Lecturas 37 Poemas de Walt Whitman

 Hola, buenas tardes. Hoy es sábado 24 de octubre y tenemos Lecturas 37. Transmito este programa desde la sala de mi casa, en Villahermosa, Tabasco, México, con el objetivo de difundir la literatura, especialmente la poesía. Y reitero la importancia de motivar a los niños hacia la lectura libre, de los temas que ellos quieran, principalmente de cuentos, adivinanzas, refranes y poemas infantiles. En eso vamos a insistir siempre.

El día de hoy falleció el cantautor Sergio Esquivel, cuyas canciones nos acompañaron siempre, y le deseamos buen viaje, y un hasta pronto.


Los libros


1

Hoy 23 de abril es Día del libro. Regocijaos. Gracias a ese artefacto antiguo y moderno hemos construido nuestro pensamiento al acercarlo, mediante la lectura, sea recreativa o de estudios, a otros pensamientos razonados, lógicos e imaginativos de muchos escritores, historiadores, investigadores,  y otros, cuyo conjunto de saberes conforman nuestra civilización. Gracias a ellos, los libros, somos lo que somos como individuos y como grupo. Ni más ni menos. Y fuéramos mejores como sociedad si la gran mayoría de sus integrantes fuera lectora por hábito, pero no es así. Al respecto hemos fracasado como sistema educativo. Pero hay que insistir. Nunca dejar de insistir.


2

Ayer vi que la Lotería Nacional imprimió sus series de sorteos con dibujos alusivos al 25 aniversario del Programa Nacional de las salas de lectura. Estos son pequeños grupos conformados por un motivador y otras personas, entre 5 y 10, que se reúnen periódicamente para leer un texto, disfrutarlo y comentarlo.Vi los cachitos de la Lotería en muros de Facebook y lo compartí en el mío agregándole: "los círculos de lectura son células donde se promueve y construye humanidad". No es por cierto una gran frase, pero es un intento de resumir en pocas palabras lo que significa en mi concepto la promoción a la lectura libre.


3

De pronto alguien te suelta la pregunta: ¿y yo qué puedo leer? Pues lo que sea, lo que se quiera, la necesidad que se tenga. De preferencia en lectura recreativa serían cuentos, relatos, leyendas, mitos, biografías de personajes, cartas literarias (hay muchos libros de ellas), novelas, etcétera. Pero hay también libros sobre recetas de cocina y costura, sobre viajes reales e imaginarios, pesca,  enfermedades de la mente, sobre contaminación, sobre cómo elaborar bebidas, y la lista es interminable. Pero más allá de todo ello, leer es un ejercicio permanente del pensamiento. Y así como los músculos del cuerpo se atrofian si no tienen movimiento, así mismo sucede con nuestro cerebro si no tiene ejercicios de pensamiento. (Claro, leer no es el único ejercicio para mejorar la función del pensar, también escuchar con atención, escribir, hablar, observar, viajar y otros).


4

Para la gran mayoría de los mexicanos los libros de texto gratuitos, los que reparte el gobierno federal para el estudio de la educación básica, fueron los primeros libros con los que tuvieron acercamiento. Y para otros muchos, fueron los únicos. Por eso ante cualquier circunstancia se tiene que defender ese programa constitucional de los libros gratuitos para la educación obligatoria.

5

Recuerdo cuando estudiaba la primaria la emoción del primer día de clases porque nos entregarían los nuevos libros, en ese tiempo con la portada de "La Patria", y los hojeábamos por primera vez, y los olíamos, y de pasada nos asomábamos  a unos versos o adivinanzas del libro de lecturas. Y por las tardes nos dedicábamos pacientemente a forrarlos para protegerlos del sol, las moscas y los gatos.


6

Con los libros se enamora, asimismo. Es un buen regalo. Sobretodo si son libros de poemas de Ernesto Cardenal, Jaime Sabines, José Ángel Buesa y Pablo Neruda. La pretendida o el pretendido han de encontrar en esas páginas motivos suficientes para que su corazón se acelere. Otro tipo de regalos son para el ego y la vanidad. Los libros son regalos para el alma, para el crecimiento, y como un pasaporte de identidad.


7

Dice la escritora radicada en Tabasco Gladys Fuentes Milla, en un fragmento de texto alusivo a este día:


"La lectura es una herramienta maravillosa. Bendita madre mía, a los 4 años puso en mi manos la cartilla de San Miguel, a los 9 la novela: Ana Karenina de León Tolstoi....Toda mi vida ha transcurrido entre libros, de diversos tamaños, colores, temas y olores porque sabrán que cada libro tiene un olor distinto. Sólo tienes que abrirlo, palparlo, metes la nariz entre sus páginas con los ojos cerrados, con el alma abierta y lo hueles, inspiras profundo y verás como tu cuerpo se inunda con olor de árbol, porque no son las letras impresas las que te atrapan, son las delicadas páginas impregnadas del árbol del que fueron hechas."


