Los temas

1

El tema para escribir ya lo tengo antes de despertar. Y casi estoy seguro que ese será y que me quedará de lo mejor. Pero despierto y no tengo nada. Se me fue como agua entre los dedos. Entonces tengo qué pensar sobre qué voy a divagar esta mañana. De entrada abro la ventana de la sala para que entre la luz del día y el viento matinal. Y pongo café y agua en la cafetera para que empiece a soltar ese aroma que me levanta el ánimo. No fui a playas este fin de semana ni iré hoy domingo de resurrección.

2

Tengo pendiente desde el martes hacer capirotada, que es postre propio de estos días de guardar. Y hoy terminando de escribir la haré. Anoche estuve viendo varias recetas en YouTube, y me creo apto para acometer esa mezcla con suficiente éxito. Era uno de los platillos que mi madre sin excusa ni pretexto hacía el jueves o viernes de esta semana, junto con las tortas de camarón y nopales con ajo y chile guajillo. Y es inherente a mí esta tradición que me gusta preservar. Sí, es parte de nostalgia, como para sentirla a-un más cerca esta semana

3

Salgo muy poco estos días. Y de esto ya tengo un poco más de un año. Ya casi está uno enfermo con síndrome de arraigo domiciliario. Pero es por mi bien. Ya con la vacuna en primera dosis y con los cuidados conocidos de gel, sana distancia y cubrebocas, me he animado a salir a tomar café con pocos amigos. Y para que aparte que sean charlas amigables que cargan de batería emocional, hemos decidido crear dos talleres, uno de lectura y otro literario. Son compromisos que tienen que ver con la coincidencia en esos dos actividades torales para el desarrollo del pensamiento. 

4

Ayer hice pública lo fotografía que nos tomó y muy bien la chica de la cafetería donde Adrian Hernandez y un servidor estamos sentados en la cafetería d una plaza comercial. Y luego de no platicar por años con apenas unos encuentros de saludos, nos arrebatamos la palabra para contarnos cosas, y abusábamos de "un paréntesis" para comentar brevemente de cosas cercanas o relacionadas a lo que el otro estaba platicando. Pero sí dimos un recorrido en dos horas a lo sustancial, la vida personal y de lo que realizamos ahora como jubilosos jubilados. Lo fundamental es que coincidimos en seguir escribiendo, cada quien a su modo circunstancia. Y lo que estamos leyendo. Aquí es donde salió la propuesta necesidad de crear el taller literario. Una o dos veces por mes.

5

En la charla con Adrián salió el tema de Lite, el lugar de recreación en Jalpa, lugar que conozco desde hace 42 años, cuando llegué a Tabasco en 1979. Era en ese tiempo un local cervecería familiar cuya atracción era los camarones para pelar. Y de plus un vaso con concentrado de caldo de camarón que por el limón estaba blanco como un vaso de leche. Y los camarones eran verdaderos ejemplares del mar, con el sabor antes de que el petróleo y Pemex le dieran otro sabor por la contaminación de ríos, lagunas y mares. Allí llegábamos cada quincena y pedíamos para empezar un kilo. Ahora me dicen que son más reconocidas las patitas de puerco y que uno se chupa los dedos al saborearlas. Entonces tenemos pendiente ir un día de estos, nomas que pase no la pandemia sino los días de asueto. En esos años que conocí ese lugar lo atendía el viejo Lite, ahora sus hijos. Y ahora se llama el lugar "La barra de Lite".

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Lo importante es que ya tenemos taller literario en ciernes, sea que las sesiones las hagamos a visita recíproca. Una vez en Jalpa y la otra en Villahermosa. Ya veremos. Al taller literario no se llega a escribir. Se llega con textos escritos con copia suficiente para que cada asistente alcance una. El autor lee en voz alta y los demás lo siguen en silencio. Y al final se hacen rondas de opinión sugerencias de cambios al texto. A veces estas sugerencias son para corrección ortográficas y en otras son de estilo. Algunos luego ya no siguen llegando porque es feo que alguien de sugerencias de cambio. Pero así es esto. Uno debe tener prudencia para decir las cosas.Y en cada participación se ejercita el pensamiento reflexivo y crítico.

7

En el caso del taller de lectura Colibrí, empezamos con la dinámica de que cada quien lee en su casa y solo llega a comentar sobre el libro leído o los avances que tiene de lectura. Se arma la charla con el tema del libro. Se sugiere que antes se hable un poquito del autor cuando menos lo básico. Y aparte alguien puede llevar un poema o fragmento de una obre que quiera leer. Asimismo en alguna ocasión se llevará una obra breve para leerla allí. La dinámica puede ser distinta o con variantes de acuerdo al interés y experiencia de todos. Lo importante es la actividad que se realiza.

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Y cuando vaya a mi Matamoros querido, pues también habrá taller literario y de lectura, como en los viejos tiempos. De entrada el asistente seguro es mi sobrino Rigo Castro, que escribe. Y ya iremos sumando algunas personas más, que el taller podría ser presencial dos meses y los otros con sesiones virtuales. Lo importante es estar activo en lo que es la vida de uno. 

9

Cada labor que se hace por amistad y amor, es una forma de hacer causa común con este día, que es de resurrección (para los creyentes). Es decir que la resurrección suceda en el corazón de cada quien, para que la vida cambie en bien de la sociedad. De poco sirve el rito si no va acompañado con acciones diarias, como una forma del ser en la vida.





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