

Inmortal la piedra reducida al polvo. La vida reducida al polvo. Inmortal. La savia entre las hojas. Las cartas de bastos ajadas. Inmortal el ´polen viajero. Las esporas. La combinación. El amor, espejismo de las dudas y los anhelos. Inmortal la palabra, y esas combinaciones de vibrar la sonatina. Miramos al arcoiris. Nada sucede. Apenas espejismo del agua. Y el laberinto de la salida nunca de la entrada. Haremos polvo el inmortal orgullo y la vanidad. A tantos y tantos de diciembre. (Falta y corregir)

Esa tarde

La esperanza, esa tarde. Vislumbrar el sol de frente. Y las hojas  de los árboles. Un viento suave. Frescor. Y buscar en la memoria si existe la palabra adiós. Y saber que no. Que la nostalgia se edita en tiempo presente. Y el libro lo escribimos entre ambos. El libro de la vida, la nuestra.(Falta y corregir)

Un tipo así

Lento en el peregrinar desde -sí- desde la caverna azul. Tallé piedras con pedernal. Y dibujé geranios, árboles de mezquite y venados a punto de sucumbir ante cazadores furtivos. Tristeza en la mirada de esos venados en el por qué en nosotros fija la muerte. Oí sonido hueco como tam. Y repetí el sonido sintiendo mover caderas y corazón, Mire sí, mire no. Y me fui a caminar para ver más allá de nuestro  bosque nariz. De noche las estrellas. Los anteojos no bastaban para escudriñar y rompí los vidrios que me impuso la aldea. Y caminé alegre por una vereda, a tientas. Y descubrí distintos olores, sabores y texturas. Un libro más otro, la biblioteca primigenia. Alcé el cuerpo sostenido  en dos. E inicié la ruta de las palabras y los sueños. Nombre el mundo que me nombró. Y tú aquí, pronunciada y tocada como con varita mágica. La sonrisa fue nuestra enciclopedia de historias.  Fue sin querer escribir el libro de la historia personal de un tipo así. (Falta y corregir)

Pronóstico

Pronóstico del tiempo. Torrenciales lluvias, nubarrones. Vientos ligeros ascendentes a huracanados. Para declinar a brisa suave por la tarde noche. Asomará el sol tímido. Impredecible esa mezcla de fuerzas naturales. Cuando esto sucede el frío indiscriminado se desboca como caballo en el campo. Y se añoran las brasas de ese tiempo infantil donde en el crudo invierno asomábamos la cara entre abrigos. Seguimos siendo esos niños con ruta el juego. Sin aspavientos por el tener. Siendo en la sonrisa. Y las nubes blancas eran señales de inicio para descubrir las barbas de Dios, los caballitos de madera en su cabalgata diurna, los soldaditos de plomo, el dulce de algodón, la mariposa. De eso se trata ahora y siempre. Nubes trastocadas por el viento.

¿Por qué se escribe?

¿Por qué se escribe? Ni magia o brillantez, tampoco ego. Sea la forma o el modo. Cada quien hace lo propio por poner raya al tigre de la vida. Alguien dibuja la rosa en botón o marchita. Y se siente su perfume. Alguien más encuentra la mejor combinación de sonidos con silencios. Y uno mira rostros de satisfacción. Para qué decir las palabras que se van revelando y a veces rebelando. Escribo para que amanezca en mí la mejor mirada, satisfecho del día que inicia y cuando termina. Nadie dicta. Nada somos en el tiempo. Apenas el viento susurra. Caen las hojas. Ahora mismo caen. Ocres, amarillas. Y cuando la primavera reinicia el ciclo también escribo por no saber hacer otras cosas, sobre todo útiles como hacer pan. Preparar café. Cambiar llantas en la vulcanizadora. Y este Vulcano se aparece entre las sombras cada vez que el jugo de limón está en la mesa.

No es eso

Reposa ahora -Oh, malandrín- pero recuerda siempre. El daño a la libélula y todo por parecer entomólogo, lo que no eres. Esa vanidad, ese orgullo, ese sueño. Esa hulillación permanente como autoflagelo. Escribiré la declaración para presentarla ante el juez. Recuerdo todo ese andar descalzo como sonámbulo por calles de la ciudad, la barba larga y la mirada lánguida sin rumbo. Cada calle era ruta del destino. La banca del parque y frente a mí los perros galos del paseo. Sentarse y seguir mirando alrededor como si fuera a fijarme esas imágenes en la mente. Absurdo. No había prisa para el nuevo día o la noche. Era sacar el cuaderno de notas y escribir palabras al azar como globos, urracas, alacranes. Y luego hacer combinaciones a manera de llenar crucigramas, pero no, acá eran versos de ocasión sin o con rima al gusto del cliente por las monedas para el pan. Intercambio de favores. No es eso. Es que la vida se va y tratarnos de aferrarnos con uñas. En fin que nunca recibí la lección corre...

Cierto

Hablé de más la ocasión aquella cuando dije chocolates para ver si transformaba el poema en la historia personal. Teníamos un carrito de juguetes. Y jugamos junto a los laureles de la India mientras la lluvia. Eran tiempos a la vez de las despedidas como bienvenidas. Con boleto comprado para el vagón de servidumbre escuchamos boleros en la sala de espera. Me bajo, el instinto de supervivincia de especie, al camino. Veamos qué sucede. Descubrimos el fuego.  Asamos carne del rinoceronte. Y atragantarse. Comparte. Miro el programa de mano: tragedia, comedia y charla. Última función. Y quedo sorprendido que parece todo un zoologico empezando por mi. Terquedad de sentirse fauno. Trago saliva. No es por hambre. Es que uno debería guardar silencio cuando las palabras están allí, esclavas, con ganas de salir. Y dicen: qué barbaridad, otro loco anda aquí. No más.

Silencio

Sentenciamos: todo es silencio. Nos dimos cuenta cuando no hubo más palabra. Nos dimos cuenta de la ausencia de imágenes. El silencio se impuso como para refutar el paso del tiempo. Como decir sueños fallidos, reconstruir la esperanza, el paso detenido. La linea rota dinamita el puente entre pasado y presente. Lindes. Y uno se refugia en notas suaves, el beber arándano, recordar la araucaria. El átomo. La Itaca. Los pasadizos secretos nos condujeron de la caverna a la escritura y de esta al viaje espacial. Incluidos, en primer momento, las nubes y el tapete mágico. Por eso uno valora la poesía también en el silencio. No todo está en silencio, no. Escucho el canto triste de los grillos.

Carta de recomendación

Me extiendo carta como "responsable y de buenos principios". Y nadie ha de tener duda porque yo mismo firmo. Me conozco desde esa antigüedad cuando vino algo de razón. Tengo los primeros datos del recuerdo. Y también todos estos años de relación de cuerpo sombra y viceversa. Mientes, mientes, digo ante el espejo, Y el eco me retintina en el oído. Una cosa es lo que se ve de  este que soy. Y otra es esa oscuridad que se oculta en la vida, anónima, de este lado del muro. A puerta cerrada. En la soledad más íntima, a donde el pensamiento farfulla ideas de ayer y hoy. Me conozco y a veces me recomiendo, a veces no, dependiendo quien me pide referencias. En ocasiones me adorno y con modestia desmedida hablo de brillo, de altura. Y a veces digo ¿qué razón tengo de mostrar solo la parte clara que todos ven y se imaginan así soy siempre? Buenos modales, la sonrisa. Y luego me voy al otro extremo. Yo mismo no me compraría. Y es entonces cuando me revelo y decido no firmar esta carta d...

Retrato

El que escribe es otro, fatuo, vanidoso. Yo en cambio soy de roto y remendado corazón. Ideología de brincar el muro a tientas. Sí, el muro de Berlín. En todo caso, perdonad la rima, Merlín fue mi maestro. A él le debo lo que soy.  Mi piel tiene grietas por huella de la histórica cicuta . Y el rostro con máscara de esperanza facilita surcos, el tiempo. Ortografía dos que tres, no olvido el punto en la i, el acento donde va y reconozco la o por lo redondo. Ufano con fuerza  saludo de mano y las palabras señal de humo, bienvenido, cómo estás, incluyendo el áspero adiós. Como todo viajero de paso ando siempre en todo lugar incluyendo aquí, allá. Con precioso sombrero en la frontera, polka y redova pido de música pagada mejor. A levantar polvo, porque polvo soy. Lector, deletreo sueños, esperanzas, hambre. Me afano en descubrir espantos con petates de muerto y fértiles dobles discursos en su avidez de fantasmas y fantasías. Lento transito vericuetos, caminos y entrar o salir de lab...