8

Una vez me tocó (hace algunos años) presentar un libro mío en la Universidad Tecnológica del Usumacinta, gracias a la invitación de su rectora, la maestra  Mari Carmen Bravo Guzmán. El auditorio estaba lleno (ya ven que citan a un grupo allí y le dan un punto, y otro si participan) y al finalizar, un muchacho delgado levantó la mano y soltó lo siguiente: ¿es cierto que con poemas se puede enamorar a una mujer? Mi respuesta al bote pronto, porque he de decir que todos se rieron de esa pregunta. Dije: no a todas las mujeres, solo a las mejores, a las más sensibles; pero como dijo el poeta Sabines: yo no lo sé de cierto, solo lo supongo.


9

En conmemoración de sus muertes que coinciden en este día  23 de abril, tanto de William Shakespeare, autor de Hamlet, y de Garcilazo De la Vega, es que se celebra desde 1995 el Día internacional del libro, proclamada en la conferencia de la UNESCO de ese año. Asimismo porque el 22 del mismo mes falleció Miguel de Cervantes,  autor de El Quijote de la Mancha. Y coinciden el 23 en fecha de nacimiento o muerte muchos escritores reconocidos.


10

Gracias al libro aprendí que el mundo era más grande que el mar. Que había vida y emociones más allá de mi barrio. Y que el amor es el artífice de todas las cosas buenas. Ah y que el lenguaje no sólo sirve para comprar carne y tortillas. Y que el silencio cumple su función si se llena con besos. 

Por lo tanto gracias a la vida, que con los libros, me ha dado tanto.


Poema a los libros

Por Eusebio Ruvalcaba
Te prometo una cosa: llenar
tu casa de libros.
Que no se pueda caminar,
que la gente que invites diga qué
diablos
está pasando,
¿qué ya no existen para ti
más que los malditos libros?
Se te van a enredar en el pelo, en
las piernas.
Cuando te bañes vas a ver que
están ahí,
entre el agua de la regadera
y el shampoo.
Entonces te vas a reír,
te vas a reír como nunca.
Y los libros van a salir del baño
y se aprestarán a colmar el pasillo
y la cocina. Y la cama.
Eso, tu cama.
No te dejarán hacer el amor.
Porque primero tendrás que leer-
los.
Y eso llevará tiempo.
Sobre todo porque ahí estarán
Dante y Petrarca.
Shakespeare y Tennessee Williams.
Y todos los que han escrito por amor.
Y de amor —¿habrá quién separe una cosa
de la otra?
Y Leopardi, claro. Y Cernuda.
Y José María Álvarez
—cien veces José María Álvarez.
Y Jaime Gil de Biedma.
Y, perdón por insistir, ya lo dije,
todos aquellos cuya lectura te inflama
la sangre.
Porque querrán estar cerca de ti.
Porque el amor te antecede y te rubrica.
Y el amor dice ella ama. Y a ella la amo.
Eso dice el amor.
Entonces los libros saturarán tu
vida
de alegría y de dolor.
Porque esto no hay modo de
cambiarlo.
Y cuando te acerques a la cama
a conciliar el sueño bendito,
cuando desdobles las sábanas
y ansíes, por fin,
reposar la jornada,
advertirás un gran bulto que ocupa lo
suyo.
Son los libros,
que están ahí porque desean
acompañarte
en tus sueños.
Porque son, los libros, como lo eres
tú: ansiosa
de ser amada,
ansiosa de sentir sobre la piel aquellos
dedos abrumados por el deseo;
pero en la misma medida
porque los libros son como tú:
seres a quienes torna ardientes
el simple deseo de tener un
interlocutor.
Alguien que los lea y que les haga
preguntas.
Que platique con ellos.
Que les prometa llevárselos hasta
la tumba.
Alguien que dé la vida por ellos.
Alguien como tú.
Que ame.
Que ame porque el amor es también
abrir el libro
tal como se abre el corazón.
Cuando se ama.
Pero también te prometo otra cosa:
llenar tu casa de música —otro día
hablamos de eso”.




