Apunte sobre personas y tiempos

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Francisco López Sasha, escritor cubano, había dicho "No es único el tiempo. Son muchos y todos los tiempos coinciden en este mismo instante". Yo seguí atento luego de esa rotunda afirmación. El cubano explicó con ejemplos: el que no sabe leer y escribir vive en otro tiempo, quizá 1920; hay grupos humanos aún hoy que viven fuera de la civilización no conocen la electricidad ni el gas, ellos viven en un tiempo muy antiguo; aún hoy, quienes no saben nada de tecnología viven en 1970. Entonces es un confluir de los tiempos en este mismo instante. Y así tenemos muchos ejemplos, dijo. "Denme ustedes algunos". Y fuimos participando recordando a personas que conocemos, pero por su forma de pensar  habitan otros tiempos.

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Como el tema de su seminario era "La novela en todos los tiempos" o algo así, había hecho alusión de que el tiempo es relativo. Nos puso un ejemplo: "Dos horas con la novia amada en el cine no se percibe igual que dos horas haciendo fila de espera en el banco". "Ocho horas en el trabajo que nos gusta no son las mismas ocho horas estando en un trabajo que no nos gusta, por no decir que aborrecemos".

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En la narrativa el que cuenta lo hace en función de la primera, segunda o tercera persona del singular. Alguien cuenta. Y cuando lo hace sobre sí mismo, que es el yo, entonces es la primera persona. Cuando se dirige alguien que está enfrente, o el tú, es en segunda persona, y en tercera persona,  es cuando se cuenta sobre una persona que no está cerca. También contempla la narrativa de los plurales (el ustedes, el nosotros y el ellos) aunque esto es más raro, y se utiliza principalmente en las piezas de oratoria.

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Primera persona: 

"Ha amanecido y me despierto agradecido con la vida. Abro la ventana de la sala y entra la luz y lo fresco de la mañana. Siento bienestar dentro de mí. Enciendo la radio y escucho música. He dejado de escuchar estación de noticias. Siempre estas son de guerra, asesinatos, fraudes. Pocas veces nos alientan, nos motivan. Hay paz dentro de mí. Que bien puede ser  frágil. De pronto suceden cosas que trastoquen nuestro yo interno. Hay recuerdos que pasan como película. Sigo creyendo en el amor y en la amistad. Y sigo usando pantalones mezclilla."

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Segunda persona:

"Eres culpable por la indiferencia a todo lo que sucede a tu alrededor. No te ha importado que roben, que cometan fraude, que se queden con la parte mayor. Te has dedicado solo a tí mismo, como un Narciso ante el espejo. Y has dejado que todos hagan lo que quieran a tu alrededor. Has sido tan indiferente que a veces te has burlado de los que luchan, de los que se arriesgan, de los que marchan por las calles gritando consignas". 

"Te conocí. Era abril y hacía calor como ahora. Tu sonrisa había sido una invitación a la charla. Pero era difícil acercarse a ti. Tantos cercanos te rodeaban, como una corte de amigos. Y yo me quedaba pensando solo en una posibilidad. Hasta que vino la semana cultural, con los concursos de grupo. Y nos invitaste a Cristóbal y a mí  para apoyarlas con las guitarras en el coro de grupo. Y aceptamos porque tu mirada había sido insistente, y estaba tu sonrisa ordenando. Ha pasado tanto tiempo, sí. Pero todo eso nutre mi memoria. Tú fuiste motivo. Tú eres recuerdo".

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Tercera persona:

"Fue un día como hoy cuando lo atropellaron. De eso han pasado ya varios años. Cinco para ser exactos. O ¿cuatro? Es lo de menos. Acostumbrado a salir a caminar a pesar de su avanzada edad, esa mañana salió a comprar desayuno. Su corazón era alebrestado. Y se movía más cuando pasaba alguna mujer conocida. Sí, se alegraba en los saludos. En las sonrisas. O cuando le chuleaban sus ojos verdes, y el brillo en esos ojos que habían mirado ya por más de 80 años. Medio sordo, al cruzar la calle se descuidó,  vio que un auto venía lejos, pero no calculó que venía a alta velocidad, y en medio de la calle lo embistió, quedando a varios metros de distancia. En lo alto parecía que le salían alas para vuelo. Pero no. Estaba gravemente herido por el doble golpe, el del impacto inicia, y el de la caída con el pavimento."  

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"Todos los tiempos coinciden en este mismo instante", dijo el escritor cubano Francisco López Sasha. Era un seminario de narrativa. Era 1995 o 1996. Estábamos en una de las salas de conferencias en la Casa Internacional del Escritor de Bacalar, Quintana Roo. Retumbó esa afirmación en mi cabeza como si hubiera sido un piedra lanzada a la ignorancia. Habló sobre la importancia de las novelas más conocidas en la historia, y sobre el contexto social e histórico en el que fueron escritas. Pero esa afirmación del inicio era como una especie de revelación. Dijo además: "el tiempo es relativo".

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Francisco López Sacha Narrador, ensayista y profesor cubano. Nació en Manzanillo, Granma, en 1950. Es licenciado en Letras y especialista en Teatralogía. Ha sido presidente de la Asociación de Escritores de la Unión de Escitores y Artistas de Cuba (UNEAC), subdirector del Taller de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso y director de la revista Letras Cubanas. Es autor de Historias galantes; Prisionero del rockanrol, entre muchos otros.