Al margen

Al margen de las palabras y los silencios De los saltos sin malla y sin paracaídas. A pesar de los idilios rotos y esperanzas contenidas Al margen de las dichas y desdichas En contra de los buenos modales y protocolos Embebido en razones sin ruta ni futuro posible por ahora Con las tuercas y tornillos del mundo sobrantes y flojo uno mío, propio Con la intención de seguir probando para ver si ahora sí Inundado de reclamos y miradas piadosas Con mi oreja aburrida de escuchar ruidos de coros vacíos de ideología Con la sin razón en contra y los ríos internos desbordados Busco en hojas de papel espacio donde reposar por cuando el fuego

Los autos

En colapso sobre ruedas amanece la ciudad, los autos en el tráfico. Que horror la bicicleta, los patines del señor, que no del diablo, ni se nombre. Y qué preocupación quede afuera a la interperie, mejor quito mi sala y acondiciono de garage. Por decir algo, que no creo suceda. Y transcurre el tiempo y las vidas. En interiores de los autos confortable clima. Los abrazos, las manos inquietas. Y discusiones también que no terminan. Para mirar tras el cristal de la ventana, lo gris, lo negro, el hambre, la miseria, y volver mejor a la canción de moda. Y tratamos de tener el más confortable, el más grande, el de más "caballos" de fuerza. Y modelamos junto a él para subir fotos al espacio. Y todos nos miren arrobados por el auto, no por lo que uno es, y ponen me gusta por la magnificiencia de la lámina con su diseño aerodinámico, qué color, qué finura. Y en su ruta por amplias avenidas, carreteras y caminos vecinales, luego de distancias corridas entre el polvo y la lluvia ácida, ...

Indiciado

Indiferente, el público observa al indiciado atento para ver los pormenores. El fiscal indiferente como roca, interroga por la rutina de los casos. "Diga el indiciado si sabe de qué se le acusa. Ese cabello descuidado. esa mirada perdida en la penumbra. Ese rostro que no oculta su origen por destino milenario. Ese callejón oscuro donde no hay luz ni cuando amanece. Que diga si tiene coartada para saber dónde anduvo antes de su nacimiento y sabe si será algo, alguien, luego que fallezca. Si sabe de los objetos que traía o los que se llevará, esa pobreza acumulada por siglos. Si ha hecho inventario de melodías donde se hace la crónica de su existencia. Si encontró alguna señal o dato en los libros. Si tiene recortes de los periódicos donde se ensalza o calumnia su nombre. Huellas digitales pergreñadas, muescas donde se anotaron las caídas. Que diga si estudió las rutas de salida, si planeó, si practicó sobre la vida en la ruta inequívoca del polvo".

La de la voz

Que diga la de la voz si el canto de sirena es propio o aprendido. Si es cover de canciones de la edad media. Que diga si el viaje por pastizales, cruce de fronteras y desiertos forjaron su espíritu. Si cree de las culpas milenarias y de los espejos rotos. Si cree en los gatos negros que se cruzan bajo escalera y la mala suerte o el mal de ojo. Que diga por qué escobas de todos los tamaños tiene como fábrica en el patio de atrás. Que diga de los distintos colores del arcoiris. O si la luna o las nubes. Que diga del infierno y el cielo y si hay historias por guardar. Que hable sobre la tortuga y Aquiles cuando la santa inquicisión. Si las flores negras o las serenatas con rocío fueron culpables. Si el libro tal por cual o la biblia simplemente. Si los métodos para adelgazar funcionan aún en los espíritus altos. Que diga en qué página, de qué libro está escrita la culpabilidad de ser en los sueños, sólo sueños. Esta es mi culpa, mi grande culpa. Firmo al margen de todas las hojas, por to...

El de la voz

Que diga el de la voz si llegó primero o después. Si escuchó decir una palabra y cuál era. Si levantó la mano para pedir la palabra y cuál fue la respuesta. Si ya era oscuro o había claridad y qué tanta. Y si sabía de la muerte como fin y principio. Y cuál fue el sueño mejor, recurrente. Y cómo supo, quiénes le dieron versiones. Y si estas coincidían. Cuántas mentiras por minuto es capaz de decir. Cuántas naranjas tiene el árbol de peras. Y si nació, diga el de la voz, la parte de su culpa, que la reconozca, al fin.Y si está satisfecho con lo que hizo. Un puente, camino, un libro, un vaso de agua. Todos escuchan atentos al fiscal. La mosca vuela sin hacer ruido, ni leve. Sabe que el juez universal la sacaría de la sala nomás porque sí, por quejas de lo inútil que es.

Escrito final

Borramos mucho. Quitamos palabras y las cambiamos por otras. tenemos la idea clara que no se refleja como queremos. Seguimos revisando. Y pasan las horas. Los días. Y volvemos a leer el texto. Y lo mismo: movemos un punto, quitamos una coma. Cambiamos nuevamente palabras. Todo un enunciado lo quitamos para ponerlo en otro lugar. O lo quitamos. Finalmente nos encontramos con una resolución final. No nos gusta. Hacemos bollito la hoja y la tiramos al bote de basura. Y empezamos de nuevo el ciclo. Borramos mucho. Quitamos palabras, las movemos del lugar. Hasta que al fin quedamos satisfechos. Y decidimos entregarlo para publicación. Luego lo vemos ya impreso. Y le volvemos a encontrar errores. La vida es el proceso. La muerte es estar satisfechos con el texto final. Y no hay vuelta. (Corregir)

Borrador

Todo tiempo es el mismo. Ni gran ni menos. Virtud sabia, conocerlo, reflexionó Leduc. Punta de alfiler como decir montaña, digo. Nada cambia. Nada sucede. Cuando iniciamos en ese cercano día, fue siempre como decir aprender para el ser. Imperó la propaganda del tener. Y uno camina a tientas. Ciego de la vista no, sino del entender. A eso refiero escudriñar. Máquina del tiempo, de la memoria, del big ban. Y entre tanto brinco, estando el suelo parejo, quedamos donde mismo. La vida, borrador fiel para único ensayo final.

Diferencias

Que si el acento en esa sílaba o en otra. Negro o azul. ¿Y por qué de ese color? Poesía o prosa. Y se encausa la discusión por las nubes y el polvo, por el pasado o futuro. Gritos, sermones, en el plano y en la montaña. Es rara esa forma de ser persistente. Como buscando aplastar, consciente o no. Como queriendo minimizar que la viga va en el propio y no la paja. Y buscamos referencias en libros del siglo pasado para estudiar protocolos y cánones. Para dar opinión más certera. No recuerdo  el lugar, el sitio exacto, como buscar un tesoro. La gota. Vinieron los vientos y la lluvia y renovó el ciclo. Habrá de verse. Me siento bien fuera de mí. Mi casa, en la parte de calle callar. (Corregir)

Al tiempo

Al tiempo podemos invitarle un café. Y dejar que se detenga con parsimonia para escucharnos. Y luego se irá sin prisa dejándonos en la mesa, solitarios.  Podemos tratar de entretenerlo con cuentos. Y hará como que nos escucha y seguirá su ruta. El tiempo impone su condición como dictador suave, irreverente. Persiste aún en la desesperanza personal y en la esperanza. No mide consecuencias, se desbarranca, apura y se detiene. No cuando las fotografías, por supuesto. Ni lleva listas. Y ni se acuerda si escribimos una relatoría de nuestro paso. Falsas crónicas donde tratamos de fijar momentos. Somos los árboles del camino. Que permanecen detenidos y al parecer pasan raudos desde la velocidad del auto. Encendimos el estereo para entretenernos. Y las canciones pasaron de moda. El tiempo, el inasible, el que está y pasó. Es hora de dormir. A la vez hora de despertar.

Al filo

Al filo, en la espera de ser utilizada, la navaja brilla en la noche de luna llena.  Como la vida, en situaciones así. En medio de discusiones estériles, palabras agudas. En el fondo del río, apenas sosteniendo el aire por segundos. O en caída libre desde cierta altura. En autos a gran velocidad por carreteras. A punto de cerrar la tienda. Al último minuto que dicta la convocatoria como cierre. Tratando de seguir cuando se impone el rojo del semáforo. Entre la niebla y la tiniebla. Y soñar que siempre habrá tiempo de sobra. Al filo siempre, a la orilla, en el margen. Buscando la mejor palabra y encontrando que no hay palabras mejores, sino necesarias.

Bestia

Soy exactamente lo que parezco. Asolo el área de los humanos normales. Deje usted que se tengan algo de afecto, porque, de verdad, ni será mucho forzar para que entreguen mi constancia: título de bestia civil. Me gusta la música y la fotografía, digo para congraciarme con el eco, por eso lo de civil. ¿De qué hablan? Sobre todo habrá de verse en el balance, dicen los del foro. Y mientras, la bestia arrasa. Se concede el uso de la voz. Yo, bestia. Callo, empedernido, aparentar sumiso, acorralado. Se sabe como con el pie en el trasero, en todas partes, más en la ciudad. No hay de otro mundo la solución. Desgañiten por el futbol. Mátense por las ganancias. Adoren al becerro de oro. Todos tienen razón e interés. Todos, en todo caso, tribulaciones tienen. Aúllan: quememos a la bestia. Lo que de maldad hay dentro de mí. No rezo. La vida escurridiza, conejo con filosofía propia. Es conciencia del ser, o de ser.