Una hoja de hierba

Creo que una hoja de hierba, no es menos
que el día de trabajo de las estrellas,
y que una hormiga es perfecta,
y un grano de arena,
y el huevo del tordo,
son igualmente perfectos,
y que la rana es una obra maestra,
digna de los señalados,
y que la zarzamora podría adornar,
los salones del paraíso,
y que la articulación más pequeña de mi mano,
avergüenza a las máquinas,
y que la vaca que pasta, con su cabeza gacha,
supera todas las estatuas,
y que un ratón es milagro suficiente,
como para hacer dudar,
a seis trillones de infieles.

Descubro que en mí,
se incorporaron, el gneiss y el carbón,
el musgo de largos filamentos, frutas, granos y raíces.
Que estoy estucado totalmente
con los cuadrúpedos y los pájaros,
que hubo motivos para lo que he dejado allá lejos
y que puedo hacerlo volver atrás,
y hacia mí, cuando quiera.
Es vano acelerar la vergüenza,
es vano que las plutónicas rocas,
me envíen su calor al acercarme,
es vano que el mastodonte se retrase,
y se oculte detrás del polvo de sus huesos,
es vano que se alejen los objetos muchas leguas
y asuman formas multitudinales,
es vano que el océano esculpa calaveras
y se oculten en ellas los monstruos marinos,
es vano que el aguilucho
use de morada el cielo,
es vano que la serpiente se deslice
entre lianas y troncos,
es vano que el reno huya
refugiándose en lo recóndito del bosque,
es vano que las morsas se dirijan al norte
al Labrador.
Yo les sigo velozmente, yo asciendo hasta el nido
en la fisura del peñasco.

Una araña paciente y silenciosa

Una araña paciente y silenciosa,
vi en el pequeño promontorio en que
sola se hallaba,
vi cómo para explorar el vasto
espacio vacío circundante,
lanzaba, uno tras otro, filamentos,
filamentos, filamentos de sí misma.

       Y tú, alma mía, allí donde te  encuentras,
circundada, apartada,
en inmensurables océanos de espacio,
meditando, aventurándote, arrojándote,
buscando si cesar las esferas
para conectarlas,
hasta que se tienda el puente que precisas,
hasta que el ancla dúctil quede asida,
hasta que la telaraña que tú emites
prenda en algún sitio, oh alma mía.

¡Oh yo, vida!
¡Oh yo, vida! Todas estas cuestiones me asaltan,
Del desfile interminable de los desleales,
De ciudades llenas de necios,
De mí mismo, que me reprocho siempre, pues,
¿Quién es más necio que yo, ni más desleal?
De los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos
Despreciables, de la lucha siempre renovada,
De los malos resultados de todo, de las multitudes
Afanosas y sórdidas que me rodean,
De los años vacíos e inútiles de los demás,
Yo entrelazado con los demás,
La pregunta, ¡oh, mi yo!, la triste pregunta que
Vuelve: «¿Qué hay de bueno en todo esto?»
Y la respuesta:
«Que estás aquí, que existen la vida y la identidad,
Que prosigue el poderoso drama y que quizás
Tú contribuyes a él con tu rima».

 

Me celebro y me canto a mí mismo

Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo asuma tú también habrás de asumir,
Pues cada átomo mío es también tuyo.
Vago al azar e invito a vagar a mi alma.

Vago y me tumbo sobre la tierra,
Para contemplar un tallo de hierba.

Mi lengua, cada molécula de mi sangre formada por esta tierra y este aire.
Nacido aquí de padres cuyos padres nacieron aquí y
Cuyos padres también aquí nacieron.
A los treita y siete años de edad, gozando de perfecta salud,
Comienzo y espero no detenerme hasta morir.

Que se callen los credos y las escuelas,
Que retrocedan un momento, conscientes de lo que son y
Sin olvidarlo nunca.
Me brindo al bien y al mal, me permito hablar hasta correr peligro.
Naturaleza sin freno, original energía.

Con estrépitos de músicas vengo
Con estrépitos de músicas vengo,
con cornetas y tambores.
Mis marchas no suenan solo para los victoriosos,
sino para los derrotados y los muertos también.
Todos dicen: es glorioso ganar una batalla.
Pues yo digo que es tan glorioso perderla.
¡Las batallas se pierden con el mismo espíritu que se ganan!
¡Hurra por los muertos!
Dejadme soplar en las trompas, recio y alegre, por ellos.
¡Hurra por los que cayeron,
por los barcos que se hundieron el la mar,
y por los que perecieron ahogados!
¡Hurra por los generales que perdieron el combate y por todos los héroes
vencidos!
Los infinitos héroes desconocidos valen tanto como los héroes mas
grandes de la Historia.


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