Las campañas (aventuras de Juan Pueblo Joloche)*

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Juan Pueblo Joloche es un campesino, obrero, profesionista, pequeño comerciante que sabe que hoy lunes inician las campañas políticas para renovar el poder legislativo (los diputados, dice), y el poder municipal, donde a lo mejor un conocido o hasta compadre de él puede quedar en el ayuntamiento y habrá la posibilidad que le dé trabajo a él o a uno de sus hijos, mínimo. Sabe que las campañas federales para renovar el congreso federal empezaron ya hace quince días, y ya los vio que anda entregando promesas y visitando casas.

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Juan Pueblo Joloche sabe que tiene que analizar su voto, no sea que se equivoque, y luego lo entregue a quienes no lo merecen. Y para eso quiere conseguir los programas políticos y el ideario de cada partido para ver si se da una idea de qué dirección darle al sentido de su voto. Escucha que hay de derecha, centro e  izquierda pero no sabe lo que esos términos significan así que está tentado a buscar esas palabras en un diccionario.

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A Juan Pueblo Joloche algunos lo creen tonto, y a veces hasta parece que sí lo es, pero tiene la inteligencia popular, la lógica de sus abuelos y sabe mucho de dichos, y uno que le gusta repetir mucho estos días es que "perro que come huevos aunque le quemen el hocico". No explica en referencia a quien lo dice, pero lo repite. Y sabe que algunos candidatos o candidatas cuando fueron "autorida" hicieron crecer su casa de manera escandalosa. 

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Juan Pueblo Joloche es trabajador, le gusta sudar y ganarse su sustento diario, con lo que mantiene a su familia, y le alcanza para unas cervezas de vez en cuando. A veces dice que es propietario de casa y en otras que es restante. Sabe que estos días desfilarán por su casa muchos candidatos. Sabe que si le regalan cosas las agarrará, pero sabe que su voto es libre y secreto, y ese lo decidirá en la recrecía de la urna y en su conciencia de decidir el destino de su pueblo.

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Juan Pueblo Joloche tiene su credencial de elector y tiene la de lector. Las cuida mucho. Una es para una cosa y otra es para otra cosa. No las confunde. Sabe que con una puede sacar libros de la biblioteca, y con la de elector le sirve para identificarse y para votar, que a la vez es para botar a otros, a los que no elige.

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Juan esperará a los candidatos. Y aunque es franco no le dirá al que sabe que es ladrón, al venidoso, al mentiroso, lo que son. Los abrazará también como ellos hacen, se tomará fotos con ellos y ellas. Pero analizará el sentido de su voto. Sabe que es el destino de su pueblo por tres años. Y que si se equivoca como otras veces, de nada sirve arrepentirse. 

7

"Ora hay candidatos de todos y munchos", dice. "Espero no confundirme, si todos dicen casi lo mismo". "Solo faltó que a una vaca lanzaran de candidata, o a un pato de candidato". Pero no lo dice por envidia ni por burlarse. Lo dice para reírse, para seguir de buen humor. "La oferta es muncha, hay de todo". Y se rasca la cabeza, agarra su morral y se mete en el monte para por hoy no escuchar el canto de las sirenas, que no sabe lo que es, pero lo repite.

8

¿Está decepcionado Juan Pueblo de la política? No. Sabe que nos el ideal. Y sabe que cada elección es distinta. Que no es asunto de ideales en la mayoría, pero que todos con sus discursos de buenas intenciones tratan de convencerlo hacia un color y otro. Y sabe que la mayoría, sin ideales, andan en un partido o en otro, según sea la circunstancia y el momento.

9

Un fantasma recorre Tabasco. El fantasma de la indiferencia y de la decepción. El fantasma del orgullo de ser candidato. El fantasma de la simulación. Todos corren y sudan buscando votos. Antes en un partido, ahora en otro. Algunos en varios en su historia personal. Dice Juan: "Los que son no están. Y muchos de los que están no son". 

10

Juan Pueblo Joloche está atento solo tiene un voto. Y en conjunto son muchos que se repartirán entre muchos partidos. Y dice Juan Pueblo Joloche que el que partió se llevará la mejor parte.

*Juan Pueblo Jolochero se publicará una vez por semana.