Escúchadme

De poca monta el  tiempo para llegar al polvo. Al fin arreglar el árbol torcido, el edificio derribado, el camino y el cauce del río, desviados. Necedad en la esperanza. Nada reivindica el error, o el temor. Por eso el perdón anticipa represalias peores. A ver. El músculo disparado, muestra que algo interno lo disparó. Más aún, perdón, si el culpable soy yo. Pronóstico local: truenos. Barruntos de lluvia para mañana. A mí mismo me pregunto sobre la melodía Un hombre y una mujer. Correspondencia biunívoca. El cóncavo real y el convexo real, también. Y la respuesta: Francis Lai, para la película homónima. En la música nunca se percibe la palabra perdón. Pero sí, debe ir, y más si yo me muero mañana. Escuchad la voz del corazón. Este demonio azul es el que habla.

Horas

La vida, cúmulo de horas sin medida de tiempo. Ni reloj o distancia. Horas de mi madre y padre en esa mezcla de tranquilidad y tribulaciones. Las del barrio donde quedaron las risas por el juego y pasmo por lo cruel del invierno. Y las hojas en el caer y brotar en el eterno retorno. Horas plenas donde se reunían muchachos bajo un árbol para descifrar las imágenes del futuro. Quién, qué. Íbamos a la estación de tren. Y presentíamos en esa edad el trajinar de nuestro futuro. Era un camino más largo. Ya habíamos andado en el campo local. Polvo en las tardes, el billar. Mirar las nubes. Caminos de otros momentos, horas de los pasos surcar tiempo. El saludo. Las invitaciones para la plática con el agua fresca bajo la sombra de generosos árboles. La vida en horas por carreteras interminables escuchando música. Por páginas donde la palabra proporciona luz en el circular de la sangre. Dicen que, antes de la muerte, el hombre recorre en segundos la película de su vida. No es el caso aún. Hay qu...

Circo de ciudad

Me escurro en la niebla de tiempo en el que el cuervo reina y abre sus poderosas alas para no dejar que entre un rayo de luna. Circum.  Fosforecencias en el recuerdo. Flores negras. Días entre planos grises donde todo esta dicho y previsto. Escribo la palabra absurdo. Y aparece el crítico que escribe ditirambos oficiales y gestiona sus obras completas. Es momento de alzar la voz dice el enano y levanta la mano donde nadie lo mira y termina la función en el circo. Sigue el payaso de oficina, con sus zapatones blancos y su espada de niquel y saca su tarjeta de banco y la cuelga en cuadro de pared. Luego el faquir gordo que anuncia bajará con dieta cincuenta kilos para acostarse sobre los vidrios. Y el malabarista de la casa de bolsa, y dice juguetón dónde quedó la bolita. Y el escarabajo con cabeza de hombre que fue castigado por desobedecer a Dios. No si el paciente en siquiatría escribe sus memorias. es tiempo de vals. Un, dos, tres. (corrregir)

De madrugada

El pensamiento gira, de madrugada. Revoluciona en recuerdos y proyecciones. Falacia. Lo concreto es el día. Ya es de mañana y este café... Decía, de madrugada la furia de Dios, el tremebundo rechinar de sus dientes. Tronar sus dedos. Patear las nubes. Lanzamiento de piedras siderales. Roce de pedernal del universo. Rayos, truenos y centellas. Alumbres y vislumbres. Y la lluvia permanece. De mañana rostros en prisa rumbo a acomodar cajas, limpiar polvo, apretar tornillos, contestar el teléfono, vender, comprar. La vida sigue y pasa como si nada. Por doquier letreros de venta o renta. (Falta y corregir)

Hoy no

Hoy no circulo, perdón, perdón. Me canso de la vida y la muerte. Aridez fecunda la palabra esta tarde gris, monótona. Cada dato se deforma con la gota de agua o el cristal. No hay libro que consigne historias de amor. Teléfono roto, línea ocupada. Humo y humus. Ruido de ferrocarril. ¿Viene o va? Solo quien permanece por generaciones sabe el rumbo del tren bien por el ruido, bien por la ruta del aire. Saquemos sangre o agua de las piedras. Es posible. El niño pide a su madre le compre un dulce. La madre siente el jaloneo en los nervios, la pobreza en el extremo.  Paréntesis. Los muertos queridos ya se fueron. Los soñamos, nos sueñan. Y la memoria se desvanece poco a poco. Buscamos fotografías en sepia o blanco y negro para reconstruir la película. La historia es un pájaro que deja huellas falsas en el camino para nunca volver en el momento preciso. Hoy no canto.  Hoy me niego a ser fardo. Me niego a contar las miserias de mi alma. Al aire mis vísceras. Este soy yo. Abomino. Por...

Yo, Carlos

Escudriño en el pensamiento del qué, para qué y por qué. Intento saber exactamente del origen y las rutas para llegar al final. Y nos llenan de ideas tan más cual descabelladas, mezcla de mitos y soledades. Choques de estrellas, desprendimientos. Y nos dieron datos el ajedrez, el oráculo, las cartas del Tarot, la sibila y hasta  la ciencia concupiscente de la gitana. Teorías, hipótesis, dilemas, yuxtaposiciones de datos. Calcas al carbón de la estupidez humana. Al fin cada quien, en ese albedrío libre según, dedicó su tiempo en cruzar mares, navegar ríos, buscar el vellocino de oro y El dorado. Y el hombre se transformo en lobo del mismo. Reyes subieron al trono y luego abdicaron o quedaron sin cabeza en parques públicos. Y se declararon guerras entre todos aduciendo luchar por libertades ajenas y por rancias ideologías del martirio. Aquí, desde la habitación 5. Yo, Carlos Castañeda.

Qué haremos hoy

Llueve y es tarde. El día se esfuma con la imagen de nenúfares. En la mente, claro está. Allí el frescor de la tarde, la flor, el agua. Pantano, maravilla natural. Por la ventana pasan autos rumbo al mercado que es toda la ciudad. ¿Qué haremos hoy? No mañana. Esa es pérdida de tiempo. Pasado, futuro, inaccesible tiempo. Hoy dura siempre. Reitero: hoy siempre. Así en sus palabras, oportunidad única que tenemos para armar un arcoiris con miles de gotas de agua a trasluz del sol. ¿Qué haremos hoy y siempre? Mirar rostros de hambre y de hastío. Mirar ojos sin mirada de esperanza. Es crimen cruzarse de brazos. No basta darles un poema en una hoja. No es así. Ya utilizamos margaritas echando a los cerdos. Ya estuvo bien. Ahora es necesario despertar. Y tomar al vuelo el arte y las ciencias. Y exigir que vuelvan la mirada a la tierra. Andan a veces por las nubes, como el cisne aquel, al que se indica torcer el cuello. Hoy es día propicio para inventar de nuevo el fuego y la palabra. Esta mira...

Qué haremos mañana

Qué haremos mañana cuando no amanezca. Cuando los peces estén en la superficie, muertos. Cuando el aire sea irrespirable. Juntamos tanta basura y bajo ella estamos, absortos en pesadilla real. Dejamos que otros tomaran decisiones por todos. Y se fueron amurallados  acumulando el oro de las minas. Maderas preciosas. Marfil. Miel de las colmenas. Leche tibia. Y se mandaron construir palacetes. Constituciones para legalizar el saqueo. Cárceles para los disidentes. Y balas para los necios. Y privatizaron gobiernos, escuelas, tribunales. Y no satisfechos privatizaron también el aire, la luz del sol, la oscuridad y los silencios. Qué haremos mañana cuando en la piel tengamos llagas. Quemados los ojos. Tatuadas las palabras WalMart. Sears. Nike. Coca. Exxon. Liverpool. Macdonald. Demabulamos ciegos con las cuencas imaginando el piso. Contando nuestros pasos. En largas filas para descender vivos aún por fin al cementerio. (Corregir, valiente, que el tema noes nuevo, pero es necesario consi...

Ejercicio

Ejercí veloz entre los párpados, cámara. Luciérnagas al fondo, pasto. Allí. Movimiento a la izquierda. Ejercí de astronauta. Raudo entre los árboles la ingravidez de las esporas y polen. De todo ejercí mientras la luna rondaba nuestro espacio. Frescor de la noche en carretera. Miles de páginas en blanco al vuelo quedaban en la mesa. Y al día siguiente al reciclaje. Ejercí la música. No sabía tocar trombón. Y me puse a coleccionar instrumentos por si acaso tocábamos un vals en esa oscuridad de las referidas luciérnagas. Eran  de mañana y tarde los ejercicios. Procuré tocar la flauta como el de Hamelin. Y solo soplos  como el burro aquel por la casualidad. Dónde estaban los suspiros.Y a correr entre los árboles para llegar exhausto al lugar donde se aprendía de las llamas. Luego regresábamos con la lengua de fuera, sedientos y con parsimonia. También ejercí de caminante. Ampollas en los pies. Sudor. Costra. Calles, caminos, veredas. Y el viento en la cara, modelo polvo ejercí. C...

Tengo en mí

Tengo en mí tribulaciones a causa de carga mal distribuida entre miles de generaciones. Tengo en mí el peso del albatros por el tanto lodo y polvo acumulado, y sin  embargo vuela seguro grandes distancias con poco esfuerzo. Tengo en mi sonidos de pájaros despiertos que se posan en la viajera nube. Tengo los árboles detenidos a orillas de carretera desde donde miran llegar el atardecer y las luces de los autos. Y anhelan lluvia. Tengo cientos de palabras revueltas en puntos negros del cerebro. esperan decir, en lógica la historia de las hadas. Mis sueños malabares caben justo dentro del paréntesis que me corresponden aunque a veces se desbordan. Tengo piedras suficientes para construir puentes que conduzcan a alguna parte donde el hombre recuerde las canciones de cuna o de la infancia. Máscaras para toda ocasión tengo a semejanza de entrar a las iglesias o al auditorio a donde se cuentan las mentiras. Tengo en mí colores para pintar un mundo más bonito que el nuestro copio a...

Ábaco

Volver al ábaco, con diamantes o gemas. Dentro de la estructura para ver. Adelantar juicios sobre el ahora, en el por qué de lo que sucede alrededor. Centenas reales, monedas que generan disputas al por mayor. Escudriñar allí en lo que somos, minúscula muestra del universo. Volver al ábaco. Redondeo de la memoria, trajinar de lo lógico, hasta alcanzar mayor filo. Para ejercer de vidente, y evitar los mismos errores. Números siderales, las cuentas que nos salgan, en una visión total. La escafandra contra la nadería, que se trata de imponer a toda costa, del sacrificio del hombre.  Memoria del tiempo en unidades de conceptos: guerras, muerte, desolación, soledad, hastío. Volver al ábaco, para reafirmar lo humano en el desarrollo. La mano, el trabajo, el hombre, el Sapiens-Sapiens. Ese es el sentido: el ábaco, el compás, la escuadra. Todo el desarrollo tiene como base la unidad, la palabra. Ahora, tiempos de la infamia, la usura compra deshechos de circuitos con monitores. Y el hombre...

54

54 es un vals, la emoción de lo vivido, mezclado con los sueños. Una especie de memoria rediviva. Es la emoción de saber cierto. Aún en lo correcto. Más aú en lo incierto. Es contar con los dedos de la mano a los amigos, saber que son pocos pero buenos. Es saber que el amor no tiene precio, aún que el valor social sea el dinero. 54 no e sla mitad o un poco más de l camino. Es saber que el destino se ha empeñado en que seamos así como somos. Recalcitrante en el deber cumplido. Emocionarse aún por el camino, la estrella, la luna, el guacamole. Por el libro en la página donde Juan se asoma. Por el disco con aroma de limón. 54 es la dicha de saber que la vida va en su curso. Y que estamos con la salud de los locos que solo hablan con verdad. 54 es saber que los molinos de viento es una figura con la cual la humanidad avanza. 54 es querer que el Quijote se parezca más al mismo, falto de cuerdez, más con toda la honradez. En fin que solo quiero recordar que soy por Leonor y Juan que miran co...

Si fuera yo profesor

Unos niños jugaban entre ser profesor o bombero, malos, buenos, ladrones o policías, que era un reto, saber la diferencia. Dijo uno, el más calladito: si yo fuera profesor, digo, trataría de ser maestro. Que parece como sinónimo, pero hay una gran diferencia. Enseñaría de las nubes, con las nubes mismas. Y el huevo y su yema conocerían con lo mismo. Y haríamos brotar las semillas. Y mariposas estudiaríamos en dibujo, no disecando. Lo mismo con las ranitas, conocerlas en su salto. Y saludaría con gusto, a los alumnos, como si fuera por fiesta. Y el lunes en homenaje. Hablaría de las casas y calles, como hablar de la patria. Y los héroes serían los trabajadores del barrio y los funcionarios honestos. Ah, y la gente sin duda, que barre el frente de su casa. Y sonreíría al dar la clase, como si estuviera cantando, en fiesta con un karaoke. Y leería un sin fin de libros para contar buenas historias. Y dos o tres guitarras para alegrar más la mañana. Y en el día del maestro daría mejor mis c...

La música

Cuando todo acabe. Me refiero al fin del universo, en esa explosión de fuego, aladas palomas ciegas en vuelo. Quedará la música. Quedarán las notas del vals que bailamos a escondidas. La gracia de la canción infantil  como recuerdo del paso del tiempo. Y la melodía esa que arrastré por las cantinas. Cuando acabe el último libro de salir a la luz. Cuando quede el último espejo donde se reflejé al fin la vanidad por la ultima vez. La música penetrará entre los poros para recordarnos que nada fue en vano. Cuando se escuche la ultima palabra y el último café en vaso transparente quede en la mesa. La música en la rocola nos hará recordar que el paso por la muerte apenas fue el momento feliz. Coito no es carne lúgubre. Farolas encendidas por piel, más que bien. Mística resurrección habrá y seremos otros. Y empezaremos a buscarnos en otros rostros, en otras miradas para decirnos las palabras de amor que no dijimos. Cuando todo acabe estiraré mi mano para alcanzarte. Y es música a los oído...

Día sin sol

Escudriño el vacío para escribir sobre la nada. Miro una hoja y digo otoño. Mejor ni hablar. Otras hojas arrastra el viento. Brilla el metal aún en lo gris. Y nada hay en la espera de las horas. Solo que sucedan. El tiempo pasa. Y lo eterno prevalecerá a pesar de todo. Día sin sol es apenas el anuncio de que vienen lluvias. Pájaros descarnados intentan vuelo. Y caen y se levantan. La vida breve. Insustancial. Golpes a la sombra, al viento.

Si yo fuera gobernador

Si yo fuera gobernador, me dijo un viejito sonriente, pie descalzo y dicharachero. Si yo lo fuera, comería mejor, claro, y pensaría en que otros coman mejor, también. Y mi café sería con leche. Y me compraría zapatos, pero no tantos, para qué. Los pies necesitan uno, aunque me comprara tres, pares, por supuesto. Y algunas camisitas, dos para fiestas, dos más pa la oficina. Y compraría terramicina, para el dolor de la mente, porque no me duele el cuerpo, al menos por el ahoy. Y aprendería a leer, para saber lo que me pasan, a firmar, no vaya ser, que por los ojos, la rata me pasen siempre. Y me compraría un coche, pero no por lo del lujo. Sería para llegar de un lado a otro y atender mejor. No espacharía en palacio, allí los trabajadores. Yo andaría de pueblo en pueblo. Para saber de verdad, lo que a mi pueblo le duele. Y no compraría más ambulancias. Sino que usaran los puentes (peatonales, se supone, que para eso se hicieron. Ademas los sanos con comida no se enferman. Y que los auto...

Mi barrio

El barrio habla a través de la memoria. Cada punto de recuerdo es parte nuestra. Allí va raudo el pensamiento, en el fondo nuestro que somos nosotros mismos. Y el canal soliseño, como espina dorsal de las tres colonias. Y el canal del desagüe mismo, no por ser lo que era, dejarlo en el olvido, al fin que eran nuestras tripas. Por supuesto que en la Terraza Marys se tejieron sueños. Y dos que tres golpizas a garrote limpio. ¿Llegó el Renacimiento 74 allí? No lo recuerdo. Lo que sí es que Los Heroicos y Los Montañeses, tocaron en un cerco en esa área donde ahora está la secundaria 2. Qué impiedad, desconsideración y negrura cambió el nombre de la avenida Sandino por la R. Guerra. Y qué fama la del callejón 5 (y algo el callejón 6) para tener adolescentes duchos en defender honores y fumar cigarros. Y las funciones de box en el 6 precisamente, donde el Lonjas boxeaba contra el Crescencio. Y Jaibo Solís contra Gelín el Chico. Y esos camiones americanos viejos 2 de abril, en el que nos mon...

Y bueno, pues

El conjunto de todo lo que se nos presenta. Lo que nos viene acompañando. Lo que termina. El canto que va en el aire. Ausencia el algodón que agita el viento. Unas páginas o dos en las que se cuenta la historia del mundo. Breve relato de traiciones y matanzas. Por la noche una ráfaga de luz, irrumpe el trueno. Luego siempre el silencio. Saber que la distancia ara la tierra del olvido. Y ni nunca. La distancia es lejanía donde nadie sabe de rostros ni de nombres. Distancia es sorber cicuta para desterrar recuerdos. Por eso saber que todo sucede. Así. Sin detener polen o esporas. El viente acomoda polvo y hojas. Y el otoño vuelve para darle entrada al invierno. Rotulo mi nombre para dejar referencia de mí. Vanalidad el pose para naufragar en la vida. (corregir y podar)

Pez

Ese hombre efecto pez. Entre el agua y la sonrisa. Se desboca por hablar. Para morir como dicen. Es sujeto de emoción. Y un talante mejor. Con sus ojos de pescado captura cuando es capturado. Y esa escama de su piel. Le ayuda para soportar, a quienes le quieren golpear. Entre el agua de mar o de río. Suele pasar. Un día quedó atrapado en la red. Otro día escapó. Pasó el tiempo. Y murió. Esta es otra historia de pez, en el tiempo inasible. La vez última, un poema para niños, y la luna. Dice el corrector, que en los textos para niños, no se menciona el morir. Diremos entonces que vivió. Así dirá: pasó el tiempo, y vivió. (Falta y corregir)  

Instrucciones para leer

De atrás para adelante. Buscando en el índice algo que nos llame la atención. También de adelante para atrás, aunque no es muy común, pero bueno, solo los normales. Olerlo, sí, es importante, nuevo. Viejo es peligroso,  por bichos m inúsculos que andan por allí. Leer en bicicleta también es peligroso o manejando auto, a no ser que en el rojo del semáforo. Palpe las hojas, ayuda que el gusto por leer entra por todos los sentidos. La postura es lo de menos. Aunque si es para provocar sueño, hágalo acostado. Pero ayuda mucho sin duda leer, para construir sueños. En columpios es posible, creo.  Otro tema ha de ser el uso de los libros. Que tiene que ver con leer, no lo dude. Más bien, eso sí, para vivir mejor.

Diarios viejos

Quedan en un rincón los diarios. Meses, quizá. Luego a la bodega o al sótano. Amarillentas cada vez más sus hojas. En ellos consignaron lo nuevo, lo relevante en sociales, rojas, política. Esas rostros sonrientes con vestidos de escote que ves en fotografías ya no existen. Esos ademanes de pleno convencimiento, tampoco. Al menos no como eran. O no existen más. El poema en sus hojas no fue la constante. Apenas un sueño. El tiempo ajó todo. Un buen día llegan los nuevos habitantes a hacer limpia total. Y nuevos diarios ocuparán el rincón un tiempo. Después al cementerio. 

La supercarretera

Vamos como en vuelo a ras de asfalto. Raudos rumbo a ninguna parte o acaso la rutina. La prisa por llegar al departamento y encender la televisión, tomarse el refresco de cola o la cerveza. Dentro de los límites de velocidad -y a veces no- el laberinto de la mente entrecruza ideas para estar seguro que esta es la vida, en el concepto de la prisa, lo efímero, lo plástico. La noche sin remedio viene y no hay manera de esculpir a modo las estatuas. El lugar mismo es de todos, lápidas sin epitafio. El nombre propio dejó de serlo en las eternas aguas abisales.

La vereda

La vereda está allí, culebreante, puesta como si nada. Rodeada de hierba silvestre con florecillas rojas y amarillas. Con tramos de sombra y sol, nos conduce hacia la luz u oscuridad y nos regresa a donde nada hay. Húmeda o con polvo. Transitan hombres y mujeres con la cabeza baja, con la cabeza alta. Transitan al igual pequeños insectos. Vuelan mariposas. Le caen hojas que el viento arrastra. El tiempo inmemorial la registra desde la razón y el olvido. Esta vereda nos conduce en el origen desde el polvo hacia el polvo mismo. (Falta y corregir)

La fotografía

En la fotografía no radica el instante. Es un lánguido monumento al pasado. Es la intención de no quedar en huesos antes de la carne. Es mostrar hechizo por el fenómeno del miedo. Es desencadenar ansias por el devenir del polvo y la nada. Tenemos miedo a que nadie tenga un reconocimiento a nuestro efímero rostro, a esa mirada con o sin sonrisa . Y que digan: no me acuerdo del tío. Todo mundo conspira para posar ante la cámara. La modernidad de lo rupestre es la señal de nuestra época.

Adiós a los días

Los días. Trashumantes esculpidos en fracciones de tiempo. En ellos van los suspiros y la lágrima. Errancia que somete las vanidades y la gula de los farsantes. Van de prisa los camaleones y los elefantes. Rumian palabras las cabras y ovejas. Las estrellas brillan en el pasado que nos llega. Es raro todo esto, mentira del tiempo en el espejo. Adiós al penúltimo domingo donde se alojan estertores. Adiós al lunes que viene y se irá. Y serán otros domingos y otros lunes quienes destaquen las luminiscencias de los hombres. En el cementerio escribieron nuestros nombres. Somos de suerte. A los desconocidos nos enterraron en la fosa común.Para consuelo nuestro: para el juez del universo, la tierra es la común morada de los insectos.

Alfiler al corazón, tu ausencia

25 de diciembre de 2002. A las 6 de la tarde, con familiares en casa, en el callejón 6, de la Treviño, en Matamoros, Leonor, mi madre, preparó café y repartió sin que lo pidieran. Sorprendidos todos, hasta yo, que leía Proceso en la cocina. "Gracias", le dije. Me respondió "tómalo". Y a mis hermanas y hermanos lo mismo, y a las visitas también. Café con leche, lechero, como le dicen acá. Y la plát ica siguió, como si nada pasara, los temas al por mayor, hasta que las visitas se fueron, a eso de las 10 de la noche. Cuando recibió el aviso, ya acostada, su mano al corazón, se levantó aún con fuerza, y en la sala se sentó, como si televisión mirara. Y allí quedó. Tranquilita sin sufrir. Al rato los de la Cruz. Le hicieron la prueba de la pupila. Tres veces, por mi petición. La señora ya murió, nos dijo el paramédico. Y ay, dolor. Su velorio, las visitas, las condolencias. Creían que había muerto Don Juan, mi padre, porque a él lo operaron el 21, y el 22 con su sonda, l...

Murió

La muerte me abraza desde niño. Y está conmigo, paciente. Para cuando llegue el momento final. Aquí allá, en todas partes. Será una tarde de otoño estival. Al arrullo del viento, la despedida. Y habrán de ponerme agua fresca en el rostro, para lavar mi tristeza. Y cantarán bermejas aves. Y sonará el guitarrón en el grupo de mariachi. Dios nunca muere, alguien pedirá, por saber que me gustaba. Y sin faltar, por supuesto, la de "nomáaas un puño de tieeerraaaa".  Y ´de emoción vibrarán violines. Y sonora, la trompeta. Habrá calendario donde la hoja caiga en el olvido de fecha. Un día será el momento. Y adiós a las envidias, por el cúmulo de risas. Adiós a la vanidad de los zapatos finos, en ausencia. Y el mago cantor, dirá las palabras finales. Iniciando por el estribillo: Nuestro Toño ya murió.

La muerte

Te traigo en mi lista, dijo. Lo sé, le respondí. Si en eso nunca he dudado.  Para morir nací. Dudas fundadas tengo. Entre la chanza y la risa. Versos someros cantando. Caminando siempre sin prisa. Me preparo mientras tanto. Con la música y la flor. Voy rumbo al camposanto. Bisbiseando mi licor. No tengo prisa, precioso. Afirmó la calavera. Dejaré que cantes un rato. Acá te espero afuera. Cogí mis discos afines. Los libros por si las dudas. La guitarra y el violín. Quedo, la flaca, muda. Vaya sorpresa, lindo, eres poeta y cantor. Pensé que solo eras, de oficio, profesor. Me las he ido ingeniando. De hacer de todo un poco. Donde sí tengo experiencia. Hacerla de santo y loco. Carajo, ya me enamoré. de tu mirada profunda. Me quedaré contigo. En tu morada de tumba. (Corregir)

Sé de la gravedad por el salto de las ranas. De la luz por los ciegos con bastón por las calles. De la muerte por esta forma mía de quedar sin respiración por tres días. Y luego levantarme como si nada. Sé de la mujer por la falda tendida y esos tejidos de pensamientos en repeticiones. Cartas para saber pasados y futuros. Sé de la luna por el llanto permanente de los duendes. Son historias conocidas. Por todos. Por mí, por los otros. Yo no tengo referencia de los días. Sé de pronto sobre oscuridad y luz, como si fuera un juego de los dioses. Por eso los adioses tienen camino de vuelta, como por sí, como por acaso. Sé de los libros, por los árboles en fronda y el humus que refulge de sus páginas. Sé del fuego por este corazón altivo que no se apaga. Se de la vida por la muerte. Y por si acaso escribo, para saber mi nombre, más allá del osario. Se cuenta cada historia. Pero sólo  una importa: la historia universal, recuento del fracaso de los hombres..

Nada sé

Si estuve loco o ausente un día o varios, nada sé. Soñé que toda la ciudad era un psiquiátrico. De pronto miré rasgos de sangre en el suelo y bellotas con benceno. Y busqué huellas del transitar mío o de otros. Y descubrí pústulas calcificadas, retorno a lo infantil, el pasado, lo inútil, la nada. Prisas para morir la vida desde niños. Estaba yo en un bosque en el sueño. Víboras en el camino a la espera de agrandar el osario. Señales intermitentes como cantos de sirena. Tentaciones de sólo ver prosperidad en la vida. Y mísero de mí me soñé con un calcetín en una mano y guantes en los pies. Y un botón frente a mí para salir de la sala de cine con sólo apretarlo. Me era imposible salir por no tener ropa. Con yodo en los labios nada sé del minuto próximo ni del pasado. Trato de leer lo que dice el manual de usuario de lo humano. Y me parecen extraños signos rupestres. Un cántaro. Una copa y  un boleto barato para salir del tedio.

Bhúo

En el marco de la noche, los duendes y las brujas. Un olor a yerba recién cortada. Y el olor de la limonaria, para comprender la oscuridad. Llueve, con chisporroteo permanente de gotas peregrinas. Sábanas negras, pensamiento florido de viajes con Kadafis leyendo poemas en Atenas. Con Pavese por el coliseo de Roma. En la madrugada el búho ausculta luminiscencias en la noche. La esperanza del amanecer, por ver de nuevo, para en la mañana rodearse de sol, de verde. No es más noche cundo está, porque a veces los días son grises, o con nubarrones. Por lo pronto es domingo. Y los colores van en las palabras.

En el marco del día

En el marco del día, nublado y chocolate con pan en la oficina. Palabras de rutina. Libros cercanos de poesía y contra la injusticia. Recordad los instantes jubilosos y los marzos por venir. Ventura por las palabras y los soles. Ventura por las sonrisas y las miradas. Este tiempo de sábado enmarcado es bueno para tomar conciencia como tomar té o café. Ahora es chocolate. La buena noticia es que viene el libro. Sí, el nuestro. Y seguir en la brega de vivir. Que no es poca cosa. Aún en la belleza de por sí. Vamos andando, dirá la Eugenia.

Cascabel

Suena el cascabel al movimiento. Y estaban los ratones divagando sobre el malvado gato ladrón. Cada uno sus razones, de por sí. Cada argumento, de paso, bastaba con solo verlos indignados de emoción, humillados, doloridos. Y juntos se insuflaban verdades, que les reforzaba el encono contra siniestro animal. Y uno de ellos, tranquilo, escuchando por doquier, sonría medio burlón al ver que todos hablaban con tono de ocasión, molestos por los abusos del gato abusivo y ladrón. Entonces este levanta la mano al decir: ya tenemos la solución, nomás basta saber quién de todos nosotros, valientes por demás, pondrá el cascabel, para que el gato al caminar, nos avise y correr. Y todos quedaron quietos, porque es mejor así, calladitos, más bonitos. Pongamos el cascabel. De otra no hay, ni puede haber.

Alguien

Alguien penetra en la soledad para desaparecer en el silencio. Oirá  de lejos voces de máscaras  de bufones en coro que le llaman. Y escribirá ese alguien palabras con una sintaxis extraña, con una ortografía lunática y por lo tanto errada. Y dirán: tufo respira cuando lee.¿ Por qué no exhibirlo en elegantes supermercados con cajas de regalo y moños? Ese alguien transpira de emoción ante la muerte, ante la suerte, incertidumbre de las dichas y los espasmos. Alguien transparente obligará a tragar las palabras de sierpe. Y saludará cantando por los caminos del sur. Alguien llama a alguien en los soterrados silencios de la noche.

Botarga

Nací cuando el hambre. Soy botarga. Me miran creyendo que dentro de mi hay alguien humano que me habita. Y no. Soy botarga y tengo vida propia. Bailo como tal por mi tamaño y peso. Soy lento, pero así es mi raza . Cuando el calor anda por los 45 grados bajo la sombra, pasan los automovilistas y expresan con lástima: pobre hombre, se estará asando allí. No saben que soy botarga y tengo vida propia. Por ocho horas de trabajo muchos ganan menos que yo como botarga. Y para el juez del universo todos somos botargas de sí mismos.

Vituperio

Vituperio es cazar mariposas como enseñanza de adultos a los niños. Y jalar el gatillo para matar los sueños de los jóvenes. En fila india la infantería recibe la hostia. Alegraos, hemos ganado la batalla, dice el general, nuestro reconocimiento a los ilustres muertos. Y al frente un montón de cadaveres con familia. Un gran vómito universal por todos los que lucran, humillan, minimizan. Por aquellos que toman lo público como propio para implantarse dientes de oro, seso, compra de mujeres o infantes. Chilla el cerdo ante su inminente suerte. Así humanos en festín en las cavernas, margaritas no a los cerdos. El mejor, el más inteligente.  Chillan su destino de piedra. De polvo. De nada.

Misión

Dejar de lado el pez, con oxígeno suficiente, libre. La luz tapiz en los rostros. Y la oscuridad como enigma a resolver en la historia de siempre. Una mosca sobre la manzana. Un fruto en el suelo donde el aire y polvo actúan como escenario para el humus. Escribiremos las hazañas de todas las especias para la superviviencia, y la crónica de quienes como especie se extinguen, lánguidos. Preservar el agua, el aire, el fuego, para un reinicio constante. Preservar los sueños. Las risas. Nos hemos encontrado en las miradas, las manos. En el batir de alas, y en las notas. En el libro aquel escondido entre las sábanas. En el limonero cargado de limones, ramas casi vencidas. Duraznos, los duraznos.

Visión

Siempre la pugna entre los hombres, como gen de origen. Las inteligencias puestas al servicio del poder para que otros no puedan, apenas lo básico, y a veces ni eso. La sangre como fluir vertida en fraticidas guerras entre pobres. La ruta de extinción de las especies. La ciencia para la paz hace la guerra. Cada palabra pronunciada es un exteriorizar el pensamiento, tufo a humedad, ideas con molde cuadro. Abandono total de ancianos en cuchitriles y a veces hasta en barrios enteros, de todas las edades. En las cavernas se refugian soldados para obtener pan de las paredes. La belleza se esconde entre alfileres. El sol desapareció desde hace años. No hubo luna era espejismo. Circularon películas como átomos de la memoria y de las intenciones. La risa fue una señal de esperanza. Todo dormir termina al despertar. Azogue en los pisos refleja oblicuos rostros que ya no están. Y es el inicio.

Sutil

Sutil el día del derrumbe las piedras. Arabescos donde acomodamos todo: la gracia, la parsimonia, el deseo. Por eso acomodos fortuitos de nada sirven. Tarde que temprano aparecen los detalles finos ocultos. Sutil por eso las palabras. Modorra de pensar, de elucubrar, de persuadir. En el recuento de los daños aparece la factura por el poemario aquel. Costes por pagar aún en libro óptimo. Por si acaso sutiles metáforas donde el paraguas es como un sombrero chino pegado a la cabeza. Lloverán aguas rojas y azules. Nos llevarán a cadalso por lo no hecho, por lo no dicho. Hoy por ejemplo es sábado y me espera un café en el centro de la ciudad. Aromático. Y las palabras.

Creeme

Créeme en las canciones de bienvenida y retirada. Créeme en las notas del acordeón y del bajosexto. En la lluvia esperada por años en el desierto, que los niños no conocen. En la mesa vacía, ausencia de pan y sal. Y el llanto de la madre por el hambre de sus hijos. En los caminos de polvo, grietas donde anida la esperanza. Créeme en el poema que crece como silvestre hierba, belleza de flor pequeñita. En las señales de humo con alfabeto binario con que se escribe futuro. En el sudor de por las madrugadas cuando la nostalgia. La luna cura. Y en el despertar oscuridad como ruta del silencio. En la mano franca que está a la espera, la que escribe. la que nos hizo hombres En esta mirada triste que se aferra a las palabras. Hay un juez eterno indiferente a lo que sucede aquí y en todas partes.

No te creas

Aquí y ahora el viento sigue su ruta a pesar de todo en contra. Resiste la montaña su embate cuando la toca en su ladera. Y da la vuelta el viento y sigue hasta el valle. No te creas. Sucede a veces que uno tiene que batallar con los gusanos, reptantes poderosos, nunca sutiles; y los gatos al acecho. Al contrario pongamos por caso las oropéndolas. En su belleza no se enorgullecen en lo superfluo, simplemente baten sus alas al delirio. Y cantan a su paso. No te creas más, ni mucho, ni menos. La vida va y sigue. No creas que cambiar no es posible. El cambio en la vida es la constante.

La piedra

Piensa en la piedra. Su existir no depende de lo propio. Omnipresente está en la montaña, en el camino, en las casas. Y tiene en sí todos los colores, apreciada, útil en su uso. Colgante, bella. Hosca cuando llega en golpe para el derrumbe. Se tropieza con la misma o con otra. Y deja herida, como huellas de vivencia. Y qué decir de las históricas que iban en la honda de David. O las que fueron unidas para esas pirámides. Piedra lunar, solar. Piedra simple. Piedrecilla. A veces piedra dura es la cabeza cuando se resiste, y sirve aún así para sostener sombreros.

Abrumar

Un dado con cinco lados, ¿cuántos lados tiene? Seis. Qué es lo que desaparece cuando se nombra. Silencio. Nadie responde. Entonces estamos viendo la misma excelente película. ¿Qué película es? No sé, ninguna. No yo. ¿Y el dado de cinco lados entonces tiene seis? Cuando se nombra desaparece. Silencio. Nadie responde. Abrumar. Palabras que se van multiplicando. Dados. Silencios. Películas. La historia interminable. ¿y si mañana dados y silencio? ¿Qué película ven? Desaparece cuando se nombra. Silencio... Cincuenta veces cien. Cincuenta veces. Cien. Cincuenta.

Bruma

Ingrávidas partículas donde se reconoce en espejo la historia del hombre. Partes de un rompecabezas, velo, misterio, satín sobre la estera. ¿Dónde está el origen del universo? ¿La vida? ¿El eslabón donde se unen blanco y negro, luz y sombra? ¿en qué momento se diferenció el mono del hombre aparte de la explicación bizarra del trabajo,  la baraja, lectura de la mano, historia conocida? Los rostros de todos miran hacia el arco iris. Los ojos de todos miran hacia el horizonte. Hacia la playa. Hacia el punto luminoso más cercano en la constelación nocturna.No habrá calma mientras el vacío sea la explicación de todo lo que sucede. Unido todo hasta el fín del universo donde el único discurso será el silencio. Bastarda ciencia, carnada para mantener la curiosidad por tiempo indefinido. Bruma, fina película para no ver más allá de lo conocido o sentido.

Miseria 2

Miro una fotografía. Son integrantes de algo que llaman en metáfora realeza. Visten Dior, Vuitton, Chanel con piezas exclusivas. Posan, mostrando dentadura perfecta y una sonrisa de el mundo es nuestro. Botas altas de cacería. No es el hambre, es la diversión. Al gene de la muerte le es familiar tanto el arrabal como las residencias en barrios exclusivos. A sus pies decenas de faisanes y patillos silvestres muertos. Y posan -damas y caballeros- exultantes como en pasarela. Nada les justifica en la podredumbre mostradas en fotos de sociales.  Ni el modelo asesino de las guerras, ni la banalidad y la estupidez como escuela de la vida. Aunque es de reconocer que se la pasan muelle. ( ASC)

Truenos

La lluvia interminable, sin sentido, permanente, aunque siempre generosa, se agolpa, en su caída, contra todo. Limpia techos, calles y en su labor natural arrastra botellas de plástico, hojas secas. En la oscuridad de la madrugada se oye como miles de tambores africanos alternados. De pronto los truenos como anunciando hecatombe de se acaba el universo entre explosiones. Rayos, centellas, truenos. Amanece todo desolado. Fuertes nubarrones anuncian que sigue la tormenta.

Cuchitril

El mundo con sus deslenguados montaraces monta espectáculos de ignominia. La gran prensa de rojo y amarillo, al servicio de los generales y magnates. La televisión boba para bobos con programas bobos. La votación en la ONU favorece a guerras en dichos y hechos. Los criterios para el premio Nobel de Paz no siempre son para corderos. Bombas inteligentes que solo saben matar construyen a diario. Y los talamontes o pescadores furtivos, no son los hombres que requieren leña para asar las ratas de monte o los conejos que les sirven de alimento. Los dueños de los bancos compran metal y lo invierten en wall street. Sus vidas palaciegas aparecen en crónicas en revistas del corazón. Cuchitril el lodo de la mentira y la simulación. El egoísmo del yo y el agiotismo de mío el oro sonoro acumula sorbos de orgullo y meditación. El ahorro fluye a cuentas bancarias en el extranjero producto de que en bandas iguales movimientos mecánicos ensamblan todo tipo de artefacto para los cementerios de máquinas.

Caída libre

Mire usted al clavadista. Observe la lentitud con la que cae, como un dios, dueño de sí, de la gravedad, en cámara lenta. Y la tensión de los músculos. La amplia panorámica muestra el atardecer, la figura recortada, los peñascos, el remolino de las nubes como olas desbocadas, el sol de ocaso en incendio total. Meciéndose gaviotas al fondo, brevedad aún en el silencio. Uno imagina al clavadista en el trapecio, balanceo cercano a la amargura. Y con malla elástica para esperar caída y no tenga huesos rotos.Como el cometa abandonado por el niño, cae, cae, cae.

Discurso a la medida

Como sastre a medida del antojo, la necesidad al alba despabila.Nada hay mejor que el polvo de los vidrios o el jugo del limón para evitar sonzeras. Los gusarapos de expresión lindan en lo ridículo. Vaya saña. El que adula os aborrece, es ley. Ditirambos son al atardecer cuando el sol declina. Un vientecillo suave acaricia y vuela el cabello. Cantan los pájaros. Lazuli. Otorgamos diploma por las rimas. Cero puntos por engolar la voz, no ayuda. Este café está caliente. Y llueve intensidades esta tarde de sombras nada más.

Discurso por la mañanita

Respetable y bello público (saludo a Alexis que a los tres años no podía pronunciar público y quitaba la l, para gozo de quienes le escuchábamos): De mañanita tomo un café simple. Y recuerdo el chongo guturriana, o moreliano. Y cuando le calle se abre al unísono para hacer reverencia a las horas. Un descanso es bueno y saber que la felicidad radica también en el poder subir cinco escalones. Y llegar a la nube y escribir pronombres personales en las figuras encontradas de antemano. De mañanita el día está a los pies para soñar y hacer rounds de sombra con las nubes o los rayos de luz. Para alambicar con las palabras y resolver crucigramas. Amigos y amigas: desde hace algunos años llegué a la conclusión, espero no tan tarde, que sin amistad no hay nada, con amistad tenemos todo.Un abrazo a los amigos por donde anden, los cuatro puntos cardinales. Ya no digamos sin amor. Exultante la mañana. También el ayer que sostiene y el mañana que abre los brazos. El descanso es necesario, y más cuan...

Habla

Habla. Tus palabras no las lleva el viento. Estarán retintineando en los oídos a pesar de las crisálidas y sus voces. No guardes silencio por sus miles de interpretaciones, cual más descabellada. Y situaciones que se dan por hecho. Habla. Es la ruta ahora por seguir. Sobre el geranio o los girasoles. Las flores siguen la ruta de la vida. El parachoques del auto ya no sirve. Construye huracanes con palabras o tormentas de arena. Los tornados arrebatan -a la vez que proporcionan- espacios para sueños. Allí el cometa desaparece y la infancia queda lejos. Obstínate en hablar. Es lo mejor. Hilvana partes. Completa el rompecabezas. La tarde se repite. Las noches son pozos secos donde peces mueren. Anda, habla. Quiero escuchar lo dulce de esa voz aunque sea de trueno. 

Miseria

Son trece minutos de vídeo eternos. Impotencia y llanto. Tres muchachas (que un día tal vez tendrán sus hijos, que a lo mejor soñaron en destino propio mejor, que horrores hay en su pasado y construyen en error también el horror de su futuro) poco a poco, en una eternidad de tiempo, como danza macabra, dan pequeñas patadas a un perro cachorro inde fenso. En sus quejidos parece preguntar el por qué de esa barbaridad asesina si se supone que el animal es él. Poco a poco lo van matando y ellas mismas se van matando. Nada las justifica. Ni el modelo asesino de las guerras, ni la banalidad y la estupidez como escuela de la vida. Algo está roto en todos, en todas partes. Son jóvenes. Representan nuestro fracaso. El de todos. 

Viaje

De viaje, a tientas, tropezando, aquí andamos mudos, torpes, locos. Nuestro rey es la sombra a quien elevamos plegarias, dios del infinito que nos ignora por el albedrío asumido.  Tratamos de escudriñar en lo oscuro de la noche o la claridad del día, para enfilarnos a la felicidad permanente. Al alcanzarla se aleja como mito de Sisifo para que reiniciemos la búsqueda. Nada hay del otro lado de la idea pura. Nada hay tampoco des este lado. Solo carne putrefacta para perros hambrientos que no se sacian. Con el ábaco contamos nuestros días de existencia y encendemos velas por cada uno de los años. Y cada sonrisa de aniversario viene significando la despedida. Viajo en el último vagón del tren de la muerte. Y río para que el escapar signifique otra ruta.

Instrucciones para no escribir

Siempre mejor es el silencio. ¿Qué escribir cuando todo es rutinario? ¿Qué decir cuando sigue todo orgullo, vanidad en la marcha de los días? Los actos pequeños son extraordinarios y nadie dice nada de ellos. Los saludos de la gente sencilla. El enfermo que aún en su estado sale a buscar el pan de cada día. Mejor es el silencio. Algún día el bosque será más verde,  el aire transparente y el agua diáfana.

Instrucciones para amar por siempre (esa brevedad)

Deje que fermente. Cuando esté a punto del colapso va respiración confusa. Suspire por almanaques, esos cromos. Y alcohol en la frente. Suelen suceder sorpresas. Ese nido guarda el canto. Esa vasija de barro guarda luminiscencias de siempre que alumbran en las noches más oscuras. El amor es sonatina en la distancia. No es buscar, es dibujar reales rabos de nube. Es no temer a la guerra por alcanzar los sueños. Es liar. Y para que dure siempre transite la linea delgada, por donde no se rompe. Y al mirar la rosa sentir lo terrenal de la belleza; y cuando la lluvia piense en las tortitas de maiz nuevo. Y sobre todo no dudar en los tiempos infinitos. Sentir que la vida tiene sentido cuando hay suspiros por presencias, ausencias, vuelos, miradas. Cuando se ama se sabe exactamente lo que significa eterno, esa brevedad de la conciencia en tiempo. Y no cejar. Nunca cejar. Nunca.

Instrucciones para hacer llorar a un león

 Nunca hagas enojar a un león. Mejor es distraer su mirada en las colinas con abetos. Y el león pasa orondo para fijar olor por donde siente y sabe territorio propio. Ni mira humano y al ataque, no. Camina elegante en su saber de rey. Sin embargo ese poder queda corto ante la guitarra con manchas de tigre y copos de nieve en las calles. Saca espuma por el hocico y se olvida de la torre Eiffel y de Babel. Al conjuro, niega comer la zanahoria, pero dice el conejo que lo vio feliz. A escondidas, quizá. A veces deja de probar alimento para ver si solo así el aprendizaje. Y se le mira flaco cojo de un solo pie. Cuando el hambre, acerca su garra a la presa hipnotizada. La instrucción es: hágalo llorar con poesía. No hay nada mejor, que de eso las lágrimas no se sufren. Así pinten al león.

Instrucciones para calmar huracanes

Sin avisar vienen los vientos del sur. Hacen remolino. Y levantan techos de las casas. La fruta cae del árbol y la hojas. Algunas ramas se quiebran. Los pájaros cambian de ruta. Y las avispas sobrevuelan el pasto. Entonces saque su navaja para cortar el viento. Ayuda. Herido cual simple mortal bufa entre los huecos de las puertas. Chillan los clavos a punto de saltar. Y por no dudar hasta platos se estrellan contra paredes. Y gritos al por mayor del unicornio. El río amarillo y azul se desborda e inunda desorbitadas cuencas de los ojos. Rezar y pedir perdón al infinito por los pecados cometidos. Viene la muerte. Luego del navajazo dele otro y verá que se van recomponiendo las cosas. El mago-faquir dijo abracadabra. Y sulfuran cólera los vientos. La falda regresa a su lugar modosa. El franciscano padre dijo bienaventurado hermano viento. Y este le tumbó la raída sotana. A tumbos el conjuro de las palabras miel y canto y parece que el viento enfrenta al diablo porque se doblega. Sale el ...

Instrucciones para encender el sol

No hay más sol que el nuestro. Ese que alumbra los caminos donde dominan las espinas y las piedras. Y afectan más cuando ciega la oscuridad más oscura. Fardos detienen nuestro paso. A tientas avanzamos y caemos. Y oscurece la mente también. Aparecen fantasmas y cuervos para arrancarnos los ojos. Corremos y no avanzamos nada. Eterna parece la noche encabalgada en otra noche más larga aún y más siniestra. De pronto aparece una chispa que nos sirve para hacer hoguera. Y es el inicio. En los sueños era pirotecnia. En lo real encendemos el sol con la sonrisa.

Instrucciones para mejorar el mundo

De entrada recordar el olor del café. Salir de la oficina. El horario normal. O de la casa, cuando ya la jubilación. Y previo darle ojeada al periódico o ver la noticia en televisión. Porque eso de llegar sin nada qué saber para decir nos deja mal. Y allí, acomodarse muelle en ese local para atender la plática rutinaria de ocasión y ver bien la gente que pasa acicalada o de prisa por allí. Pedir con voz engolada "americano, por favor". Y ya metidos en lo importante opine seguro. Cómo acabar con la guerra de El Líbano. Y fue limpia la elección. El que deberá ser el próximo Nobel. Ya se inventó  un nuevo condón. Y la capa de ozono. Y aunque rima, digamos las siete reglas para acabar con la corrupción. Y el clero, por Dios. Y esos niños. Es que son los maestros responsables de todo. La novela va muy bien, ya voy en la página 10. Y el portero se equivocó, por eso el gol. Yo tengo el ejemplo de. Y una vez sucedió. Aderezar la plática con un chistorrín, para alegrar. De Pepito y...

Instrucciones para agrandar el mar

En olas cabalgan hipocampos. Falta sal húmeda. Ayudaremos con lágrimas al unisono. A ver. Iniciar con hipo. Y agua tomar. Más sal. Más sal. Y mezclar el interior. Suspirar por la nostalgia de ti, de mí, del paraíso. Ir a una playa cercana. Y recordar orígenes. Correr de la mano o hundirse para que olas tumben torres universales. Y recordad la falta de agua a este mar. Y con las ausencias sentir en el interior resquebrajar paredes del corazón. Al fin llegar a la orilla de nuevo. Espuma de mar. Arena. Y llorar. Inconsolable. Para agrandar el mar.

Cuervo

Encuentro palabras obviedades, lugares comunes para transitar el tedio, la rutina. Lo aprendido desde lo azul de la caverna. Y cansado, porque nada es sin el saber de ti. o la canción sin fe, poquita fe.  Entonces transito sin remedio entre la historia y las tumbas . Y a punto de jalar gatillo por las patas, me percibo triste, opaco. Me crié cuervo. Saqué mis ojos. Obra bienaventurada.

Instrucciones para dibujar retrato a lápiz

Empezar por el cuerno. Y de allí pasar a las pezuñas. ¿Conoce usted? ¿O son garras de buitre? A la piel póngale surquitos. Y púas en la cabeza dura. Así parece puerco espín. Ya va saliendo. En esa mirada póngale estafador, señuelo para hacer el mal. Y pústulas ponga por doquier. Si le sale peor es mejor. Es dibujo con falta de liquidez. Y deje ver. Junto a usted ese poema en pergamino El cuervo, de Poe, para darle altura, arte. Aquí unas curvitas de redondel. La edad, ya ve. A falta de ejercicio póngale de titulo mentir. No está mal que al fin no es para exposición. Pero de algo servirá. Si quiere mejorarlo agréguele unas dos penquitas de nopal a su alrededor, un higo, una ostia, un botón en flor. Si no tiene lo hace con fotoshop. Esas lágrimas quíteselas. Los críticos no se tragan cuentos, y a veces ni poemas. Mejor al natural. Con su sonrisa. Así, burlón, autorretrato.

Autorretrato

Alcanzo a ver apenas milímetros más allá de la nariz. Me gusta brincar para alcanzar la fruta en su madurez. Mi cabeza dura solo aprende por el olor al sol y a cada golpe ritual. Desde el dominio mar se asoman mis ojos mirones a cuartos de azotea donde la luz refleja humedad. A mis oídos llega la música, con esa voz celeste, de ti, de aquí. Llevo en pose un libro bajo el brazo. Aprendo por ósmosis. Esta nariz no fue de boxeador. Pero busca parecer, de pez en la pecera. Y estos brazos saben de luchar pan. Y estas manos de palpar pétalos en flor. Y confundo la guitarra. ¡Y confundo la guitarra! Y mi cabello nada pide al puercoespín.  Colecciono objetos: un cuaderno, un libro, una piedra, una pluma. Y me da por jugar juglar. Intenté enseñar. ¿Dónde, qué, para qué? Y no logro responderme aún. Sentido de ver, de escuchar. Ahora van 53. Y nubarrones anuncian cántaros. Intenté soñar.